"Si nada nos salva de la muerte, al menos que el amor nos salve de la vida —Pablo Neruda"
Martes 31 de enero. 2017
2:12am
Gunter se encuentra a mi lado en su forma de lobo, miro a los seis hombres frente a mí, mi pulso está acelerado y estoy tan aterrada que no sé cómo sigo de pie, no sé cómo me he atrevido a retarlos, pero siento ira, lastimaron a Gunter y eso me hace sentir furiosa
– ¿Y qué es lo que harás? Eres solo una niñata que no sabe usar sus poderes–Mi corazón retumba, es la verdad, pero no los complaceré
– ¿Tan seguro estás de eso? –Pregunto engreída, sin responder una flecha se dirige a nosotros, a mí, Gunter gruñe y en un abrir y cerrar de ojos, sin saber cómo, un escudo de hielo aparece frente a nosotros, deteniendo la flecha, la energía del poder que siento ahora es... Asombroso, los desterrado jadean, y yo sonrío, no sé cómo derrito el escudo
– ¿Decías? –Le digo antes de que el caos se desate, Gunter corre hacia ellos y de mis manos sale hielo, impacta contra uno de los desterrados y lo hace elevarse por el aire para aterrizar en el suelo
– ¡Everest! –El grito de Gracie llega a mis oídos y mi corazón se tambalea, no puede estar en riesgo, miro hacia la ventada, ambas están bajando
¡No, no, no!
Una flecha se dispara hacia mí y la desvío sin saber cómo, sé que use aire, algo se aflora en mi pecho, miedo, miedo crudo, Gunter está atacando a tres, Gracie se transforma y ayuda a su hermano, yo me encuentro con Mónica
Disparo fuego en dirección a un desterrado, este suelta un grito de dolor y temo que alguien nos escuche, un desterrado se abalanza a mí un grito ahogado queda en mi garganta cuando caigo al suelo, el hombre levanta la espada que lleva y yo me quedo paralizada, en blanco, no sé qué hacer, no oigo nada, solo el latido de mi corazón que retumba en mis oídos.
Entonces el hombre gira la cabeza tan fuerte que puedo oír el "Crack" de su cuello quebrándose, cae al suelo y esquivo la espada, termina cayendo junto a mí, Mónica me mira con alivio, ya me cuesta menos respirar, logro ver a un desterrado tras ella apuntarla con su arco, una ráfaga de hielo sale de mi mano haciendo función de flecha, choca contra su pecho y cae, sangre mancha la nieve y pánico me apodera, ¿Esta...
No, no
Veo los seis cuerpos inertes en el suelo
No...
Uno tiene una quemadura en su cara, que hace que me den arcadas, estoy a punto de soltar lo que hay en mi estomago
Soy un monstruo
– ¿Everest? –Habla Mónica, pero no puedo responder, ella me deja un momento y sube a la habitación, cuando baja trae consigo, uno de sus bálsamos mágicos.
Mi vista se posa en los cuerpos sin vida que yacen en el suelo, visualizo un movimiento, mi cuerpo se tensa, Mónica también lo ve, con manos temblorosas marca algo en su móvil y llama a alguien
Yo los mate, mate a la mayoría, les arrebate la vida sin pensarlo y sin titubear.
Las lágrimas nublan mi visión, siento como si me fueran golpeado en la boca del estómago
Soy una asesina
Un sollozo se me escapa y no sé en qué momento Gunter se transformó, se agacha frente a mí
– ¿Everest? –Dice, yo niego con la cabeza, intenta tocarme pero me alejo
¿Qué tal si le hago daño a él también?
–Everest...–Dice mi nombre de manera dulce, mi corazón se siente magullado–. Pecosa, mírame–Murmura pero no puedo apartar la vista de los cuerpos, de pronto sus brazos se envuelven a mi alrededor.
La calidez de su cuerpo envuelve el mío que se ha enfriado debido a lo pasmada que estoy, el hormigueo llega, yo me derrumbo, sollozos descontrolados salen de mí, él me aprieta más fuerte contra su pecho y lloro, mi corazón se está haciendo añicos, mi mundo se está derrumbando.
Gunter me acaricia la espalda y susurra cosas que no logro escuchar por mi llanto
«No te tortures, pecosa» Su voz suena en mis pensamientos, me hace llorar más
Soy una asesina. Me estruja más en su pecho
«No eres una asesina. No digas eso, fuiste valiente» Me tenso al ver que me escucho, un sollozo hace que suelte un sonido lastimero, él me aleja y sus ojos azul brillantes me miran, sus pulgares apartan mis lágrimas
– ¿Crees que ellos se habrían detenido? No, te habrían...–Gunter cierra los ojos como si le costara pronunciar lo que viene–. Te habrían matado, o quizás herido, sin piedad, sin remordimiento, tú solo te defendiste–Niego con la cabeza, y él se vuelve borroso por las lágrimas
–Soy un monstruo–Digo bajito
–No lo eres–Dice antes de abrazarme de nuevo–. Eres una chica valiente–Murmura, mi corazón aletea, y me siento culpable por sentir algo bueno en este momento, mis ojos empiezan a cerrarse con pesadez, debido al cansancio y por primera vez, me dejo llevar, sin pensar tanto.
Me despierto en un lugar oscuro, árboles secos y espeluznantes están a mí alrededor, las ramas se baten por el viento, miro a todos lados aterrada, la luz de la luna pasa a través de las ramas, dándole un aspecto terrorífico al bosque, me siento descolocada
¿Dónde estoy?
Mi corazón retumba, camino dos pasos pero un grito me detiene, de pronto estoy envuelta en un montón de gritos, gritos lastimeros, gritos de dolor.
Mi corazón late tan rápido que siento que se va a salir de mi pecho, corro, corro tan rápido como puedo algo hace que me tropiece, caigo encima de esto, abro los ojos, mi corazón se detiene y suelto un grito de terror, el hombre de cara quemada se encuentra debajo de mí, asustada me arrastro lejos de él pero su mano toma mi pie y me arrastra, grito con todas mis fuerzas
– ¡Me mataste! –Ruge y puedo sentir como el suelo tiembla
– ¡Asesinaaaaa! –Grita otra voz, todo mi cuerpo tiembla, estoy tan aterrada, cierro los ojos