Evie Grehnne. Introducción a la magia.

Vampiritos.

Aquel pequeño incendio representó el punto de partida para una serie de frustrantes entrenamientos, primero fue Jannie Grehnne quien lo intentó, convencida de que una mano enérgica iba a ayudar a su nieta a explotar su potencial, trataron de diversas formas, desde haciéndola enojar hasta con cosquillas, luego la puso en peligro, y tuvieron que curarle el brazo cuando todo salió mal, al terminar la mañana, Evie estaba exhausta, y la abuela aburrida, era un trabajo estresante eso de entrenar a una joven bruja, la abuela ya no estaba para esas andadas.

La segunda en intentarlo fue su madre, lo intentó mostrándole, luego fue severa, posteriormente trató de calmarla y dejarla fluir, y terminó por ser un desastre, Evie no sólo no lograba concentrarse, sino que además conseguía hacer que su pobre madre se desconcentrara, haciendo que el pequeño patio terminara por experimentar más cosas de las que estaba preparado.

Cuando la tía Petnie tuvo el turno, aunque no muy convencidas las otras brujas de la casa, fue tan amable que la pobre Evie se sintió mal, la tía Petnie era agradable, y cuidaba a su tranquila bebé mientras le explicaba pacientemente y la hacía relajarse con muestras de magia que eran todo un placer visual.

—Sabes —Dijo luego de un rato cuando vio que Evie se encontraba exasperada por tanto arduo trabajo. —Las brujas blancas son contratadas en su gran mayoría por otras brujas para entrenar a las chicas que están descubriendo sus poderes, en teoría, debería funcionar, aunque ciertamente yo nunca he entrenado a nadie, y no sé exactamente como hacerlo ¿Te parece si llamamos a alguien que sepa? Tengo una muy buena amiga que puede venir y ayudarnos un poco.

—Tía, sé honesta conmigo ¿No te parece que debo esperar y dejar que surja? Esto de tener que sacarlo, cuando no sé ni cómo hacerlo, me agobia un poco, y creo que nos tiene a todas bastante agobiadas.

—Créeme que no sólo lo creo, sé que la mejor forma es que se te den las cosas, pero el torneo será pronto.

—Sigo sin entender la importancia del torneo ¿De qué me sirve saber si soy más bruja que otras? ¿No todas tenemos distintos intereses? ¿Por qué tendría que estresarme por algo así? ¿Qué obtengo a cambio? ¿Qué obtienen las demás? Ciertamente no le veo mucho sentido.

—Sé que ahora tan joven no te preocupas por ciertas cosas, pero el torneo sirve para muchos propósitos, brujas más poderosas, consiguen esposos más poderosos, y continúa mejorando la magia por generaciones.

—Si la abuela ha deseado que nuestra magia se extinga ¿Por qué habría de interesarme casarme con un hombre poderoso?

—Oh, cariño, las ideas de la abuela son de ella, personalmente adoro la magia, es algo precioso, me hace sentir tan cómoda y tan especial, y siento que negarle eso a Alice sería privarla de una parte de su persona, la abuela podrá estar en contra de la magia, porque es cierto que es muy peligrosa, pero aun con todas las consecuencias, sé que yo volvería a pasarlas todas por conservar este precioso pedacito de mí, es lo que soy, soy una mujer fuerte, independiente, inteligente, amable y capaz, pero sobre todo soy una gran bruja, no me avergüenza, y creo que en algún momento todas las brujas viviremos en paz sin rivalidades, trabajando para ayudarnos a crecer mutuamente.

Evie frunció el ceño, en señal de confusión.

—Es una decisión personal, la abuela tomó la decisión que consideró correcta, yo hago lo mismo, y acá entre nos, cuando vi al tío George llevándome margaritas y me dijo que había visto en mi la llama escarlata, supe que le había encontrado, Evie, George es un vampiro, como el abuelo, es sólo que queríamos esperar a que la abuela falleciera para no hacerle vivir esto, no me gustaría hacerla pasar por una división de lealtades, pero ahora que el abuelo soltó esa bomba, los gemelos podrán conocer su origen con mayor anticipación y sin temor de que mi madre me ponga en tela de juicio lo que creo.

—No sé que decir, supongo que ahora que sé que puedo hacer magia, no querría separarme de ella, es decir, es una locura, es increíble.

—Y de alguna forma tu madre, tu abuela y yo ya hemos vivido como brujas toda la vida, no conocemos otra vida, y no podemos decidir por ustedes, es decir, por ti y por Alice. —Petnie se levantó, alisó sus faldas y le sonrió a Evie. —Vamos adentro, tu padre debe estar por llegar, Anthony se pondrá como un loco a explicarnos lo que ha aprendido, debe ser una experiencia interesante.

Alrededor de las 10, las brujas cenaron, habían esperado un largo rato, pero nadie llegaba a la casa todavía, por lo visto se habían retrasado un poco al volver.

Anthony llegó acompañado de su padre, su tío y los gemelos pasadas las 2, y aunque se encontraba muy emocionado, el cansancio pudo más que todo lo que tenía en mente, y medio protestando se fue a dormir, con la promesa de despertar temprano al día siguiente para contarle a Evie todo, sin excepción, los gemelos, un poco menores, se habían dormido en el trayecto, esa madrugada, George y Petnie se fueron a dormir, y en la cocina quedó una muy tranquila Grace, tratando de explicarle a su esposo toda la situación en la que ahora se encontraban inmersos.



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En el texto hay: brujas, magia, hadas

Editado: 07.08.2021

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