Everest: La elegida [1]

Capítulo V "La decisión de Everest"

Sábado, 07 de enero. 2017

E v e r e s t 

Me encuentro sola en mi habitación, mi respiración y mi pulso están acelerados, miro mi reflejo en el espejo de mi baño y me sorprende lo que veo, mis ojos están brillantes. ¿Qué mierda está pasándome? Alarmada me acerco más para ver más, mis ojos están de un tono gris tan pálido y brillante, tal y como hace tiempo North me dijo, froto mi cara con mis manos y me dio un pellizco en el brazo para asegurarme de que no estoy soñando.

Mi hermana acaba de ser impulsada por los aires para luego caer al suelo, lo peor del caso es que creo que yo lo hice, ¿Era bruja acaso? Por Merlín ¿Éramos North y yo brujos? Así como Brujillizas4. Detente Everest estás imaginando demasiado, eso es lógicamente imposible. Mis manos aún temblaban de la ira que tenía, aparte de lo loco que había sucedido allá abajo Tamía me había dicho perra ¿En qué clase de dimensión estaba? Recuerdo meses atrás, en nuestra antigua casa, cuando Tamía y yo hablábamos, siempre me aconsejaba, me decía cosas sobre chicos, cuando mi autoestima estaba hecho añicos ella me ayudo a arreglarla ¿A dónde se fue esa chica? No lo sé… Pero ciertamente extraño a mi hermana, estaba tan sumida en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que estaba llorando. Alguien toca la puerta de mi habitación y rápidamente seco mis lágrimas

– ¿Eve? Es North… Sé que a lo mejor quieres estar sola, pero…

–Pasa–Lo interrumpo. Él abre lentamente la puerta, como si tuviera miedo de lo que iba a encontrar dentro, cuando nuestros ojos se encuentran él me da una sonrisa ladina, cierra la puerta y se acerca a mí, North es más que mi hermano, es mi mejor amigo, mi confidente, mi vida entera… Me le quedo mirando y se me nubla la vista con lágrimas, él me da un pequeño tirón por el brazo, haciendo que choque contra su pecho, envuelve sus brazos a mí alrededor y me derrumbe, llorando descontroladamente

–Shhh, tranquila Everest…–Me consolaba él, pero la decepción que se alojaba en mi pecho era tan grande. Termine llorando por todo, no sólo por Tamía, sino por todas las cosas por las que alguna vez no lloré. 

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Domingo 08 de enero. 2017

Me despierto en mi cama… Los rayos del sol entran por la ventana, haciendo que mis ojos se entrecierren, North se encuentra a mi lado aún dormido, no sé en qué momento me dormí anoche pero North me acostó. Cuidadosamente me levanto para no despertarlo y me dirijo al baño para darme una ducha, regulo el agua para que salga tibia, pues tengo demasiado frío, me desvisto y entro a la ducha dejando que el agua corra por mi cabello, ayer en serio fue un día de locos, por lo menos ya tenía mi vestido, esperaba verme linda, a pesar de que no conocía a muchas personas de esa institución. Cuando termine con mi baño, me coloque mi albornoz y salí del baño, como ya lo imaginaba North se había ido a alistarse para ir al instituto, visto con un pantalón claro y una franela roja, encima de esta una chaqueta de cuero negra, busco mis converse me las coloco y le hago un doblez a mi pantalón en los tobillos, peino mi cabello y escurro un poco el agua, me maquillo un poco y bajo a desayunar lo que sea que haya hecho mi madre.

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– ¿En serio?–Inquiere Mary, yo asiento, ella bufa–. Ella es la perra ¿Cómo te va a decir perra a ti?

–No lo sé, creo que se está volviendo loca–Respondo, Mary se ha vuelto muy unida a mi últimamente, pero ¿Cómo no hacerlo? Si es mi única amiga, ella se ha ganado mi confianza, y yo la de ella

– ¡Ya lo está! Es que la voy a matar…–Empuño una mano golpeándola con su palma, fingiendo que es un cuchillo, no pude evitar reírme

–Oye oye, sigue siendo mi hermana–Murmuro entre risas

– ¡Te dijo perra Taiza!

– ¡Que no me llames así, Zenda! –Ambas nos miramos con los ojos entrecerrados

–Esta vez si te pasaste Everest–Murmura Mary molesta

– ¿Ves que da rabia? Odio mi segundo nombre y aun así me lo dices, yo también tengo derecho a decirte el tuyo–Aplano mis labios para no reírme de su cara

–Está bien, tienes razón–Dice ella por fin, Mary gira los ojos, antes de levantarse de la baywindow, nos vinimos a mi casa pues salimos temprano del instituto, Mary recorre con la mirada donde estaba sentada anteriormente, y agarra mi cuaderno de dibujos, yo me levanto y corro para quítaselo antes de que lo vea, ella me mira extrañada cuando le quito el cuaderno

– ¿Acaso es un diario o algo así? –Inquiere, yo niego con la cabeza, suspirando

–Es mi cuaderno de dibujos pero…–Antes de que pueda decirle algo una entusiasmada Mary abre velozmente el cuaderno, sus ojos brillan de emoción al ver los dibujos, lentamente va pasando las paginas, detallando cada dibujo, si se entera de que tengo mi propio estudio se volvería loca

–Eres muy buena Everest… Me encantan–Cuando se detiene en el dibujo del lobo ella me mira extrañada–. ¿Tienes perro? –Yo niego con la cabeza




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