Salimos para decir que entrarán las cosas, cuando alguien dijo:
—¡Algo se mueve en el agua!
—¡Todos péguense a la pared!
Grité, por suerte esta tenía una buena distancia del agua. Al momento salieron luces reflejadas en esta y vimos al submarino ascender. La alegría nos invadió a todos y cuando Dael salió Anjil corrió a sus brazos. Los deje aprovechar el momento, por lo que ordené a los hombres sacar las cosas y ponerlas dentro de la Cueva. Camine al rato hacia los dos tórtolos.
—Gracias, Dael, nos salvaste allá afuera… Pero como vuelvas a poner la misión en peligro, por dos personas sin importancia, prometo que no habrá una parte de ti que no golpearé. ¿Entendido?
—Sí Alexa.
—Bien, pues pongamos a trabajar.
Le dije fingiendo enojo, sonreí en cuanto les di mi espalda, era un alivio tener a mi hermano a salvo. Si, estos chicos eran familia sin dudar. Ya todas las cajas estaban fuera del submarino y comenzaban a ponerlas adentro.
—Alexa mira hacia la entrada.
Me viré a ver porque Anjil estaba pálida y al hacerlo, vi una cabeza gigante observándonos.
—Deténganse y apaguen las luces.
Dije en un susurro.
Todos se quedaron quietos y el silencio invadió el lugar, hasta que un fuerte sonido de una caja cayendo se sintió. Al momento la caverna se sacudió, al el enorme animal chocar con la entrada tratando de acceder. Maldije unas cuantas veces, algunas rocas comenzaron a desprenderse, entendí que si no nos comía al menos nos enterraría allí.
—Entren todas las cajas, asegúrenlas con las redes a la baranda que hay adentro y amárrense a está. —Agarre una pistola de bengalas, si aún usábamos esas y lo agradecí, era la única forma de hacer fuego—. Anjil cuando veas que me lanzó al agua, comienza a cerrar las puertas.
—¿Qué dices Alexa?
—Si no llego, tú y Dael tendrán que seguir esto. ¿Okey?
—¡No!
—Anjil no hay tiempo, por fa dile a Lee que lo amo.
Cuando vi a todos adentro cumpliendo mis órdenes me subí en el submarino y lo puse en marcha hacia la entrada de la Cueva. Ya a unos metros activé el piloto automático y puse a liberar el combustible. Me lancé al agua, nadé lo más rápido que pude hasta llegar a la plataforma. Anjil me gritaba que corriera junto con Dael, ya que las puertas estaban cerrándose.
Me deslicé casi llegando y pase por la apertura de estas, mientras lo hacía me viré con la pistola en mano y apunte al submarino, sin pensarlo dispare y grite mascaras puestas. Active la mía y maldita hiena, mi cuerpo se tensó porque vi que caería sin perdón al fondo de la cueva, ya que no estaba amarrada. Cerré los ojos esperando la explosión y los golpes que me daría, cuando un brazo me agarro y evitó que me fuera hacia abajo.
Me sostuve de la baranda con todo mi ser, entonces ocurrió la explosión. El agua entró a gran velocidad por las puertas que ya casi terminaban de cerrarse. Aun cerradas, no dejo de fluir hacia dentro y todo el lugar se sacudió. El flujo de agua era fuerte, nos pegó a las rocas sin perdón, de seguro algunos saldríamos heridos.
Al rato se detuvo, por suerte no había inundación y todos quedamos en el mismo sitio.
—¡Repórtense! ¡Si hay alguien herido vaya rápido con el equipo médico! ¡Carlos y Marcel!
—Sí señora.
—¿Están bien?
—Si estamos bien.
—Okey. Tomen luces y desciendan con cuidado, traten de hallar algún terreno llano.
—Si señora.
—¡Anjil! —Ya a mi lado me acompaño hasta las puertas—. Estoy segura de que la catacumba se derrumbó, así que nuestra salida está bloqueada. De todas formas, haz un escáner y verifica por favor. —Ella asintió—: Roger, trata de comunicarte de la manera que sea con la base, usa la ayuda de Dael. Informales lo ocurrido y que seguimos en la misión. —Ambos asintieron y se pusieron a trabajar—. ¡Doctora Aurora repórtese!
—Hay tres heridos leves, ya los estamos vendando. Lee es el más grave, pero está estable. Tiene una fisura en la segunda costilla, pero hasta que no lleguemos a un lugar seguro no puede ser inmovilizado.
Es increíble lo fuerte que es, a veces me asombra, adolorido pudo sostenerme. Lo miré y él me sonrió, le dije gracias y que lo amaba en pensamiento, solo negó. Volví mi atención a la doctora nuevamente.
—Correcto, esperaremos por los exploradores para movernos hacia una.
Al rato regresaron.
—Señora hay un nivel inferior seguro, son unos 150 escalones más abajo y dejamos luces para guiarnos.
—Perfecto, gracias. ¡Anjil!
—Exactamente como pensábamos, estamos bloqueados. —Asentí—. Sin embargo, por algún lado el agua se escurrió.
—Eso mismo estaba reflexionando, algunas líneas de salida pueden ser posibles. Okey, confió en ti. ¡Roger!
—Comunicamos el mensaje.
—Bien, entonces vamos a movernos a un lugar más cómodo. Okey, aquellos que no están heridos ayuden a cargar los suministros a un nivel inferior, son 150 escalones para descender. Los exploradores vayan adelante.