Evelyn

La iglesia

Ella comenzó a contarme lo que es ser cristiana, lo que Dios había hecho en su vida, lo emocionada que estaba al ir a la iglesia, etc.

Estaba tan emocionada, su cara irradiaba luz y felicidad y me contagio a tal grado que le dije

— Yo quiero de eso que te están dando en tu iglesia

— Pues en ese caso, te invito a que vayas este domingo, de aquí salimos a las 7:30

— Claro, de verdad me gustaría ir

La verdad es que yo llevaba tiempo buscando algo, no sabía que pero sentía un vacío y algo me decía que esto podía ser lo que buscaba.

Recuerdo que pase el resto de la semana deseando que ya llegará el domingo, aunque también estaba preocupado, porque no había poder humano que me hiciera despertar temprano los domingos.

Soy hijo de padres católicos, de esos que solo van a la iglesia cuando hay bodas, y nunca había asistido a una iglesia cristiana, así que no sabía a lo que me enfrentaría el siguiente domingo, la incertidumbre me estaba matando así que le envié un mensaje a Eve para que me contará un poco más.

— Hola Eve ¿cómo estás?

— Hola muy bien ¿y tú?

— Muy bien aquí con algunas dudas acerca de la iglesia y lo que pasará el domingo

— Si quieres te veo afuera y platicamos

— Me parece bien, te veo en 5 minutos

Como ya era costumbre nos vimos afuera del edificio y platicamos por horas.

Llegó el domingo, y no sé por qué razón desperté antes de que mi alarma sonará, me prepare para salir, desayuné y les dije a mis papás que los vería más tarde.

Cuando baje al estacionamiento Eve y su familia iban saliendo también, los saludé y tomamos camino a la iglesia.

Al llegar, estacioné el auto, y Eve se situó a mi derecha y caminamos juntos a la entrada de la iglesia; Al entrar, un sentimiento de pertenencia y tranquilidad me invadió, jamás había tenido semejante sensación y por alguna razón me sentía cómodo con eso.

Estaba fascinado con lo que veía, mucha gente cantando canciones que nunca había escuchado, todas ellas hablaban de lo grandioso y bueno que era Dios; el sermón, nada que ver con lo que había escuchado en iglesias católicas, y otra cosa que me impactó, todos traían su Biblia, yo solo las había visto en casas de mis tíos como adornos en sus salas o en sus recámaras; cuando todo estaba por terminar, el pastor nos llamó a quienes por primera vez estábamos ahí, nos invitó a seguir a Cristo.

Acepte la invitación y nos pidieron pasar al frente, también pidieron a quienes nos invitaron a pasar con nosotros, así que Eve me llevo al frente abrazado de ella; al salir de ahí, no me había dado cuenta pero ya no era el mismo.

El lunes siguiente me encontré a Eve en la escuela, al saludarla ella me dio un obsequio, era un sobre con un CD, este contenía música, de aquella que había escuchado en la iglesia.

— Muchas gracias Eve, no te hubieras molestado

— No es molestia Eder, es para que conozcas un poco de música cristiana

Conforme pasó el tiempo, seguí yendo a la iglesia, cada día estaba más convencido de que pertenecía a ese lugar, fui haciendo nuevos amigos, algo bastante extraño en mí, ya que normalmente soy muy asocial, solo tengo unos 4 amigos, y de esos, la más nueva era Eve.

Cada domingo la gente que iba conociendo me preguntaba "¿ya fuiste a tu encuentro?" Pero yo no sabía que era y lo más que me explicaban era "es un retiro espiritual de 48 horas donde Dios cambiará tu vida"

Eso sonaba bastante interesante, pero el próximo que se haría sería hasta finales de febrero del siguiente año.

Cada domingo era diferente, las prédicas, el mensaje que recibía a través de ellas, la gente que conocía, todo me parecía genial, poco a poco fui conociendo gente que hasta el día de hoy son mis amigos, y son parte importante y especial en mi vida.

Los primeros fueron Charly y Perla, un matrimonio encargado de los jóvenes de la iglesia, no sé qué es lo que vieron en mí, pero desde el primer momento sentí su aprecio, ellos tienen un hijo, en ese entonces de apenas dos años, el cual es muy lindo, a veces Eve y yo lo manteníamos entretenido hasta que la prédica que sus papás nos daban a los jóvenes terminaba.

Llegó un punto en el que moría de ganas por ir al famoso encuentro y decidí tratar de convencer a Eve de que me contara más acerca de él.

— Eve, cuéntame un poco más acerca del encuentro

— No Eder, no te puedo contar, es algo que tú debes vivir y si te cuento no será lo mismo

— ¿Y no podrías hacer una excepción conmigo?

— Jajaja no, eres el primero que me pregunta, y no serás la primera excepción, así que mejor ya no me preguntes y sigamos estudiando

Ella había tomado un papel importante en mi vida cómo cristiano, se encargó de que me aprendiera los libros de la biblia, me enseñó a orar, cuidaba cada aspecto de lo que en la iglesia llaman "mi crecimiento espiritual"

Durante ese tiempo, nuestra amistad fue creciendo cada día más, ella me contaba sus problemas y yo a ella los míos, nos dábamos consejos, de hecho cuando salíamos con los amigos de la iglesia ella siempre iba conmigo; En la escuela, mis compañeros y un par de profesores me preguntaban si era mi hermana, porque nos parecíamos, cosa que no es verdad, no nos parecemos físicamente, algunos otros preguntaban si era mi novia, lo cual tampoco era así, de hecho hasta que alguien preguntó eso fue como recordé que al principio Eve me gustaba, pero nuestra amistad había cambiado ese sentimiento.

Después de un mes de ir cada domingo a la iglesia, Eve me invitó a una reunión que se hacía los jueves en casa de una señora de la iglesia, esta reunión la llaman célula; el único problema es que era a la misma hora que mi clase de sueldos y salarios y la profesora no me dejaría faltar, por que para ella era muy importante que todos sus alumnos estuvieran en clase mientras ella platicaba con sus alumnas favoritas, así que decidí dejar de asistir a esa clase y poder asistir a célula.




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