Evie Grehnne. Introducción a la magia.

Brujas blancas.

El círculo estaba dividido en tres partes, luego de caminar por tres horas, llegaron al área de las brujas blancas, y el espectáculo era increíble.

El ambiente pasó de sentirse frío, a llenarse de calidez, a lo lejos podía escuchase la melodía más hermosa del mundo, su piel se volvió tersa, suave, sin imperfección alguna, su tacto se volvió fino, sus ojos se llenaron de lágrimas ante tanta belleza y perfección, a lo lejos el sol comenzaba a ocultarse, en tonalidades naranjas, de pronto sintieron hambre, y la comida sabía deliciosa, era una explosión de sabor, indescriptible.

El corazón se les llenó de gozo, el alma de esperanza, la mente se sentía cabalgando en libertad, todo en aquel lugar sabía delicioso, hasta el aire, todo parecía ser de los más delicioso que sus paladares hubieran probado.

No sentían miedo, cansancio, sueño, sus rostros estaban radiantes, el viento cargado de brisa, soplaba en total calma, estaban completas, tenían amor, y sientieron que necesitaban descansar, pues de pronto, la vida no dolía, no había obligaciones, no había nada más que un mar de esperanza, preciosa esperanza.

Sus frases eran elocuentes, hablaban de todo como si supieran, y todo conocimiento resultaba acertado, cada palabra se deslizaba deliciosamente sobre sus labios, estaban seguras, se sentían sabias, y se sentían felices, extraordinamiente felices.

La noche llegó demasiado pronto, y de repente, pero las copas de los árboles danzaban con el viento, y el ruido de la naturaleza se hacía presenta como un suave murmullo a lo lejos, no hacía frío, aunque casi podían sentirse acariciadas por el viento, recostadas entre las flores, su delicado aroma inundaba la estancia, y el cielo maravillosamente estrellado, las sumía en un completo éxtasis, habían reído desde que llegaron, sin embargo, seguían sin sentir sus músculos cansados.

Se encontraron con un par de chicas, que estaban como ellas, colmadas de felicidad, ahí ya no eran competencia, ahí estaban juntas, dispuestas a disfrutarlo todo, se recostaron sobre las flores, entre risitas.

Katy se puso de pie, con un estruendoso grito.

—Tenemos que movernos.

Las demás la miraron desconcertadas.

—Vuelve aquí, dime ¿No te parece que todo ha dejado de doler? —Evie le extendió su mano.

—Tenemos que movernos, Evie.

—Eres un triste bruja amargada.—Cristine le hizo un puchero.

—Tenemos que salir de aquí, de inmediato, Evie, escúchame.—Katy se puso de rodillas, sintió la suavidad del suelo, y el dulce olor de la tierra.

—¿No te siente viva, Katy? ¿No te sientes viva de verdad?

Y entonces la abofeteó.

Pero Evie no sintió dolor, o enojo, sólo comenzó a reír.

Los minutos pasaban, con Evie y Cristine abofeteándose mutuamente, y luego llenándose de carcajadas.

Katy estaba enojada, sentía la brisa en sus mejillas, y escuchaba a Evie feliz, pero estaba molesta ¿Por qué no lo notaban? ¿Se podía ser tan tonto? ¿Cuánto habían estado ahí? ¿Por qué las otras chicas no estaban pensando en salir siquiera? ¿Qué era tan impresionante?

Katy sintió sus mejillas sonrojarse, su cabeza le comenzó a doler, sus ojos lloraron. Ira.

Y estalló, con un estruendoso grito.

La oscuridad de la noche cayó de pronto sobre ellas, el frío las invadió, las flores se secaron en diez metros a la redonda, la tierra se humedeció, y se llenó de gusanos, gruñidos de bestias se escucharon de pronto, y el aire comenzó a escaparse de sus pulmones.

Katy estaba llorando, sus lágrimas se mezclaban con la fuerte lluvia, Cristine abrazó a Evie, pero sus pulmones presionaban su pecho, las otras chicas estaban atemorizadas.

—Katy...—La voz de Evie se sentía pesada, su cuerpo comenzaba a doler.—Basta.

Pero no se detuvo.

El frío quemaba sus manos, estaban temblando, Cristine vió sus pesadillas delante de sus ojos, a su padre abandonando la casa, a su madre alcohólica cuando tenía seis años, y a su abuelo abusando de ella.

—¡Que te detengas!—Cristine se puso de pie, y las encerró en un círculo de fuego, que apenas se mantenía aún con toda su fuerza, estaba llorando.

Katy las observó fijamente, negó con la cabeza, en su rostro se veía sólamente horror y se desplomó.

Fue entonces cuando todo acabó.



#15681 en Fantasía
#2046 en Paranormal
#622 en Mística

En el texto hay: brujas, magia, hadas

Editado: 07.08.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.