Una semana después
Lunes, 23 de enero 2017
Mire el reloj que se encontraba en la mesita de noche, las 2:25 am, desde que me acosté en la cama no había logrado concebir el sueño. La luz de la luna se colaba por la baywindow.
Mamá y papá regresaron de su viaje dos días más tardes de lo esperado, lo que nos dio tiempo para conseguir un apartamento para los chicos, con ayuda de los infiltrados fueron inscritos en nuestro instituto
¿Quién diría que el subdirector sería un brujo de Ice Land?
No había sucedido nada fuera de lo normal desde que llegamos, el rey Noel ha mandado cartas con sus mensajeros, preguntando si todo estaba bien, nos dio a saber que mandaría entrenadores, que me enseñarían a controlar algo más que el hielo, que es lo que más he estado controlando hasta ahora
Mis padres adoptivos, no saben que sabemos que no somos sus verdaderos hijos, me da miedo como puedan reaccionar Tiana y Teo, más que todo Tiana, es la más unida a mí. Me gire en la cama intentando buscar una posición más cómoda
Inútil. Nada funciona
Mañana será lunes, bueno, ya es lunes. Yo llegaré como un zombie al instituto. Mary y Andrew se han estado quedando aquí, después de que se enteraron de todo nos han apoyado mucho, quizás lleve poco conociéndolos, pero creo que nuestra amistad durará mucho.
El cristal de la baywindow emite un sonido que me hace tener que mirar, no hay nada, me comienzo a alarmar, cuando veo de nuevo que es una piedrita que han lanzado nuevamente, me levanto de la cama y camino hasta ésta.
Me impresiono al ver a Gunter parado afuera, con un suéter y un mono de chándal, lleva su cabello suelto con un gorrito de nieve, anda vestido de negro y un pensamiento me hace reír, cualquiera pensaría que vendría a robarme, me hace una seña para que salga, abro la ventana y el helado viento de la madrugada me produce escalofríos.
Miro la distancia que hay hasta el suelo y veo que es bastante, que bueno que hay un pequeño panel que utilizo como escalera, cuando estoy en tierra firme me giro a mirarlo, sus rasgos se ven incluso intimidantes por la escaza luz
–Hola pecosa ¿Te desperté?–Me dice Gunter, yo sonrío, Gunter es una persona muy volátil, estoy aprendiendo como manejarlo, es tan difícil, un día está bien conmigo, al siguiente día me quiere matar, después se molesta por cualquier cosa y luego está bien de nuevo, no logro entenderlo para ser franca
– ¿Qué haces aquí?–Pregunte aun sonriendo
–Todos en la casa estaban dormidos, y yo no podía dormir, eres la única persona a la que conozco en esta ciudad, así que...–Se encogió de hombros, sí, anda de buenas
–Tampoco podía dormir–Mi voz sale débil por alguna razón, me quedo mirando un punto indefinido en la oscuridad, pero la intensidad de su mirada me hace mirarlo nuevamente, sus ojos me contemplan unos segundos más antes de hablar
– ¿Quieres caminar?–Pregunta, yo frunzo el ceño
– ¿A esta hora?
– ¿Acaso tienes un toque de queda para no caminar?–Me da una sonrisa sin mostrar los dientes, yo me rio
–Claro que no
–Entonces sí, a esta hora–Me señala con la mano para que camine y me agradezco mentalmente haberme puesto mi pijama más abrigada, aunque el frío no me afectaba mucho.
Caminamos en silencio, sin poder evitarlo paseo mi mirada por su rostro hay algo en Gunter que resulta familiar, protector, seguro, cuando estoy con él siento que todo el peligro desaparece, él me mira y sonríe cuando se da cuenta que lo estaba mirando, aparto la mirada sonrojada, agradezco a que no hay mucha luz, así no me ve toda roja.
A ver, que después de conocerlo te sonrojas por todo
Suspiro. –Y... ¿Estás nervioso por mañana?–Pregunto
– ¿Qué hay mañana?–Pregunta realmente confundido, no puedo evitar soltar una carcajada
–Irás al instituto por primera vez–Aclaro
–Oh... No, en el reino Ledus también tenemos educación, no nos creerás brutos–No entiendo porque razón eso logra sonrojarme, de nuevo.
–No, no era lo que quería decir. Solo que aquí, en la ciudad es un poco... Diferente–Digo
–Entiendo tu punto. No, no estoy nervioso, Gracie sí, volteo el closet con lo poco que había comprado preguntando que ponerse, estaba a punto de volverse loca–Mete las manos en los bolsillos de su suéter, sonrío imaginando a Gracie. Ella, Mónica y Macaia causaran revuelo en esa escuela, lo sé, las tres son hermosas–. ¿Estás nerviosa por practicar tus poderes?–Pregunta, yo asiento con timidez.
Ahora, ¿Qué me pasa?
–Es extraño que de pronto te digan que eres la elegida y eres muy poderosa–Digo, él asiente asimilando lo que acababa de decirle, Gunter es una persona muy buena, detrás de toda esa fachada fría e incluso mala
Se me escapa un bostezo lo que hace que él se me quede mirando, la verdad hablar con él me ha relajado bastante, pero aun no quiero ir a dormir.
– ¿Tienes sueño?–Me pregunta, yo niego con la cabeza, en mi campo de visión veo un pequeño parquecito, un tobogán, dos columpios, y esa rueda en la que te sientas y te hacen girar, la verdad no sé cómo se llama.
Camino más rápido sentándome en ella, Gunter me mira divertido pero se sienta a mi lado, haciendo que la rueda luzca más pequeña.
– ¿Cuál es tu color favorito, lobo?
–No lo sé–Me mira con tal intensidad que siento que voy derretirme–. El gris–Siento la calentura subir a mis cachetes y orejas, Gunter me coloca un mechón detrás de la oreja y siento aquel familiar hormigueo cuando nuestras pieles rozan, le sonrío, porque en este momento no sé qué más hacer.
Mi corazón es un desastre, observo esos chispeantes ojos que tengo en frente, de pronto comienzan a brillar, azules brillantes anormales y cautivantes, no encuentro razón por la que sus ojos brillen, un apretón a mi mano me hace mirar esta, él tiene su mano en la mía, el hormigueo me recorre por todo el brazo, asumo que mis ojos también deben de estar brillando