Miércoles, 11 de enero. 2017
E v e r e s t
Mi corazón palpita fuertemente contra mi caja torácica por el nerviosismo, North me mira intercaladamente, hacia el bosque que tenemos en frente y a mí, ambos nos miramos, antes de yo quitar mi mirada para ver si nadie nos está mirando entrar, mi mano sudada toma la de él y halándolo hacia el bosque, este se encuentra oscuro, hasta tenebroso, North aprieta mi mano, yo la suelto y ambos buscamos nuestras linternas en nuestros bolsos, las encendemos y así podemos ver mejor el camino, empezamos a caminar en silencio, cuidando muy bien nuestras pisadas y observando hasta el más mínimo detalle para no perdernos, aquella extraña sensación vuelve a mí, mis manos hormiguean, se siente como si poder estuviera corriendo por mis venas, North me mira y abre mucho los ojos, cuando yo lo miro quedo igual, sus ojos están brillantes y su cabello más blanquecino, ninguno de los dos dice nada, solo caminamos, los sonidos de los animales ciertamente me dan miedo, las lechuzas ululan, haciendo que me dé aún más miedo, hemos caminado demasiado, y ya estoy cansada, cuando estaba por decirle a North me tropiezo con una raíz, impactando con el suelo, mi hermano se apresura a ayudarme
– ¿Estás bien?–Me pregunta, yo asiento quitándome la nieve de mis pantalones, seguimos caminando, pasando los arboles del espeso bosque, un sonido capta mi atención haciendo que quede inmóvil, resoplidos, un caballo… miro a North, hace años estuve en un campamento donde me enseñaron como domar caballos y como estos se comunicaban, el resoplido significaba frustración para el animal, está asustado, ilumino con mi linterna en todas las direcciones
–Es un caballo North, está cerca
– ¿Qué haría un caballo en el bosque?–Pregunta dudoso
–A mí no me lo preguntes–Sigo el sonido cuidadosamente, paso un gran tronco y allí esta, el caballo esta enredado con una red para trampas, y esta levemente herido en la pata, nada grave. Miro a North quien está detrás de mí con su linterna
– ¿Metiste tu navaja?–Le pregunto a North, él asiente. North se apresura a sacarla del bolso, el caballo sigue resoplando, cuando North me tiende la navaja me acerco con sumo cuidado al caballo, lentamente para que no se asuste, el caballo empieza a moverse
–Shhh–Lo calmo poniendo las dos manos frente a mí–. No te haré daño, shhh–el caballo empieza a calmarse, cuando estoy lo suficientemente cerca le acaricio el cuello, calmándolo, con la navaja empiezo a cortar la red, el caballo se empieza a mover, haciendo que me aleje de nuevo, cuando se calma un poco sigo cortando. Cuando el caballo está casi liberado, se levanta, haciendo que yo me aleje un poco
–Cuidado Everest–Murmura North, yo asiento. El caballo se encuentra increíblemente quieto frente a mí, mirándome directamente, o al menos así se siente. Cuando pienso que el caballo saldrá corriendo este empieza a acercarse a mí, mi corazón se acelera, la verdad no sé porque si no le tengo miedo a los caballos. El caballo con su pata sana, la arrastro hacia delante y hacia atrás, como si de alguna manera me estuviera diciendo que lo siga
–Everest…–Empieza North–. Creo que quiere que lo sigamos
Asiento–, Lo haremos
–Everest es un caballo
–No me importa, lo seguiremos–North gira los ojos
–Eres tan testaruda–Dice, yo sonrío, y empezamos a caminar junto al caballo, ciertamente no sé a dónde nos llevará esto, pero ya nos arriesgamos bastante al entrar a este bosque, seguir un caballo es algo insignificante. Sé que no deberíamos estar aquí, pero tenemos que descubrir que hay acá de una vez por todas. Pasamos por muchos árboles, pinos en este caso, el caballo sigue caminando pacíficamente, de vez en cuando North me da una mirada, no se la devuelvo, pero sé que me mira, el caballo sube extremadamente rápido la cabeza, y hace que North y yo nos alertemos, cuando miro hacia al frente, logro ver una cabaña, técnicamente es una casa de madera, porque es grande y para nada antigua, la miro atónita porque ¿Quién viviría aquí? Estamos en parte profundas de este bosque, es decir, áreas restringidas, el caballo camina hasta la casa, y me empiezo a sentir nerviosa, miro a North
– ¿Qué haría alguien viviendo acá? –Pregunta North
–La verdad, no lo sé–Respondo con voz errática, unos crujidos en la nieve hacen que me alarme, North me mira, de la oscuridad salen aproximadamente 5 hombres, vestidos realmente extraños, pareciera que vinieran de un culto satánico o algo así, mi corazón late rápidamente, tienen pintura negra en el área de sus ojos, y su ropa es poco peculiar, como pieles de animales y así, una chica me mira fijamente
–En vez del cazador perseguir la presa la presa fue hasta el cazador, los mellizos quién lo diría…–Murmura con voz chillona la chica, miro a North aterrada
–Everest… Corre–Me dice él urgido, pero me niego a dejar a mi hermano aquí, todos sacan armas, y yo que quedo helada, algunos tienen arcos con flechas y otros armas de fuego, mis manos hormiguean, alguien se acerca a mí intentando sujetarme, pero logró zafarme, esa persona sale volando, chocando contra un árbol, lo miro consternada y luego a mi mano elevada en su dirección, sé que fui yo, lo que sucedió aquel día con Tamía, sucedió de nuevo, una luz anaranjada crece a mis espaldas haciéndome girar y me sorprende ver a North lanzando fuego de sus manos , ¡DE SUS MANOS! Todo pasa muy rápido y yo siento que estoy en una pesadilla, empiezo a gritar el nombre de North cuando lo logran capturar, estoy a punto de correr cuando un agudo dolor crece en mi cabeza debido a un golpe, caigo al suelo y lo último que oigo el gruñido que algún animal, antes de caer en el abismo de la inconsciencia