Evolución prohibida

Entre el terror y la acción

Yuji ignoró sus palabras; sabía que sólo intentaba distraerlo. Aunque logró cubrirse con los brazos, el disparo igual lo empujó varios centímetros hacia atrás. El sujeto sonrió con aire de superioridad.

—¿Creíste que no íbamos a estar preparados? —volvió a apuntarle, esta vez directo al rostro.

Yuji abrió los ojos con terror. Miró a Isumo un segundo, buscando ayuda… pero seguía en ese extraño estado de vibración, casi fuera de fase. No tenía súper velocidad, así que el resultado era obvio. El enemigo sonrió y apretó el gatillo.

La escopeta se desvió de golpe: Isumo apareció entre ambos, como un destello, golpeó apenas el arma y desapareció, regresando al lado del otro enemigo. Yuji aprovechó esa mínima distracción para arrebatarle la escopeta y, con un tirón brutal, partirla en dos.

La velocidad de teletransportación de Isumo había aumentado. Ahora se movía tan rápido que el hombre apenas distinguía un rastro, pero no parecía preocupado: sus lentes emitieron un leve brillo. Algún tipo de visión avanzada se activó, permitiéndole seguir el ritmo de los movimientos, tanto la velocidad como la percepción.

Lo demostró enseguida: acertó un golpe directo. Isumo no alcanzó a evitarlo; salió despedido hacia las góndolas, aunque logró desviarse e ir frenando con las manos apoyadas sobre la góndola mientras se deslizaba.

—¡Quema, carajo! —agitaba las manos, sacudiéndolas—. ¡Ay, ay, ay! Me saqué las huellas.

—¡Dejá de hablar solo! —rugió el hombre, saltando sobre la góndola.

Fue directo con un puñetazo, pero Isumo se transportó a su izquierda. El sujeto lo igualó con velocidad, lo que hizo que el golpe finalmente conectara. Antes de estrellarse contra el piso, Isumo reapareció a otro costado y contraatacó con una patada al rostro, arrojándolo al suelo. Pero el impacto también lo desequilibró: Isumo cayó de rodillas, todavía afectado por la fuerza del choque.

Al mismo tiempo, el contrincante de Yuji no le dio respiro. Con un grito, se lanzó sobre él, descargando todo lo que tenía directo hacia su cara. El golpe le rozó la mandíbula y el puño impactó contra una góndola, provocando que se caiga hacia la siguiente de manera que las demás fueron cayéndose una tras otra. Seguido recibió una patada con toda la potencia del artefacto. Salió disparado en dirección a las chicas, así que, con desesperación y sin estar seguro, clavó sus dedos en el suelo.

—¡Yuji! —gritó April.

—¡Corran! ¡Ahora!

April sujetó a Leia del brazo, parecía estar perdida. Una vez fuera, se le resbalaron los dedos e impactó contra las heladeras.

Levantando la cabeza, él ya estaba cerca suyo listo para el siguiente movimiento. Lo esquivó apenas. Teniéndolo delante con la mano clavada en la heladera, le atacó en el estómago, pero de inmediato el sujeto se alertó y se protegió sujetándolo con la otra mano a toda potencia, que apenas lo contenía. La otra mano estaba atascada, no podía sacarla por más esfuerzo le ponía.

—¡Cillian! ¡Ayúdame, por favor!

Desvió la mirada, con intensidad, hacia su compañero. Dejando a Isumo en segundo plano, activó a toda potencia las zapatillas, dándoles una forma diferente. De ellos salía tanta energía que parecían rayos, marcando el suelo. Isumo no se quedó atrás. Apareció justo al lado de Cillian, justo cuando estaba a punto de quitar a su compañero. La mirada de Isumo era perversa, en cambio la de los enemigos demostraban miedo de forma repentina. Eso se debía a que él tenía un trozo de la góndola y ellos tenían el espacio cerrado para que pudiesen esquivar.

Isumo se lo introdujo en la boca a Cillian, hasta atravesarle la cabeza, dejando pasmado al otro. Yuji estaba congelado. El sujeto sabía que no lograría hacer nada contra él, así que aprovechó su parálisis para quitar con mucha fuerza la otra mano con el poco tiempo que tenía, pero fue inútil. En el momento de alcanzarle la cara, Isumo reapareció detrás. Le dio fin a su vida atravesando su nuca.

—Isumo… Tú… —April lo miraba desconcertada.

—Era lo correcto… —cayó de rodillas.

—Ellos estaban entrenados, si no fuera por su descuido habríamos muerto. —contestó Yuji. —estuvo cerca.

—Es cierto, pero su forma de hacerlo… Ese hombre estaba aterrado.

—Igual nosotros. Estoy perdiendo la adrenalina y comienza a dolerme todo… —se desplomó por completo.

—Se… Desmayó. —dijo Yuji.

Leia observaba sentada en el suelo, y apoyada en el mostrador. Estaba paralizada con la mirada horrorizada.

—Leia. —Yuji se acercó. —¿Estás bien?

—Yuji… —lloraba. —¿Qué acaba de pasar? Dime… —él la abrazó. —tengo miedo…

—Tranquila, todo está bien ahora. April, ¿Qué sucederá ahora?

—No lo sé. Esto será difícil de cubrir. Hay que romper las cámaras y eliminar las grabaciones. Y… Llamar a la policía.

Llegaron la policía y ambulancia. Los oficiales se sorprendieron al ver el escenario, de inmediato fueron con ellos. En el momento de ser interrogados, alguien más llegó a interrumpir al policía. Un oficial de mayor rango. Dejó que se marcharan sin hacerles preguntas. Mientras se marchaban en el auto, él los observaba con seriedad.

—Ya están apareciendo.




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