Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Veinticuatro

― Que tiernos son ― sonríe colocando un par de diminutas medias en los piecitos de ambos. ― Se ven muy lindos.

Los observa con júbilo, los bebés apenas y se mueven en la cuna pero juegan con sus dedos como si fuera lo más divertido en el mundo. Luego de haber nacido lo primero que hicieron después de despertar de su siesta fue beber de la sangre que Milo obtuvo, demás está decir que el chico recibió una reprimenda por los actos cometidos para obtenerla –obvio que su hermana apreciaba el acto y la preocupación y era consciente de que no lo había hecho solo- pues arriesgó sus vidas demasiado.

Suspira cargando a sus pequeños, los mellizos le recuerdan a ella y a Milo, una niña y un niño… Espera poder darles lo necesario para que no tengan que pasar por lo que ellos, agradece tener una familia que la ama tal y como es –y no solo habla por Milo- y amigos tan confidentes como los que ha podido conocer.

― ¿Ya despertaron? ― Victoria entra en la habitación.

― Sí, no duermen mucho ― ríe escuchando los sonidos que producen ― Aunque llevan dos días de nacidos siento que se comportan como si llevaran más tiempo en la tierra.

― Nada que no hayamos experimentado todas ― ríe viendo a Jeremía entrar con una caja de juguetes.

― Solía usarlos cuando era pequeño, muy pequeño… Espero les guste ― el chico deja su carga en el sofá cercano a la ventana ― No son los más costosos o novedosos como tendrían otros niños pero, son hechos con amor.

― Y no hay nada mejor que eso ― asiente la pelinegra.

― Entonces, ¿Ya tienen nombres? ― Lyon observa desde la ventana ― Necesito nombrarlos de otra forma que no sea “niño” y “niña”.

― Sí ― se carcajea su hermana ― Sus nombres son Gaia y Vladimir.

― Muy lindos ― Salvatore sonríe al verlos.

― Creo que ya es momento de partir ― Evelyn los observa a todos ― Cuento con ustedes para el resto.

― Saldrá todo bien, Draco nos apoya ― guiña un ojo Milo.

Tras saber que uno de los Coll sabía de su existencia –pero no sobre su embarazo ya que Draco leyó la mente de su hermano mestizo sin poder llegar a todos los pensamientos por completo, esto debido a su condición especial como mestizo- se vió forzada a pedirle que se encargará de la memoria de Jackson mediante el implante de pensamientos falsos o la sustracción de los recuerdos obtenidos al ayudarla a escapar de Bram e Ivoh; sin dudarlo el mayor de los hermanos accedió a esto prometiendo no hablar sobre el tema hasta que ella estuviera lista.

Saber que Draco la apoya en secreto le ha dado algo de felicidad, extraña mucho a su vieja familia, los consejos y rutinas con Calendra y por supuesto la vida junto a su amado inmortal –aunque haya endurecido un poco la fachada, el interior sigue siendo el mismo- y eso es lo que la carcome ahora, que él no sepa de sus hijos, que no pueda decirle algo al respecto ni acercarse por miedo a volver a ser rechazada por él.

Suspira, tiene que mantener la calma y pensar con claridad, no solo su vida está en riesgo si se queda sino que la de sus pequeños también, no podrá mantenerlos ocultos dentro de la casa cuando apenas empiecen a crecer y no sería justo; sabe lo que se siente, no puede hacerles lo mismo.

― ¿Dónde irás? ― pregunta Lyon con tristeza.

― Lejos, necesito distancia. ― responde colocando ropa dentro de un bolso ― No esperaba que fuera a suceder tan rápido pero el adelanto del nacimiento de Vlad y Gaia me ha hecho pensarlo mejor.

― ¿Será mucho tiempo? ― pregunta Sam viéndolos.

― Tal vez, no lo sé, no estoy segura de cuanto les tomará a ellos crecer ― observa a los niños en brazos de Milo ― Volveré cuando este lista.

― ¿Cuándo será eso? ¿Pretendes volver cuando tus hijos sean adultos o qué? ― Sam se impacienta por no tener una respuesta concreta y clara.

― No, ¡Claro que no! ― Rueda los ojos. ― ¿Qué quieres que diga Sam? ¿Qué voy a quedarme  y vivir encerrada por miedo a que Bram quiera venir por mí nuevamente? Si les hiciera algo a mis hijos, entonces, yo habría terminado de morir.

― ¿Por qué hablas como si lo hubieras perdido todo? ¿No te das cuenta que te amamos aunque no seamos él? ― pregunta molesto.

― ¡Porque aun duele como la primera vez! ― responde furiosa ― ¡Porque no es justo, porque di todo de mí por él y me traicionó! ― voltea no quiere llorar. ― Porque verlos a ellos me recuerda a él, porque tienen ese no sé qué que Ivoh tenía para volverme loca.

El muchacho la observa entristecido, si pudiera borrar esas heridas lo haría con mucho gusto pero evidentemente jamás podrá o al menos no ahora pero le es imposible dejarla ir así como si nada y sola porque lo quiera admitir o no, él siente por ella cosas que no debería –aun cuando son de especies de diferentes- y desearía nunca haberla dejado tomar esa vida inmortal –aunque suene loco y ridículo-, ¿Estaba él enamorado? ¿Estaba imprimado? ¿Qué era con exactitud? ¿Cómo saber la diferencia si se sentía tan confundido como nunca? No había tenido dudas sobre su conducta y su forma de vivir hasta que la conoció, pero, pensar que jamás estuvo destinado a ser su acompañante amoroso era desdichado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.