Evelyn |libro 2 Saga Inmortal|

Cap. Cincuenta y Nueve

Evelyn rueda por el suelo mientras Bram es despedido por los aires contra una de las paredes laterales, ambos se observan con odio e inmediatamente se alzan dispuestos a enfrentarse otra vez; el inmortal extiende su mano desprendiendo de la misma una poderosa onda de energía, Evelyn apenas y parpadea cuando uno de los muebles de la enorme sala vuela en su dirección proporcionándole protección; con una sonrisa observa al vampiro mientras todo lo que los rodea es usado como proyectiles contra él.

― Esa habilidad la reconozco ― sonríe ― Veo que le quitaste algunas cosas a tu hermano antes de que dejara este mundo.

― Cállate, no te atrevas a hablar de mi hermano ― farfulla.

― ¿Vas a ponerte melancólica? ― ladea la cabeza ― Arruinarás la pelea.

― ¿Y tú aun sigues envenenado? ― lo imita quitando la sonrisa de la boca del vampiro el cual la observa con desdén ― Parece que tengo razón, te ves algo cansado.

― Sin embargo, sigo en pie ― responde ― No debe ser tan poderoso ese veneno, lo he combatido sin problemas.

― Pero no puedes sanarte por completo, es tan poderoso como no te imaginas ― le sonríe.

― Siempre me has parecido una criatura fascinante, de veras, me encantaba la idea de tenerte a mi lado y pura y exclusivamente para mí pero parece que te gustan los de segunda mano ― despotrica irónico ― Lo bueno es que encontré alguien aún más peculiar que tú, más bonita por lo que he podido ver aunque he de admitir que destruyó todos mis estándares y expectativas.

― Sueña, imbécil ― farfulla ― No pondrás un dedo sobre mi hija, te asesinaré antes de que sepa algo más sobre ti.

― No creo que puedas hacerlo, ¿Dejarías a tu propia hija sola el resto de su eternidad? ¿Asesinarías al compañero de tu amada Gaia? ― sonríe.

― Tú no eres su compañero ― camina hacia él decidida ― Y de serlo, es mi deber como madre apartar de su camino cualquier escoria que no sea digna de ella. ― mueve sus manos con rapidez enviando varios escombros contra Bram.

Fuera del Consejo los lobos rodean las inmediaciones, los pocos humanos que transitan esperando poder realizar algún encargue de sus amos vampiros corren despavoridos en cuanto intuyen lo que está por ocurrir. Ivoh suspira, voltea hacia atrás viendo a la horda de Parias que espera por su señal y cierra los ojos esperando no equivocarse porque a estas alturas ya no hay marcha atrás, solo queda una opción y es pelear.

Escuchando un gran estruendo seguido de una explosión, la cual destruye parte de techo de edificio y provoca la caída lateral del mismo lanza la señal y sus seguidores emprenden la carrera; tal vez Bram haya asesinado a una gran parte de los ciudadanos pero no se imagina en realidad la cantidad que pueden aglutinar si piden ayuda a aldeas vecinas, todas tienen un mismo fin en común, destruir la amenaza y ayudar a Evelyn –aunque no todos la conozcan aun-.

Los vampiros que siguen al pura sangre salen al encuentro de los Parias sabiendo que su amo así lo querría, Victoria salta por los aires cayendo sobre un par de los lacayos de Bram; con un rápido movimiento estos son degollados, caen como costales de papa al suelo y la fémina continúa la pelea con los siguientes.

Salvatore empuña una guadaña la cual parece ser una extensión de su cuerpo que se mueve con agilidad y sutileza cortando el aire e incrustándose en los cuerpos ajenos, Jeremía sacude el suelo con apenas simples toques en el mismo, los vampiros vuelan por el aire para que el resto de los Parias saquen a relucir lo que los hace tan peligrosos y temidos.

― ¡Debo entrar! ― grita Ivoh a los presentes.

― Te daré paso ― asiente Calendra observando a Diana, ambas usan su velocidad y sus excelentes capacidades de pelea para despejar el camino del inmortal y darle una entrada al Consejo.

Mientras, Draco y Aléh se encuentran rodeados de secuaces de Drakkar, en cuanto estos se lanzan sobre ellos –siendo una increíble cantidad- el primero del dúo sonríe dejando que sus ojos liberen la tonalidad que lo caracteriza y sus adversarios caigan presos de sus trucos mentales viendo cosas y situaciones que escapan a la realidad para darle la oportunidad a su compañero, que con el chasquear de sus dedos levanta una columna de lianas desde las entrañas de la tierra apresando a todos; la fuerza de la naturaleza hace lo suyo, algunos vampiros simplemente se desvanecen por la presión ejercida por las lianas que termina quebrando sus cuerpos, otros simplemente se ven en la obligación de ceder y no resistirse esperando no acabar como los demás.

― No me canso de verte hacer eso ― Draco sonríe.

― Es la primera vez que me halagas ― responde.

― Si bueno, somos familia, ¿No? ― eleva una ceja dando media vuelta para poder seguir la lucha y para Aléh es una clara bienvenida puesto que el muchacho no parecía estar conforme con su relación con Calendra.




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