Evie Grehnne. Introducción a la magia.

Espera.

—Una broma de mal gusto sería que nos dijeran que somos las primeras.—Cristine se sonrió, mientras sacudía las cenizas de sus ropas.

—No lo son, créeme.—Una chica le sonrió con autosuficiencia a sus espaldas.

—Evie, querida, te presento a la más joven de las Crewthon.—Cristine jaló a Evie con sus manos, poniéndola delante del ojo inquisitivo de Lucy Crewthon.

—¿Crewthon?

—Así es, querida, estarás bajo mi mando muy pronto, es bueno conocer a una de las Grehnne, dicen que son un dolor de cabeza.—Lucy rodó los ojos.

—Bueno, chica, de tí dicen muchas cosas, pero no andamos por la vida pensando en eso, eh.—Cristine se le acercó, abrazándola, Lucy se removió incómoda.

—Lucy, ella es Katy.—Evie la presentó, cuando se acercó, luego de las ovaciones de la abuela de Cristine.

—Un gusto.—Katy le estrechó la mano.—Escuché que logró pasar la prueba intacta, y sola.

—Por supuesto, es lo mínimo que debí hacer, después de todo, las brujas estaban viéndome, y sería una lástima que vean en su próxima líder una niñata que no logra hacer las cosas bien.

—¿Es que no tienes amigas, Lucy?—Jannie Grehnne se acercó al grupo, había llegado por fin.

La chica iba a replicar, pero sintió la mirada de su madre sobre ella, y se alejó en silencio.

—Fenomenal actuación, muy inteligente, demasiado.—Jannie le arqueó una ceja a Katy, la amiga de su nieta.—Dime, chica ¿Quienes son tus padres?

—Me temo que no tengo, señora.—Katy bajó la mirada.

—Imposible, yo juraría que eres una de las Stevens, el mismo cabello castaño, los mismos perfectos dientes, tu corta estatura, y tus profundos ojos.

—No le miento, señora.—Katy se sonrojó

—Y no lo dudo, dime, chica ¿Has escuchado la historia de los hijos de Roberta Stevens?

—Si, la he estudiado.

—Pues estoy segura de que eres una de las nietas que perdió Roberta, dime, de no ser así ¿De dónde habrías sacado tus poderes? Roberta es la única bruja que no está afiliada a la comunidad mágica, cuya familia conservaría hasta el día de hoy sus poderes, su descendencia es pura, una elitista de mierda tu abuela, pero sin ningún otro defecto destacable.

—Con todo respeto, Roberta es una bruja woorfe, su familia es demasiado poderosa, y yo sigo aquí, tratando de hacer algo medianamente decente.

—Porque te falta calor familiar, niña, y Roberta debe ser o muy vieja, o muy estúpida como para no haberse enterado de ti, vaya mierda que causa el separarse de la jurisdicción del consejo.—Jannie la observaba fijamente, Katy no deseaba replicar, respetaba mucho a Jannie Grehnne.—Sígueme, aun falta para que esto termine, y hemos de enterarnos de quien es tu madre, porque pondría mi vida en que se trata de Clarisse Stevens, Evie, ven conmigo, deja a Cristine disfrutar de su madre, y de la tuya, por lo visto, vamos a obtener algo de información.

Ambas siguieron a Jannie hacia el interior del castillo.

—¿A quién piensas preguntarle, abuela? A las personas de por aquí no pareces agradarles mucho.

—Es miedo lo que tienen, Evie.

La abuela cruzo la entrada lateral, traspasó con rapidez la sala, vacía casi por completo, cruzó hasta los domitorios, y abrió un par de pasadizos más allá, llegó a una pequeña sala, conjuró un portal, las hizo sentarse en el piso, y descendió el portal sobre ellas, cubriendo la atmósfera de la sala con un suave manto de luz.

—Creí que jamás en la vida vería a alguien conjurar un portal.—Katy tenía las pupilas dilatadas.—Son increíbles, yo creo que...

—Cállate.—Jannie se puso de pie.

—Richard, amigo mío.

—¿Jannie? ¿Jannie Grehnne? Por todos los cielos. ¡Que vieja estás!

—Bueno, Richard ¿Crees que no tengo espejos en casa?

Jannie estaba hablando con el castillo, una voz de varón, vieja y confortable.

—Es sólo una observación, te echo mucho de menos.

—Venga, Richard, quiero que conozcas a mi nieta, formalmente al menos.

—¡Pero si ya conozco a la chica! ¡Todo mundo habla de ella en los pasillos!

—Richard, necesito un favor.

—Los que quieras, siempre, lo sabes.

—Necesito saber... ¿Quién es la madre de Katy?

—¿Por qué te daría esa información? Sabes que soy muy celoso con mi información, te lo he dicho.

—Creo saber quien es, pero necesito que me lo confirmes ¿Está eso bien para ti?

—Supongo que sólo será una palabra después de todo.

—Dime, Richard ¿Katy es hija de Clarisse Stevens?

—Sí.

—¡Oh, Richard! Traeré para ti un par de mis cuadros cuando vuelva ¿Qué te parece?

—¡Me encantaría!

—Tenemos que irnos, Richard, ya vendré para que me hagas alguno de tus interesantes acertijos.

—¡Hasta la próxima, Jannie Grehnne!

Jannie retiró el portal de sus cabezas, y la habitación volvió a tornarse oscura y en silencio.

—Volveremos ahora, depositarán su bola en la fuente, e iremos a conocer a tu abuela, te reconocerá en cuanto te vea, no tengas miedo, Evie, apresúrate.

Afuera del castillo, la multitud vociferaba, había salido el último equipo, y todas las chicas, sin importar donde estuviera, estaban de regreso, sanas y salvas, aunque terriblemente cansadas. El equipo de las inglesas había conseguido la última bola de plata.

Todas las familias abrazaban a sus jóvenes brujas, les llenaban de besos la cara, y agradecían que hubieran regresado con bien, los tres equipos ganadores fueron llamados al centro, todos aplaudieron, y depositaron sus bolas de plata en la fuente, que hasta donde se sabía, crecería, y liberaría los poderes cuando fuese el momento, todas estaban sumamente entusiasmadas, pero Katy solo quería salir de ahí y conocer a la tal Roberta, cuya familia había sido castigada muchos siglos atrás, con la mitad del apellido como no mágicos.

 

 

 

 

 

 

 

 



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En el texto hay: brujas, magia, hadas

Editado: 07.08.2021

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