Everest: La elegida [1]

Capitulo XVII - Mate

Cuántas cosas perdemos por miedo a perder

—Paulo Coelho

Jueves, 02 de febrero. 2017

Mi corazón da un vuelco ante las palabras de Gunter "Harás que pierda la cordura" No puedo creer que haya dicho eso. La mayoría de las veces no logro entenderlo, sus humores son muy cambiantes, excesivamente diría yo.

Aún tengo el brazo rodeándolo, la verdad es que él me ha llevado al borde de mi cordura muchas veces y ha logrado que sea difícil estar a su alrededor, Gunter y yo tenemos una conexión, algo peculiar, no tiene explicación alguna. A pesar de las idioteces que ha hecho Gunter, siempre ha estado para mí, he intentado alejarme pero siempre fracaso.

No sé qué hacer, no sé qué responder, me ha dejado sin palabras. Me termino de acercar a él y espero que no me esté equivocando, dejo un pequeño beso en sus labios antes de abrazarlo, lo abrazo porque me siento protegida y segura, me siento en casa.

–Espero que no sea para mal–Le susurro contra su cuello, él envuelve sus brazos a mi alrededor

–Es una peculiar manera de perder la cordura, es una buena manera se podría decir–Responde, sonrío. Nos quedamos así un buen rato hasta que decidimos que es hora de bajar, me sonrojo demasiado, la vergüenza es mucha, al quedar en su regazo se me ha subido la falda, hasta casi notarse mi ropa interior.

¿Por qué no me traga la tierra de una vez?

Él ríe, demasiado, suelta una carcajada. Gunter casi siempre anda serio, pocas veces ríe, que lo haga hace que una calidez se instale en mi pecho, aunque sigo muriéndome de la vergüenza

Justo ahora estoy confundida y no sé, simplemente no sé a dónde irá todo esto, pero la guerra está a punto de comenzar y tendré que enfrentar mi destino, aunque eso me aterrorice, no creo que haya tiempo para confusiones amorosas y problemas románticos

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Una semana después

Jueves, 09 de febrero. 2017

Mis músculos duelen como si fuera corrido un maratón. Estoy agotada, física y mentalmente. Ha sido una semana dura y estresante, no he podido manejar mucho el fuego, Purple está muy presionada, al igual que yo, se supone que debo aprender lo más rápido que pueda pero esto es un reto para mí

Lo que ha dicho Purple tiene sentido:

"Quizás te cuesta dominar el fuego porque el primer poder que dominaste perfectamente fue el hielo y eres una descendiente Frost, lo opuesto al hielo es el fuego, lo opuesto al frío es el calor. Por eso te cuesta tanto manejarlo"

Lo único que he logrado es quemarme, ah y enterarme que me curo demasiado rápido, aparte de quemarme he logrado unos cuantos movimientos, pero me han costado como el demonio. A diferencia de North que va manejándolo perfectamente.

Miro el techo de mi habitación con notable frustración, mi teléfono vibra en mi mesita de noche, extiendo el brazo para tomarlo y ver de qué trata

Andrew: Everest, necesito decirte algo ¿Estás en tú casa?

Mi corazón da un vuelco

Yo: Claro, si estoy en mi casa

Andrew: Sal

Oh dios mío

Si está haciendo esto para asustarme pues lo está logrando. Bajo las escaleras, llevo las rodillas llenas de barro y tengo unas cuantas ampollas en las manos, pero ciertamente no me importa, abro la puerta y Andrew está recostado contra su auto, me sonríe y su mirada se torna divertida.

– ¿Día duro?

–Ni que lo digas–Digo con ironía, su sonrisa se amplia, y luego con nerviosismo se pasa las manos por su pantalón, un silencio incomodo se ha instalado entre nosotros, poniéndome de nervios, Andrew se aclara la garganta

–Quería preguntarte si... Eh...–Suspira–. ¿Quieres salir conmigo? Solos tú y yo

Jadeo por la sorpresa, de todas las cosas esa es la única que no me imagine, que me invitara a salir. Con todo lo que hay en mi vida, creo que me vendría bien un poco de normalidad, luego recuerdo el momento que Gunter y yo tuvimos hace una semana y mi corazón se detiene, eso debió significar algo ¿Y si piensa que lo estoy traicionando?

Tonterías Everest, Gunter y tú no son nada. Además ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Mi subconsciente es malvada, pero logra convencerme, Andrew tiene una cara de derrota pero yo sonrío

–Claro que sí, Andrew–Él sonríe nuevamente

–Paso por ti a las 8 ¿Bien?–Asiento y cuando entra al carro, corro a la casa para arreglarme, ya es algo tarde

No puedo negar que si estoy algo nerviosa, pero aunque Andrew me parece lindo y todo eso no me afecta tanto, se ha vuelto mi amigo. A diferencia de Gunter, que me afecta en todo sentido, desde lo que pasó en mi habitación no hemos vuelto a hablar, él no ha hecho el intento y yo por mi parte estoy algo apenada. No sé a dónde nos llevará todo esto, no sé qué es lo que él quiere.

Nos hemos limitado a compartir miradas y unas cuantas sonrisas y sonrojos –Los sonrojos de mi parte claro– De hecho siempre que estamos en la misma habitación no quita la mirada de mí y eso me hace sentir intimidada.

Me miro en el espejo una última vez y creo que quede pasable. Mis jeans, zapatillas y una blusa escote bardot de color azul oscuro, llevo el cabello suelto y unos retoques de maquillaje, nada exagerado.

Bajo a la cocina y me consigo con mi madre, verla me da una increíble nostalgia, ella es mi madre, indiferentemente lo que haya pasado, ella lo seguirá siendo, sé que es así para North también

–Que hermosa estás cariño ¿Vas a salir?–Me pregunta, ahora me siento nerviosa, me sonrojo

–Gracias mami, de hecho... Sí, saldré con un chico–Ella parpadea varias veces, sorprendida, supongo, luego esboza una sonrisa




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