Saqué el cuchillo de mi tobillo.
—Muéstrame la palma de tu mano. —Ella lo hizo, la tomé y la puse sobre la pirámide—. Activa tu máscara de buceo. —Ya ambas protegidas—. Señor Kim vamos a comenzar, aléjense lo más posible por si hay veneno.
—Tranquila ya cerramos la sala.
—Okey.
Respire y sin pensarlo hice un corte en su mano, ella chilló y deje que la sangre corriera sobre el artefacto. Para luego colocarla en el hueco y girarla hacia la izquierda como indicaba. Al principio sonó un chirrido agudo, mire con el rabillo del ojo a Anjil algo asustado. Entonces comenzó a moverse la pared, en lo que abría un polvo fino era expulsado alrededor nuestro.
—¡¿Qué es eso?!
—Estos antepasados sí que eran quisquillosos, en caso de que alguien no merecedor este a tu lado, de seguro moriría por este veneno.
Supongo que gracias a la máscara me he salvado, parece que solo mata si se respira. Frente a nosotros se mostró un pasillo lleno de escrituras. Hablaba de que: “Aquel que logré entrar es bienvenido. Sépase que este ha hecho un avance hacia el conocimiento escondido. Siglos de información y aprendizaje hallará para solo así al fin poder alcanzar las estrellas.”
—¿De qué hablan?
—No lo sé, mejor sigamos An.
—¿Alexa? Están bien.
—Si señor Kim, pero no deben entrar, afuera está inundado de veneno.
—Okey, nos encargaremos de eso, ustedes continúen, las estamos escuchando.
—¡Mira Ale, otra puerta y tiene un símbolo que yo conozco!
—Y aun dudas de que, no son tu gente los que han estado aquí.
—Si, de hecho, llevó ese símbolo en este collar que mi abuela me entregó. —Se lo quitó y lo colocó en el agujero que, estaba debajo de la imagen. Al instante la puerta se abrió—. ¡Oh por Gaia!!!
—¡¡¡Chicas!!! ¡¿Qué está pasando allá abajo?!
—¿Señor Kim se acuerda que, la historia de Egipto de vieja tierra cuenta que hay faraones que no fueron hallados?
—Sí.
—Pues acabamos de descubrir porque, no fueron encontrados. Simplemente están aquí.
—¡¿Cómo dices?!
—Están todos aquí, es increíble. Incluso hay nombres que nunca he visto registrados en esos libros.
—¿Están seguras?
—Si más que seguras, los nombres están aquí. Taudius II.
—¿Quién es ese?
—No lo sé, pero era importante por la cantidad de oro y joyas alrededor de su tumba.
—¡Impresionante! Estaremos ahí dentro de media hora, estamos liberando el aire.
—¿Tanto tomará?
—Debemos estar seguros de contenerlo, podría matar a todos aquí o tendríamos que desalojar y dejar todo.
—Entendido, seguiremos investigando y grabaremos esta sala.
—Chicas tengan cuidado por favor.
—Estamos bien Dael, no te preocupes amor.
—¿Anjil ven aquí?!
—¿Qué sucede? … ¡Oh por Gaia esto es increíblemente bello!
—Es como ver el espacio, dice:
“Aquellos que han llegado hasta aquí, poseen el universo en sus venas. Las respuestas a sus dudas, sobre la humanidad. Llevan los genes de los dioses caídos en esta tierra, aquellos que mostraron sus secretos y buscaron la ascendencia del alma. Abre tu mente heredera del más allá, hijo de viajeros del espacio, expande tus horizontes porque lo que descubrirás cambiará tu idea del mundo y el universo será tu aliado.”
—¡Eso suena…increíble!
—Pues es para ti, de hecho, tendrás que volver a usar tu collar. —Me miro tratando de entender—. Aquí, justo aquí.
Colocó su collar donde le señale y otra puerta comenzó a ceder y lo que había dentro era mayor que un tesoro egipcio.