He estado sentado en este puto asiento de avión durante doce horas solo para volver a mi ciudad natal, Houston Texas, y pese al niño que está llorando detrás de mí, que por cierto me ha provocado un dolor de cabeza espantoso, estoy más nervioso por lo que me encontrare allá. Ya hace un año desde que vi a mi familia y honestamente no sé cómo tomaran mi regreso pero, da igual no lo sabré hasta que esté allí.
Al llegar, frente al enorme portón que justo tiene las palabras "Rancho Webster" escritas en él, conduzco con mi moto Honda falcón negra por todo el sendero hasta llegar al garaje de mi casa, al estacionar me aclaro la garganta, me quito el casco y camino hacia la puerta que conduce a la cocina. Cuando entro está vacía pero hay algo cocinándose, por el olor a de ser lasaña. Dejo la cocina y entro en la sala de estar, mi madre está de espaldas hablando por teléfono, lleva un vestido ajustado azul y tacones negros, al acercarme a ella le toco el hombro y al voltearse su expresión es de completo asombro pero cambia rápidamente a felicidad. Cuelga y me toma en sus brazos apretándome lo más fuerte que puede, como si le diera miedo que yo salga corriendo, al separarnos sus ojos azules del mismo color del mar están llenos de lágrimas y tiene una sonrisa muy amplia, va a comenzar a decir algo, un grito nos sorprende a ambos.
Me volteo es mi hermana menor, Sofía, que está bajando las escaleras.
-¿Qué haces aquí? ¿Cuándo llegaste? -dice cuando la tengo enfrente, lleva su uniforme de fútbol que tiene el número "14" en él y una letra "C" en una de sus mangas.
-Hace un momento y ¿Dónde están Daniela, Verónica y David? -le pregunto al momento en que la levanto del suelo con un abrazo. Es agradable ver sus ojos azules, idénticos a los de mi madre y su cabello largo negro. De verdad que la extrañaba un montón.
-Están arriba, sube estarán felices de verte como nosotras -dice mi madre-.
Voy subiendo con mamá y Sofía escaleras arriba, al llegar una puerta se abre y de la habitación sale Verónica mi hermana mayor que se queda boquiabierta al verme.
-¡Hola! ¿Por qué no avisaste que venias? -dice ella al darme un rápido abrazo. Ella y yo nunca fuimos muy afectuosos que digamos y por eso nos entendemos muy bien sin la necesidad de demostrarnos mucho afecto.
-Quise darles una sorpresa.
-¡Lucas! -dice la voz de mi hermano menor David.
-Hola enano -digo al verlo acercarse por el pasillo.
Aunque me siento algo agobiado por estar rodeado de tanta emoción y abrazos, no digo nada. Me dirijo a mi cuarto, cerrado con llave, junto a David. Al entrar me invaden aún más los recuerdos, me deshago de la grande y pesada mochila que llevo en la espalda llena de ropa que tengo que lavar, un libro electrónico y fotos de mi viaje por el mundo. Me siento en el borde de mi cama vestida de negro y mi hermanito en la silla que hay a un lado del escritorio. Hay tanta tensión en esta habitación que siento que me voy a desmayar.
-¿Qué has estado haciendo en todo este tiempo? -pregunto en un intento de aligerar la tensión.
-La pregunta es qué has hecho tu -dice con un tono desafiante, típico de los Webster -te fuiste y por un año entero, no supimos nada de ti ni de donde estabas.
-Fui a China, México, Londres, París -suspire- y un montón de sitios que ya ni recuerdo -digo haciendo memoria de mi ausencia.
-Eso está increíble, pero que desaparecieras no tanto -realmente no sé si está dolido o frustrado por haberme ido sin haber dado señales de vida -aunque no eres el único, Josh tampoco es que viene mucho a visitar solo hacemos vídeo llamadas una que otra vez.
Si antes me sentía súper incomodo ahora me siento peor.
-Hablando de Josh ¿Dónde vive ahora? -pregunto para saber el paradero de mi hermano mayor.
Desde antes de que yo me fuera estoy peleado con él y no hemos querido hablar desde entonces.
-En Florida con su esposa Amanda -responde y justo suena su teléfono y él sale de mi cuarto para atender su llamada.
Al estar sentado solo en mi habitación, aún tengo ese recuerdo muy claro, ese día trágico que debió ser un día perfecto porque, había comenzado muy bien y de golpe se fue yendo a la mierda y lo peor es que sigo sintiendo que fue por mi culpa.