Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Treinta y Seis

Los ojos de todos los presentes se clavan en los dos recién llegados alternando entre ambos, Draco camina hasta estar al lado de Evelyn con la frente en alto y con todo su porte egocéntrico; una sonrisa sobradora, galante y retadora se dibuja en sus labios mientras observa a todos los estirados vampiros que alguna vez se burlaron de él y que ahora se ven sometidos al mando de Bram.

― Parece que estás sorprendido ― suelta la pelinegra tranquila.

― Admito, esperaba que tuvieras a tu lado a cualquier lacra que existiera ― observa a Draco ― Pero me sorprende ver que también los nobles han perdido la cabeza por tu causa ― desvía la mirada hasta Diana ― Que decepción.

Kauris y Erosh observan boquiabiertos a la joven, desde su desaparición misteriosa aquella noche pensaron que quizás era una especie de capricho o rebeldía en la que estaba empecinada, que seguramente había regresado con su madre y que está en cualquier momento la devolvería para cumplir con sus obligaciones hacia Bram; evidentemente no era nada de ello, ni siquiera estaban cerca con sus sospechas.

― Aun no entiendes Bram, no soy una causa, soy tan igual a ti como todos los que están aquí ― niega la joven notando la terquedad del inmortal. ― Por el momento me iré, tendrás noticias mías pronto.

― Lo mismo digo ― asiente.

Evelyn observa como Draco, Diana y Lyon pasan por su lado hacia la salida donde Milo los espera sabiendo que sus hijos están a salvo en las afueras del enorme y ostentoso edificio junto a Sam; una vez sabe que no será atacada voltea dispuesta a marcarse dando una mirada rápida a Ivoh quien parece querer desfallecer por tener una oportunidad de acercarse, de verla, de tocarla…

― Ev, espera ― Calendra camina unos pasos hacia ella con los ojos cargados de lágrimas saladas.

― Hola Lendra ― sonríe ― Tranquila, tendremos ocasión de hablar.

La vampiresa asiente sintiendo como el nudo en su garganta se asienta, rápidamente echa una mirada al salón para encontrar al niño que estaba a punto de ser castigado por Drakkar aun tendido en el suelo y observando la situación con terror.

― Evelyn, ese niño perdió a sus padres ― alcanza a decir esperando que algo de ello pueda salvarle la vida al jovencito.

La ojiverde voltea frunciendo el ceño, recuerda a la perfección lo que Milo le comentó sobre la pareja que Bram torturó frente a su hijo por algo de información sobre el paradero de la Villa. Camina con elegancia y seguridad  pasando exactamente por un lado de Drakkar tan segura de sí misma como de la imposición que su ser lleva; se acuclilla frente al chico quien dirige su mirada con tanto temor que pareciera desear morir antes de sentir dolor alguno.

― ¿Cuál es tu nombre? ― pregunta sonriendo.

― Devin ― responde el chico viéndola.

― Tus papás estarían orgullosos de lo valiente que has sido ― sonríe ayudándolo a acuclillarse en lugar de estar tendido ― No te preocupes, ya nada malo ocurrirá, yo voy a cuidar de ti ― con cariño coloca cada una de sus manos a los lados del rostro del chico, sobre sus mejillas y dándole un tierno beso sobre la frente mientras sus palmas desprenden una bruma verdosa que repone las energías del jovencito, sanando todas sus heridas –las que no han logrado sanar por completo con su propia habilidad de regeneración debido al gran poder de Bram-.

― ¿Qué harás? ¿Llevarlo con todos los impuros de tu clase? ― ríe Drakkar.

― Cuando te hayamos derrocado, espero que recuerdes las palabras que has dicho ― voltea a verlo con el niño colgado de su brazo. ― Porque te juro que no descansaré hasta verte de rodillas, pidiéndonos perdón y suplicando por tu vida, una vida que no perdonaré.

Ambos se sostienen la mirada, hay amenaza y advertencia en los ojos de los dos pero ninguno retrocede ni demuestra debilidad.

De la mano de Devin la joven camina hasta haber salido del salón, el largo pasillo se hace interminable para ella y el niño pues siempre está el temor de ser atacados por la espalda, de tener que pelear contra  varios enemigos, sin embargo, Bram Drakkar parece dejarlos ir por ahora; lo más probable es que este tramando algo, que desee divertirse con la situación y la nueva perspectiva antes de dar el golpe final pero Ev también ha aprendido a jugar y no será un hueso fácil de roer.

― ¿En verdad me llevarás contigo? ― Devin la observa.

― Por supuesto, no tienes donde ir ― se detiene tomando una de las capas que Milo le tiende y colocándosela al jovencito ― Cuando seas mayor y tengas la capacidad de defenderte por tu cuenta puedes irte, nadie te detendrá pero mientras no puedas hacerlo estarás a mi cuidado; no temas, hay muchos niños con los que podrás jugar y compartir y mis hijos son tan amigables como cualquier otro. No juzgues a una persona por los chismorreos ajenos, júzgala después de conocerla a fondo, de estar seguro que sabes el porqué de su vida, de su existencia, de sus acciones y aun así seguirás sin el derecho de hablar de ella, seguirás sin saber cosas de ella, seguirás estando equivocado porque no hay manera en que alguien pueda o deba decirle a otro cómo debe vivir Devin.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.