Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Dieciseis

Evelyn abre los ojos de repente, su garganta quema como si un pedazo de hierro se hubiera atascado allí y no hubiera forma de sacarlo; el escozor la enloquece y sus ojos se han vuelto tan rojizos que parecen tornarse color borgoña y la irritabilidad la consume.

Se coloca los zapatos para salir de la habitación, camina apresurada por lo que casi tropieza con todo lo que aparece en su camino mascullando; estando cerca de llegar a la sala y la cocina pero no llega a alcanzar siquiera acercarse a la zona debido al mareo que la aqueja, deja que el peso de su cuerpo repose en su espalda contra la pared, apoya la cabeza  cerrando los ojos y tocando su garganta mientras las imágenes de Ivoh se cruzan una a una en su memoria dejando que las lágrimas desciendan; estaba segura de que eso había quedado en el pasado, de que no lloraría de nuevo por el pero, allí está de nuevo, deseándolo, extrañándolo…

― No, por favor, no… ― se deja caer en el suelo cubriendo sus ojos con las manos.

― Sophie, querida, no puedes seguir así ― Victoria se aproxima a ella apenas la ve con suma preocupación ― Tienes que alimentarte y en abundancia.

― ¿De qué hablas? No quiero beber, no puedo… ― niega.

― No se trata de ti, aunque comprendo a la perfección lo que estás sintiendo y sé que la pérdida de un compañero es brutal para el otro ― suspira ― Pero tienes aquí una criaturita que te necesita fuerte ― susurra lentamente mientras toca el vientre de la pelinegra observándola con detenimiento.

― No ― se pone de pie ― No, no es posible.

― Cariño ― sonríe ― El hambre atroz, los sentidos sobre estimulados que te permitirían una mejor caza, el malestar del cuerpo que se consume por él ― señala nuevamente su vientre ― Sophie, estás embarazada y yo sé de síntomas.

La mueca de asombro que surca el rostro de la mestiza no tiene precedente, no esperaba semejante noticia, es más, jamás hubiera imaginado que algo así pudiera pasar.

Pestañea un par de veces tratando de aclarar sus ideas, los pensamientos se arremolinan de tal manera que no sabe si está extasiada, preocupada o entristecida por la situación; siempre imaginó su vida rodeada de aquellos que la vieron crecer pero…

― Dios ― susurra llevando la mano a su estómago inconscientemente. ― ¿Qué debo hacer? No sé nada al respecto, dudo mucho que sea igual que un embarazo humano.

― No te preocupes, es mucho más corto y fácil al momento del parto ― calma la mujer ― Primero, beber.

Evelyn asiente dubitativa, regresa a su habitación caminando lentamente, asumiendo todo lo que conlleva tal acontecimiento y las decisiones que traerá a su vida; debe ser un secreto, no pueden enterarse de que siquiera está viva o quien sabe qué pasaría por la cabeza de Bram Drakkar, por el momento necesitaba hacerse de poder y un puesto entre los burocráticos y estirados vampiros del Nuevo Consejo y lo haría; en las sombras.

― Victoria, ve por Sam, que espere en la entrada de la Villa ― voltea a ver a la castaña.

― Por supuesto ― asiente  ― Jeremía te llevará algo de sangre pero debes salir y alimentarte o me veré forzada a obligarte.

― No te preocupes, lo haré ― la observa decidida y la vampira sabe que algo ha cambiado, tal vez no sea claro aún, tal vez ni siquiera la mestiza lo sepa o se haya dado cuenta pero pronto estará lista para tomar la decisión más importante de su vida.

Sam y Jackson merodean la zona montañosa cercana a la casa de los Coll, el mayor ha asumido su forma lobuna mientras escucha atento al resto de la que será pronto su futura jauría –ya que su padre ha decidido cederle el puesto de alfa satisfecho con su desempeño-; Sam por su parte camina tranquilo sin necesidad de apresurarse o de tomar recaudos como Jack, para él las cosas han resultado mejor de lo que esperaba y puede sentirse en libertad absoluta de hacer con su vida lo que le plazca al rechazar la oportunidad de competir por ser líder de los suyos.

El menor desvía la mirada notando la presencia de una mujer observando, al ver que su hermano no detecta su presencia deduce que se trata de un Paria y probablemente sea Evelyn la que causa tal camuflaje; disimuladamente se aparta aprovechando la distracción del lobo y sus asuntos para ir tras la inmortal.

― ¿Quién eres? ― pregunta a distancia considerable.

― Soy amiga de Sophie, me ha enviado por ti ― sonríe ― Mi nombre es Victoria.

La castaña se echa a correr apenas puede obligando al joven a adoptar su forma animal y lanzarse tras ella, ambos corren velozmente esperando poder zanjar la distancia que los separa de sus propósitos cuando el inicio del valle puede verse con claridad; el lobo se detiene al ver unos metros delante de él a su amiga pelinegra sonriendo. De forma rápida vuelve a su forma humana y corre hasta ella para abrazarla con fuerza, la chica le devuelve el gesto y sonríe.




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