Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Once

Sam mueve sus orejas escuchando pasos acercarse, observa detenidamente entre los árboles pero es hasta que su hermano aparece ante sus ojos que puede bajar la guardia. Jackson se sorprende de encontrarlo allí, especialmente porque su ronda ya terminó y la noche está próxima a caer.

― ¿Qué hacen aquí? ― pregunta acercándose sonriente.

La actitud alerta y desconfiada de la pelinegra lo hacen detenerse rápidamente, eleva una ceja sopesando la situación pero es que después de todo lo que le ha pasado a Ev en tan solo horas no puede esperarse menos.

― Nada, ya me iba ― responde Evelyn poniéndose de pie.

Sam empuja levemente con su hocico el cuerpo de la joven mientras esta le sonríe levemente, sin esperar más el enorme animal muestra su lomo invitándola a montar, tras algunos minutos de duda decide aceptar la invitación de su amigo; en menos de lo que piensa ya se encuentran camino a la Guardia de los Lobos, al menos allí tendrá donde pasar la noche y poder pensar con claridad qué es lo que hará a partir de ahora.

Mientras tanto, la mansión Coll se ha sumido en un profundo silencio, pareciera que no está habitada por nadie y es lo primero que llama la atención de Calendra cuando baja de su auto, su hermano habla sin parar mientras revisa su reloj pero antes de poder dirigirse a su cuarto la vampiresa lo toma del brazo deteniéndolo y observa con meticulosidad la sala de descanso; como si pudiera detectar así lo que está faltando, como si fuese un simple mueble o accesorio, sin embargo sabe que es algo aún más importante.

― ¿Qué sucede? ― pregunta Draco viendo desganado a su hermana, lo único que desea es darse un baño y lanzarse al sofá más cercano para poder calmar el insistente dolor de cabeza que sufre.

― Algo no va bien ― responde ella dudosa ― ¿Dónde está Evelyn?

― Se ha marchado ― la voz de Ivoh les llega desde las escaleras desde las cuales los observa con profunda seriedad. ― Me temo que no forma parte de nuestra familia ahora, le pedí que se fuera cuánto antes.

― ¿Qué? ― Su hermana abre los ojos sorprendida.

― No jodas ― agrega su hermano casi boquiabierto.

― Esa es la verdad, Sophie y yo no tenemos nada en común, no hay vinculo, ni compañerismo, absolutamente nada ― termina de bajar las escaleras ― Hay alguien más en mi vida ahora.

― Espera nada más maldito desgraciado, has luchado contra cielo y tierra para poder tenerla a tu lado, la buscaste en el fin del mundo, entraste a la guarida de Armes y todo, ¿Para esto? ― frunce el ceño ― ¿Por qué? No puedo comprenderlo, ¿Cómo que ya no es tu compañera?

― Anulé nuestra unión y todo vínculo que pudiera atarnos el uno al otro. ― se encoge de hombros mientras su hermano lo observa horrorizado, ahora más que nunca entiende como se sentía Ivoh cuando la pelinegra rondaba su vida, el solo pensar en no volver a  ver a la joven Diana le crispa los sentidos, ¿Cómo podía su hermano hablar tan desinteresadamente?

― ¿Dónde está ella? ¿A dónde la enviaste? ― pregunta la vampiresa avanzando hacia Ivoh sumamente molesta.

― No sé dónde está, le pedí a Alfred que llevara su maleta fuera pero las cosas no salieron del todo bien ― observa la ventana aun destrozada.

― Eres un imbécil, si algo le ha sucedido a mi amiga juro que voy a destriparte con mis propias manos Ivoh y no habrá lugar en la tierra donde no te encuentre ― farfulla dando media vuelta y saliendo de la casa nuevamente.

― Cielos, no te comprendo, realmente acabas de destruir lo que teníamos, ella no solo era tu familia sino que también la nuestra; nosotros la criamos contigo, la queremos tanto como tú, la hemos cuidado y ayudado, no tenías derecho Ivoh, si tú no la querías entonces eras tú quien debía irse ― masculla revolviendo su cabello ― Padre estaría decepcionado de ti, al igual que lo estoy yo.

Evelyn observa el ostentoso recibimiento que los lobos le dan, ninguno muestra su forma humana ante ella a excepción de Travis quien le sonríe amigable. Tras un breve recorrido por la casa –la cual es extraordinariamente grande ya que muchos jóvenes se alojan allí- es asignada una de las últimas habitaciones para la muchacha.

― Espero estés cómoda aquí ― el hombre le deja el paso al cuarto ― Tengo fe en que ambos podremos formar un lazo de amistad con nuestras especies, confío mucho en ti Evelyn.

― Sophie, mi nombre es Sophie ― responde volteando a verlo logrando que el hombre frunza el ceño confundido ― Lo haremos, en cuanto pueda tendremos una charla sobre el tema.

― Claro ― asiente para posteriormente alejarse con un sentimiento de tristeza provocado por la chica, luce desolada y principalmente sola; definitivamente algo ha sucedido con los Coll o ella no se quedaría allí. ― Sam, ¿Qué ocurre? ― pregunta al ver a su hijo en medio del pasillo, ambos tienen el mismo semblante.




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