Everest: La elegida [1]

Capítulo XX- La carta

Everest Allen

Domingo, 19 de febrero. 2017

Mi respiración es errática cuando Gunter se aleja de mí, al igual que la de él, sus ojos azules intensos como zafiros me miran con deseo y creo que voy a derretirme, espero e imploro mentalmente que no cambie, que no se vuelva regio y todo complicado.

—Ledus...—Susurra él, pero no dice más, entra en la cama y me abraza cuidadosamente, como si tuviera miedo de romperme

—Estaba asustada...—Digo

— ¿De qué hablas?

—Cuando las flechas impactaron contigo y tus ojos me miraron llenos de dolor, no solo me sentía furiosa, tenía miedo de que te hicieran más daño, yo no pude retener todo aquel poder que salía de mí—Digo en tono bajo, él suspira.

—Yo tenía miedo de que no despertarás, tenía miedo de...—Se calla, por un buen rato, luego suspira nuevamente—. Tenía miedo de perderte, Everest—Mi corazón hace una fiesta, voy a responder cuando la puerta del cuarto se abre sobresaltándome, es Gracie, ella luce sorprendida, mis mejillas arden y sé que estoy muy roja, las de ellas se enciende.

Cuando pienso que no podría ser más incómodo Gunter empieza a reír, su hermana le da una mirada muy significativa a Gunter, incluso nostálgica como si no lo oyera reír tanto, eso me hace sentir triste

— ¡Gunter! ¡Para de reír! —Ella intenta contener una sonrisa, al igual que yo. Sus mejillas están muy rosadas y en serio la situación es chistosa, cuando la situación se relaja ella dice lo que tenía guardado y venía decir en un principio—. Abajo están Purple y André, quieren verte, Eve—Noto que Gunter suspira

—Diles que bajaré en un minuto—Le digo a Gracie, ella asiente y se va, intento moverme pero cuesta bastante por el dolor punzante en mi hombro, Gunter me ayuda a sentarme y noto que voy sin brasier y que está blusa deja mucho a la imaginación, mis mejillas se calientan, al igual que mis orejas, Gunter me mira divertido y baja su mirada por mi dorso—. Deja de mirarme así y búscame algo con que cubrirme—Me cubro instintivamente, él sonríe antes de levantarse

—Pero me gusta tu blusa, mucho...

— ¡Gunter! Obedece a tu princesa—Él ríe nuevamente y sale de la habitación, al parecer está de muy buen humor, regresa con una blusa—Que cubre mejor mis pechos— y pantalones que sé son de Gracie, me dice que me esperará abajo, me cambio rápidamente y voy hasta el baño y me sorprendo al ver los rasguños que hay en mis mejillas, soy un desastre andante, mis labios están resecos y a pesar de haber estado más de 24 horas inconsciente luzco cansada, me lavo la cara y bajo, como dijo Gracie, allí están André y Purple, ella corre a abrazarme, pero lo hace cuidadosamente

—Estás bien, por todas las llamas, estaba muy preocupada por ti—Dice, veo a North quien está recargado contra la pared, él camina hasta mi

—Creo que no me separaré de ti más nunca, ya han sido dos ataques en los que no te he ayudado... Me siento culpa...

— ¡No te atrevas! No es tu culpa, ni mía, solo de los desterrados, no te culpes—Le digo, él me abraza y sé que si no estuviera lastimada me apretaría bastante contra él

—Su alteza, hay alguien que quiere verla—Dice

—Creo que ya me está molestando estos atentados contra mis hijos—La voz de mi progenitor me dejan estática, sale de la cocina con un vaso de agua en sus manos, y vestido como un empresario lo haría, de hecho, me recuerda a mi papá, no él mi otro papá, esto es complicado.

—Rey...—Su mirada se vuelve algo nostálgica, sé que quiere que lo llame papá, pero por ahora no puedo, aun no—. No sabía que vendría

—Supe que este es el segundo atentado contra ustedes, soy el rey y tú padre, no puedo permitir que les hagan daño, debemos acelerar esto—Dice él, yo lo miro confundida

— ¿Acelerar qué?

—Los desterrados están preparándose para dar la batalla, mandan a estos ataques a sus soldados sin poderes, es obvio que resguardan a los que tienen poderes para ese día

»Los desterrados se han vuelto multitud, es posible que tengamos posibilidades de perder, por eso necesitas entrenarte bien, hija. Quisiera que no tuvieras que pasar por esto, pero es tú destino, como elegida.

—Sé que esto no es tú culpa, y sé que salvarlos es mi responsabilidad, lo hago lo mejor que puedo—Mi voz se quiebra—. Quiero ser una buena elegida... No quiero que personas mueran por mi culpa—Mis ojos se humedecen y el rey Noel se acerca mi envolviéndome en un abrazo

—Sé que esto es muy difícil para ti, cariño, pero sé que lo lograrás eres fuerte, tan fuerte como los antiguos elegidos y elegidas—Me dice él, yo asiento y me separo de él secando mis lágrimas

—Necesito una lección más con Purple, y necesito que envíes un mensaje al reino Uguns, para notificar que su chica no volverá, se quedará aquí en Alaska, conmigo

»Necesito que notifiques al reino Udens que necesito su entrenador lo más rápido posible, cuando haya llegado, necesito que notifiques al reino Augi que también necesito su entrenador acá

—Pero ambos entrenadores estarán acá—Dice él confundido

—Exacto, yo me encargo de dividir mi horario para poder aprender ambos poderes. El tiempo no es un lujo que podamos darnos, su alteza—Le digo, él luce sorprendido e incluso orgulloso

— ¿Qué hay del reino Klimats? —Pregunta él

—Oh, pero por supuesto, también necesito a su entrenador acá, notifíqueselo. Por favor—Le digo, mi verdadero padre asiente

—Será un placer, princesa—Sonrío, Sivor silba

—Pero Eve, estás en llamas chica, naciste para ser princesa—Suelto una carcajada, incluso el rey sonríe

—North—Lo llama el rey—. Purple habló conmigo de tus habilidades, estoy orgulloso, sigue así y te dejaré una tarea que sé que cumplirías con los ojos cerrados. Cuida a tú hermana, siempre que puedas protégela, así como ella te protegerá a ti

»Estoy orgulloso de ambos, por saber sobrellevar esto




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