Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Cuarenta y Uno

Sam rueda por el suelo intentando quitarse el Paria que parece haberse adherido a su lomo, logrando atrapar una de sus extremidades con sus dientes lo jala estrellándolo contra la pared más cercana; la criatura se retuerce en el lugar hasta incorporarse como si nada le hubiese sucedido y lo embiste con fuerza, pronto el lobo comienza a tener dificultades para enfocar perfectamente, sus ojos pican, lagrimean un poco y hasta su olfato se ha visto afectado… La realidad de la situación es que el veneno producido por la criatura se apodera de su sistema poco a poco y eso lo deja en una evidente desventaja.

― ¿No te fascina la capacidad destructiva que estas escorias tienen? ― sonríe Bram observando todo.

― Maldito… ― masculla Ivoh sintiendo que va a desfallecer en cualquier momento.

― ¡Sam! ― Gaia corre hasta el animal que apenas puede moverse. ― Levántate tío Sam, por favor.

― No puedo moverme ― susurra apenas puede regresar a su forma humana ― Nena, tienes que irte, corre.

― No ― niega la pequeña tratando de ayudarlo a incorporarse.

El Paria camina hacia ellos decidido a devorarlos hasta reducirlos a la nada misma, Samuel comienza a toser sin poder siquiera moverse e Ivoh apenas tiene consciencia para soportar el castigo físico que su “amo” le ha impuesto; Bram sonríe acercándose para poder ver a detalle, divirtiéndose con todo lo que ocurre.

― No tengas miedo ― el joven susurra a la niña ― Recuerda, tu mamá te ha preparado para este momento, solo tranquilízate Gaia.

La niña cierra los ojos asustada, si bien su madre le ha dado los conocimientos necesarios para sobrevivir es muy diferente la vida real de un entrenamiento en el patio trasero de una casa, sin embargo, dispuesta a hacer algo por su tío se pone de pie; respira profundo y tranquilo, voltea viendo a su adversario y recordando las palabras de Evelyn logra que sus instintos florezcan, después de todo es una Paria y no una cualquiera sino descendiente de Armes, su sangre lleva los dones de Absalón e Ivoh también.

“No sientas miedo Gaia, el temor solo te privará de lo necesario para sobrevivir, tú y Vlad llevan las armas requeridas para acabar con sus enemigos.”

La bestia se lanza sobre ella, rápidamente la niña salta por sobre su cabeza  y antes de que las garras del Paria lleguen a tocar a Sam este es jalado con fuerza hacia atrás para ser lanzado por el aire; sin demora Gaia utiliza los muebles más cercanos lanzándoselos como proyectiles y retrocediendo hasta su tío esperando un nuevo ataque. Su corazón está acelerado y eso no es común, sus ojos observando como locos a su alrededor y sus manos hechas puños esperan impacientes poder defenderse de nuevo.

Bram adopta un rostro serio, no le agrada lo que sucede y sin más rápidamente se acerca decidido a ponerle fin a los intrusos cuando Ivoh lo embiste con fuerza sorprendiéndolo a mas no poder, sin detenerse el heredero Coll se revela –con todo lo que implica- contra su creador propinándole puñetazos para encender sus brazos en llamas y levantar una columna de fuego a su alrededor.

― ¡¿Cómo te atreves a enfrentarme?! ― Bram farfulla chasqueando los dedos haciendo desaparecer la pared de llamas.

― ¡¿Cómo te atreves tú a atacar a mi hija?! ― responde igual de iracundo el heredero Coll ― No me interesa cuanto poder dices tener sobre mí, voy a pelear contigo hasta que ya no quede nada de mí.

― Entonces prepárate para que esta casa sea tu sepultura ― masculla acercándose con rapidez.

A mitad de camino la figura de Evelyn lanzándose sobre él puede verse claramente, la joven incrusta sus garras sobre los hombros del malvado inmortal logrando alejarlo de Ivoh e hiriéndolo considerablemente; retorciéndose en el aire y cayendo perfectamente la pelinegra se posiciona delante del heredero Coll en señal de protección mientras lo observa desafiante.

Bram abre los ojos sorprendido, sus colmillos curvos han asomado inmediatamente que ha fijado la vista en la mestiza; lo que más enfurece al heredero Drakkar es la forma en la que la chica protege a Ivoh a pesar de todo lo que ha sucedido, le molesta de sobremanera y no evita mostrarlo.

― Vamos, pelea conmigo ― suelta la ojiverde corriendo hacia él.

― ¡Evelyn! ― grita Ivoh totalmente atontado por la acción de la muchacha.

Drakkar y la mestiza utilizan su velocidad para recorrer la sala, golpe tras golpe ambos evaden o detienen el ataque del contrincante; Ev nota como el vampiro hace temblar la tierra mientras un golpe de energía se desprende de su cuerpo, sin amedrentarse ella usa las sombras que controla para envolver su propia anatomía y así bloquear los daños y darle una gran sorpresa a Bram quien sin detenerse un segundo a pensar un poco la situación lanza bolas de fuego rápidamente. La muchacha las evade como si de un baile se tratara y una vez acortada la distancia sus garras rasgan el rostro del colérico vampiro, sin perder tiempo salta por el aire, como si fuese cámara lenta le sonríe a su adversario al pasar por sobre su cabeza y con un leve toque de su mano en la espalda del aludido este es despedido contra una pared con tanta fuerza que puede escucharse claramente sus huesos tronar por el impacto al mismo tiempo que las heridas de la fémina –provocadas por los escombros al volar en cada ataque- desaparecen al brillar sus ojos verdosos; Eve buscan rápidamente con la mirada a Gaia quien se mantiene aferrada a Sam –el joven ya de pie y sin problemas espera a la oportunidad de intervenir pero parece no ser necesario- sin quitar los la vista de su madre, sin querer perder detalle alguno.




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