Joseph, Sergey, Jonathan y Anne se subieron al avión en donde estaba Samantha con su respectivo acompañante, ambos en camillas en posición de recuperación, por si sufrían alguna convulsión durante el viaje y no se ahogaran, era frustrante para Anne esa situación.
Joseph se sentía muy mal por su hermano al quien había encontrado cuatro años después de su separación, había buscado debajo de las rocas, por el cielo, por el mar, pero siempre que conseguía algún indicio de donde podría estar, desaparecía del radar, y tenía que empezar a volver a buscarlo nuevamente.
Ese proceso se repitió durante los últimos cuatros años, hasta ahora, cuando lo vio, lo reconoció inmediatamente, y le dio una gran satisfacción, saber que estaba en una familia que se encargaba de él.
Se sentía tan mal por el veneno que Samantha había ingerido provocando que también Stefan cayera en un estado de reposo indefinido.
Joseph observaba a una de sus maletas, color morado, le recordó de inmediato a Noa y sus ojos morados, los ojos de su hermano mayor Stefan, eran idénticos, pero ambos provenían de diferentes familias.
Por un lado estaban ellos dos, su madre era una prostituta, nunca habían tenido una vida cómoda, hubo un tiempo en donde Stefan y él, tuvieron que vender cosas o mendigar para poder llevarse algo a la boca.
Luego estaba Noa, ella había nacido en la cuna de la familia real de los acompañantes quienes eran la corona del pequeño lugar en donde vivían, había nacido con todas las comodidades, pero el precio por esas comunidades era la presión social, tenía que conseguir hijos, esposo, para seguir siendo parte de la familia real, o era desterrada.
Prácticamente Noa fue vista como un proyecto a largo plazo, para satisfacer las necesidades de la realeza, pero durante el año en donde le consiguieron un esposo, hubo una horda de asesinatos en la que mataron a más de cien acompañantes, y la versión que maneja la realeza de los acompañantes es que ella murió en esa horda.
Quien había hecho esa horda de asesinatos fue Bruno Evans, quien era el acompañante de Elizabeth Evans, madre de los cuatro Evans.
Sergey observaba como su acompañante estaba nervioso, ya que estaba comiéndose la uña de dedo pulgar, Sergey tomó la mano de su acompañante y le dio unas pequeñas palmadas y dejó de sentir el nerviosismo de Joseph.
"Te veo muy pensante"—. Escuchó como la voz de Sergey invadía la mente de Joseph.
"Estoy pensando en Noa y mi hermano".
"¿Qué tiene que ver Noa?"
"Por qué los ojos de ambos son iguales".
Mientras tanto estaba Noa de visita en la casa de los Dallas, con lo que parecía ser jefa de una de las sucursales de la editorial, era un trabajo por el que había trabajado duro.
Observó la habitación de Anne en donde se estaba hospedado, hasta que ella regresara o hasta que ella consiguiera en donde vivir, cualquiera de las cosas que ocurriera primero.
Observaba que había en la pared varias fotografías de Anne y Samantha, algunas otras con Jonathan, en otra estaba con los cuatro Evans, el resto con Ezequiel y una de ellas con un sujeto extraño.
El cuarto de Anne estaba demasiado organizado para el gusto de Noa quien solía ser organizada pero no a tal punto.
Todos los libros que estaban en el librero estaban ordenados por fechas de publicación y por orden alfabético; al igual que las investigaciones que sabía que Anne realizaba. Salió del cuarto al dejar sus maletas, los chicos ya llevaban unas cuantas horas viajando para ver que había lo que había ocurrido con Samantha y Stefan.
Al salir del cierto escuchó música proveniente del piso de arriba, así que subió a ver quién era el que tenía la música a tal volumen. Se sorprendió en ver a Tyler muy entretenido y sudoroso jugando una especie de máquina de baile que había en esos establecimientos de videojuegos.
—Pensé que eras bailarín—. Noa habló mientras Tyler se espantaba por escuchar una voz de repente.
— Lo soy—. Tyler le puso pausa a el juego mientras miraba a Noa que traía una especie de pijama pero un poco más deportiva—. Pero esto es algo que me entretiene.
—¿Sabes bailar además de lo que pone en esta máquina?
Tyler se bajó de la máquina y le extendió una mano a Noa quien se rió por la seguridad y forma en que Tyler le extendió la mano.
—Pondré mi mano aquí y aquí—. Colocó su mano derecha en la cintura y la otra en el hombro—. Vamos a bailar salsa, ¿Sabes bailar salsa?
—Tu eres el bailarín aquí—. Noa se sintió nerviosa por el contacto de las manos de Tyler en su cuerpo, un agarre seguro y confiado—. Tu me tienes que enseñar.
—En ese caso sígueme—. Tyler comenzó a moverse hacia un lado mientras trataba de dirigir el cuerpo de Noa hacia el lado en donde se estaba moviendo—. No te pongas tensa y trata de liberar tu cuerpo.
Comenzaron a bailar gracias a la dirección de Tyler no A quién dejó de poner su cuerpo con la rigidez inicial por el comentario que hizo Tyler.
Esa rigidez era por los nervios que tenía por estar enfrente de él chico que era completamente su tipo, y que además tenía un cuerpo de infarto y parecía buena persona.
Noa había prendido a bailar salsa en un bar cubano que estaba cerca de donde ella vivía en Miami, pero se estaba divirtiendo con la clase de Tyler.
Tyler se entretuvo bastante con la pequeña práctica de baile que estaba teniendo con Noa, ya que se sentía muy feliz, sudado, pero con mucha emoción en su interior.
Noa recordó un paso simple pero infalible a la hora de bailar, y logró tener el ritmo de como bailaba Tyler, con él era más fácil bailar que con otros chicos.
—¡Chicos! —. Dan gritó desde la plata baja—. ¡Ya está lista la comida!
Ambos se despegaron de bailar, Noa no tenía ninguna gota de sudor, a comparación de Tyler, quien estaba completamente empapado en sudor, por el ejercicio que estaba haciendo antes de que llegara Noa.