Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Veintiuno

Lyon sale de la habitación de Evelyn completamente nervioso, Milo observa todo desde el corredor mientras Sam y Jackson se encuentran en la sala de espera; tras haber sacado a la mestiza del campo de visión de los Coll y de Drakkar fue llevada a la villa donde Victoria y Salvatore esperaban preocupados por la demora de la muchachita, la castaña mayor no dudo en dejarlos pasar cuando noto que los dolores eran demasiado intensos en Ev, aparentemente el pequeñito comenzó la labor de llegar al mundo en cuanto escuchó la voz de su progenitor y para todos es algo realmente sorprendente ya que aún falta tiempo de gestación o al menos faltaría en un vampiro común pero, tal parece, el nuevo integrante de la familia de Eve es idéntico a su madre; único en su tipo.

― Necesito explicaciones  ― Jackson se acerca a su hermano ― Creí que ella había muerto, pero está bastante viva y a punto de dar a luz.

― Es complicado, no pueden saber de ella o Bram la atacaría. Ya intentó asesinarla una vez, ¿Qué crees que le haría a ella o al niño? ― pregunta molesto, su hermano no tiene nada de tacto para escoger los momentos a hablar.

― Al menos dime que no es tuyo ― agrega inquieto.

― ¿Qué? ― lo observa sin entender.

― El niño, dime que no es una especie de híbrido Paria y lobo ― responde entre dientes.

― ¿Y qué si lo fuera? ― eleva una ceja.

― Joder ― se queda boquiabierto.

― Jack, cálmate, no es mío y no importa quién sea su padre, lo importante es que ella me pidió no revelar nada de esto y confía en mí ― termina serio.

― Sabes incluso dónde está la villa y no fuiste capaz de decir algo al respecto ― susurra.

― Escucha ― lo toma por el cuello molesto ― Si dices una palabra de todo lo que has visto  y escuchado aquí hoy, juro que no tendrás escoltas que puedan defenderte de mis fauces, ¿Comprendes?

― Yo no te temo Sam, no olvides quien soy ― farfulla.

― Yo no te sigo, no te obedezco y me vale una mierda que seas el alfa ― prácticamente está a punto de transformarse si no mantiene el control.

― Bajen la voz, lo último que mi hermana necesita es saber que pelean ― Milo los observa ― Si alguno dice algo, yo los extermino.

El mestizo pasa por su lado dirigiéndose a la salida pero es Lyon quien lo retiene por el brazo obligándolo a voltear.

― Sophie es más hermana tuya que mía, necesita de ti, debes estar cerca ― susurra.

― ¿En serio? ― eleva una ceja ― Soy un paria que no practica la serenidad, no bebo de animales, no puedo quedarme sabiendo de que va el asunto. Es por el bien de ambos. ― suspira ― Cuando haya nacido, dime, esperaré fuera.

― Creo que las cosas podrían complicarse, tenemos algunas sorpresas ― Victoria baja las escaleras rápidamente.

― ¿De que hablas? ― Lyon se acerca preocupado.

― No es un bebé, son dos ― los presentes quedan boquiabiertos, no esperaban algo así. ― Son cómo Sophie, mestizos y se han desarrollado más rápido que cualquier otro inmortal que conozca, si van a nacer necesitaremos mucha sangre.

― Hay que alimentar a Sophie y a los niños ― susurra Lyon ― Es un problema, tenemos que llevarlos a un centro médico dónde podamos tener al alcance la cantidad de sangre necesaria y las condiciones para traer al mundo a mis sobrinos, quieran o no es un parto y en todas las especies es igual.

― Me haré cargo ― Milo se adelanta unos pasos ― Le traeré lo necesario, ustedes cuiden de ella y asistan a Victoria en lo que pida.

― No puedes cazar en el área ― Jackson lo observa molesto.

― No te he pedido permiso ― voltea a verlo.

― Vamos a tener un problema entonces ― masculla el líder de los lobos.

― Me haré responsable, acompañaré a Milo   ― Sam observa al mestizo, este simplemente asiente calmo y lleva la vista a los demás, la tensión está en el aire.

Evelyn aprieta las sábanas entre sus puños, respira agitada, su lentísimo corazón se muestra acelerado y el dolor en su vientre se vuelve insoportable a cada momento; esperaba tener más tiempo para prepararse para tal momento, contaba con que fuera un solo bebé pero saber que son dos… Ha  duplicado su felicidad, también sus miedos e inseguridades pero al menos agradecer saberlo, agradece que Victoria haya podido notar la presencia de ambos niños.

Cierra los ojos, nerviosa intenta evocar algún recuerdo que pueda darle fuerza, confianza y algo de distracción hasta que Victoria vuelva. Lo primero que surca su mente es la imagen de Ivoh, su sonrisa, su forma de verla, momentos de alegría, de tristeza, de dolor, de perseverancia y es que no hay nada que él no la haya ayudado a enfrentar, nada en lo que no la hubiera preparado para salir victoriosa, excepto esto; una situación que ninguna mujer puede preparar de antemano, que puede cambiar en cualquier segundo, que no es como lo describen otras, es un momento, único y personal que no tendrá comparación a nada ni a nadie el resto de su vida, que será recordado por siempre y que traerá a su vida grandes y maravillosos cambios cuando sus pequeños habrán los ojos por primera vez y la vean directamente, solo a ella, su madre.




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