Evelyn

La mudanza

Lo había perdido todo, mi escuela, mis amigos, la casa donde vivía, pero sobre todo, a mi familia.

Hacía meses que solo éramos 5 personas viviendo en la misma casa, era horrible, todos los días peleábamos, era para lo único que nos dirigíamos la palabra.

Una noche mi papá nos llamó a todos al comedor para decirnos algo:

— Nos mudaremos al departamento que le preste a su tía Isabel

Los demás mostraron su desacuerdo, pero era una decisión que mi papá ya había tomado, a mí solo me quedo decir

— Pues, no me gusta la idea, pero si tenemos que irnos, pues vámonos

Llego el día, todo estaba empacado, se había decidido hacer la mudanza en 2 partes, primero un camión con cajas llenas de nuestras cosas, y después los muebles, ya habían decidido que yo me iría en el primer viaje.

Comenzamos a cargar el camión, y una vez listo, salimos de ese lugar que, sin duda, extrañaría bastante.

Miles de buenos recuerdos vinieron a mi durante el camino, 5 años viviendo en ese lugar, claro que sería difícil olvidarlo, aunque también, los recuerdos más nuevos, solo incluían discusiones, gritos y desacuerdos, justamente antes de salir, hubo otra discusión.

Sabía que nada podía mejorar mi día, me tocaría descargar el camión de la mudanza a mi solo, no había lo necesario ahí para poder ducharme, y tendría que esperar horas para que alguien viniera a recogerme, de verdad que nada podía hacerme sentir mejor.

Después de una hora llegamos al departamento, el estacionamiento quedaba un poco lejos del edificio, pero había otro exactamente junto al edificio, pero no tenía la llave de aquel estacionamiento; de pronto recordé que mi tía se llevaba bien con una vecina que si tenía llave de aquel estacionamiento, así que decidí tocar a su ventana para pedirle prestada su llave, y me fuera más fácil la descarga del camión.

Toque a la ventana esperando que la vecina saliera y pudiera prestarme su llave, pero cuando se abrió la ventana, no era ella quien se asomaba.

Quien se asomó, era la chica más hermosa que había visto en mi vida, se notaba que era al menos 4 años menor que yo, me quedé asombrado de tanta belleza; sonrisa espectacular, 1.50m de estatura, muy delgada, cabello largo ondulado, piel clara, vestía una sudadera negra con un estampado morado, le colgaban unas cintas del mismo color, usaba anteojos color rojo, simplemente hermosa, pasó por mi mente en un segundo que ella sería la chica ideal para mí, que podría conocerla mejor, invitarla a salir, ser novios, llegar a casarnos, tener hijos, nietos, y morir juntos ya de viejos. Pero, regrese a la realidad cuando un segundo "hola" sonaba con su voz, una voz dulce, un tanto aguda pero que me hizo perderme aún más en su mirada

— Hola— Respondí,

— Me llamo Eder soy sobrino de la señora Isabel, me estoy mudando hoy al departamento donde ella vivía, y quería saber si podrías prestarme la llave del estacionamiento para meter ahí el camión de la mudanza y me sea más fácil descargarlo — le dije

— Ay, lo lamento, no tengo llave del estacionamiento, solamente mis papás, y ellos no están en este momento y la verdad no sé si mi mamá llegará pronto— contestó

— Dios es la chica más hermosa del mundo— pensé

— No te preocupes, no es necesario, muchas gracias — respondí, pero aún seguía mirándola, y seguramente sonriendo como idiota al ver su cara y escuchar esa dulce voz

Ella cerró la ventana

— Por Dios, es hermosa, es perfecta, su sonrisa, su voz, su cabello, quiero saber su nombre, su edad, quiero invitarla a salir — pensé

Quería saber todo de ella, conocerla y que ella me conociera, pero en ese momento, no sabía que ella aún no estaba preparada para eso.

Regrese a aquel estacionamiento a descargar el camión, sin darme cuenta, mi día había mejorado en su totalidad, había conocido a alguien que me hizo sonreír, y solo podía pensar en ella en ese momento

Pasaron las horas y terminé de descargar el camión, me senté en una caja a esperar a que llegaran por mi cuando de pronto escuché nuevamente su voz.

— Rufy! Puppo! Vengan aquí!

Llamaba a sus perros

En ese momento, me levanté de dónde estaba y me asome a la ventana, y la vi, era hermosa, y cargando a sus dos perritos french puddle se veía muy tierna.

Mientrasla veía, imaginaba nuevamente una vida a su lado, pero seguía sin saber lo másbásico de ella, no sabía el nombre de aquella chica hermosa, así que por elmomento la llamaré:

 




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