Evelyn

El tecnológico

Eran las 5am cuando me desperté, estaba emocionado porque hoy sería mi primer día en el tecnológico, pero la emoción era más porque era muy probable que me encontrará con Eve; hacía un mes que no nos escribíamos, el último mensaje fue en Navidad.

Llegue a la escuela, la verdad no era la misma sensación de mi primer día en la universidad, pero nada podía perder, así que tendría la mejor actitud para este primer semestre.

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Llevaba ya un mes el segundo semestre y por primera vez en la escuela nos encontrábamos Eve y yo, estábamos en el mismo piso, en el salón de enfrente uno del otro, y lo supimos hasta ese día que coincidimos al salir al baño

— Hola Eve ¿cómo estás?

— Muy bien Eder ¿y tú? Qué milagro, creo que nunca habíamos coincidido

Eso era verdad, aunque yo ya la había visto un par de veces pero a lo lejos.

— No, nunca, pero si te he visto de lejos, pero con eso de que ya no contestas los mensajes, pues no me he acercado

— Hay perdón Eder, es cierto, no te di mi nuevo número, pero anótalo de una vez para no perder contacto, digo aquí nos podemos ver seguido al igual que en la casa, pero si llevamos ya un largo tiempo sin hablarnos

— No te preocupes, lo que importa es que podemos volver a hablarnos

Esa tarde paso volando, recuerdo que al menos 3 profesores nos preguntaron si entraríamos a clase, pero no entramos por estar platicando, de hecho terminó el día y ya solamente entramos a nuestros salones por nuestras mochilas, y volvernos a encontrar en el pasillo.

— Ya vas para tu casa Eve?

— Hay si, por fin hoy si el día era pesado, bueno aunque creo que nos saltamos como 3 clases jajaja

— Jaja tienes razón, espero no tengas problemas por no haber entrado a esas clases, por cierto yo ya también voy para mi casa, quieres que te lleve? Al fin vamos al mismo lugar

— ahh no gracias no te preocupes, mejor que ¿te parece si lo dejamos para otro día?

¿En Serio había dicho eso? Caray no me la voy a robar, porque nunca quería que la llevara? Pero bueno, ya había dejado una puerta abierta al decir "lo dejamos para otro día"

— No te preocupes, lo dejamos para después, pero vete con cuidado

— Si Eder, muchas gracias, ¿te veo mañana?

—Si claro, aquí estaré, pero ahora no hay que perder clases

Jajaja lo que no sabía es que esa frase la usaríamos cada vez que perderíamos clases

— Hay no, mañana seremos buenos estudiantes y entraremos a todas nuestras clases, cuídate Eder, también vete con cuidado

Sin darnos cuenta, esos encuentros en el pasillo se volvieron más comunes, a tal grado que comenzamos a buscarnos en nuestros salones cuando cualquiera de los dos estaba aburrido, y se fueron convirtiendo en pláticas en los jardines de la escuela, en la cafetería, y hasta en la biblioteca, de hecho un día nos sacaron de la biblioteca por reírnos a carcajadas; fue en ese momento que decidimos mejor juntarnos en las bancas de la cancha de voleibol o la cafetería, así no tendríamos problema.

Fue en una de esas bancas de la cancha donde nuestra amistad se afianzó, recuerdo que un día llegué temprano a la escuela porque olvide que no tendría las primeras clases, así que me fui a una de esas bancas a esperar a que el tiempo pasará; me quedé dormido un buen rato, cuando de repente, la sensación de que alguien me estaba viendo fijamente.

— Hola, perdón te desperté

— Hola Eve, no te preocupes, ¿qué hora es, Cuánto tiempo llevas aquí?

— Hola Eder, las 9:15, acabo de llegar

Esa nunca se la creí, han intentado despertarme con la mirada, y pueden pasar hasta 30 minutos antes de que despierte.

— Ah ok, ¿a qué hora es tu primera clase?

— A las 9, ya no me dejo pasar el profesor

— Pues entonces aquí me quedo para que no estés sola

La plática de ese día fue la más extensa que tuvimos, ambos abrimos nuestro corazón y pudimos contarnos nuestra historia; reímos, lloramos, nos enojamos, nos sorprendimos, pero sobre todo, disfrutamos el momento.

Durante la plática salió el tema de si queríamos casarnos y tener hijos y fue más o menos así:

— Tú quieres casarte y tener hijos Eder?

— Claro, de hecho es algo con lo que sueño desde niño

— Hay que lindo, es raro que un hombre piense así, y ¿cuántos hijos te gustaría tener?

— Me gustarían 4, 2 niños y dos niñas, de hecho ya tengo pensado los nombres para las niñas

— Wow, 4 son muchos, jeje no sé cuántos me gustaría tener, y qué padre que ya hasta los nombres tienes, y ¿cuáles son?

— Para la mayor, me gusta el nombre de María Fernanda, y para la menor, Daniela Abigail

— Ambos nombres son muy bonitos

A la mitad de la plática algo cambio dentro de mí, deje de verla como "la chica que me gusta" y comenzó un cariño más especial, se había convertido realmente en una amiga, Pasamos de estar frente a frente en la mesa, a estar lado a lado, tomándole de la mano y abrazados.

Después de esa larga plática salimos a desayunar, y volvimos a la escuela para que ella terminará una tarea en la biblioteca. Creo que ese día ninguno de los dos entró a clases, y al terminar el día ocurrió algo inesperado.

— Eve, se nos fue el día, ya terminaron las clases y no entramos a ninguna

— jajaja es cierto, pero bueno, hoy aprendimos mucho, no de la escuela pero si de nosotros

— Tienes razón, pero ya es hora de ir a casa, ¿quieres que te lleve?

La verdad en esta ocasión se lo pregunté solo por preguntar, tenía que la respuesta fuera la de siempre pero...

— Sí, claro, así podemos ir platicando y no tener que dejar de hacerlo

De verdad no podía creer lo que ella decía, porque que cada que me ofrecía en llevarla a casa, siempre decía que no, pero ahora eso era cosa del pasado.

— Pues vamos, mi auto está en el estacionamiento

— Vamos 
Contestó

Al llegar al auto (ahora un Chevy de 2001) me acerque a abrirle la puerta, pero ella se negó a que lo hiciera y me dijo que me subiera.




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