Evolución prohibida

Cuando la calma se rompe

En el hospital, los cuartos estaban llenos, por lo que ellos fueron dejados en la zona principal, donde había más camillas.

Leia dormía en un banco junto a la camilla de Isumo, que estaba inconsciente. Yuji y April se encontraban un una maquina dispensadora de frituras y bebidas, ubicado a unos metros. Él estaba atento en todo lo que sucedía a su alrededor.

—Yuji, no aparecerá nadie. No creo que sean idiotas para que vengan al hospital a hacer algo.

—Puede ser, pero no podemos relajarnos como si nada pasara.

—No digo eso, sólo relájate por un segundo. Con lo que estás haciendo se ve muy sospechoso, podrían pensar cualquier cosa, recuerda que el hospital sabe que venimos de un supuesto asalto armado.

—¿Y eso qué?

—No sé, no estoy en sus cabezas, pero quizás saquen ideas que no son, ¿Puedes dejar de estar mirando hacia todos lados, aunque sea por un momento?

—Está bien. —suspiró tocándose la frente. Intentando contener las lágrimas y con la voz rota añadió. —es que… Todo esto… Está jodido. —no soportó más aquellas lágrimas retenidas.

—Lo sé… —lloraba mirando a un lado mientras suspiraba. —¿Crees que no pienso lo mismo? Ahora debo vivir con miedo, porque no sé si me van a perseguir por estar involucrada con ustedes.

—Perdón por eso, por mi culpa estás metida en esto.

—Yo no quise decir eso, no fue mi intensión que tú pensaras eso. Nadie tiene la culpa. Lo solucionaremos de algún modo, tenlo por seguro.

—Ojalá sea así. Y tienes razón, no vendrán a molestar. Lo menos que quieren es que se sepa de gente con poderes. Todo estará bien. —sonreía, pero su mirada decía otra cosa.

Se sentaron al lado de Leia, que se despertó al escucharlos. April le entregó el alimento, pero ella tomó los que tenía Yuji, haciendo que se molestara. Él le sonrió a April. Apareció la médica para informarles los resultados.

—¿Tiene varias costillas rotas? —preguntó April preocupada. —no puede ser… —lo miró cubriéndose la boca.

—Pero… Se recuperará, ¿No es así? —añadió Yuji poniéndose de pie.

—Claro, por supuesto. Aunque llevará su tiempo. Mientras tanto no tiene que hacer ningún esfuerzo físico.

—Díselo a ellos. —murmuró Yuji.

—¿Disculpe?

—No nada, no me haga caso, ¿Y en cuánto tiempo se recuperará?

—Eso depende de muchos factores. Pero puedo decirle que ronda entre seis a doce semanas, aunque en algunos casos puede demorar más.

—Entiendo.

Debían irse por el reglamento, por no ser familiar, aun así, ellos insistieron. Los médicos los dejaron, tenían otras cosas importantes para hacer. En poco tiempo se relajaron hasta quedarse dormidos; Yuji insistía en mantenerse despierto, pero el cansancio lo superó.

El edificio estaba prácticamente vacío, sólo quedaron las enfermeras de guardia, que rondaban de vez en cuando en la zona de ellos. April sintió un sonido que la despertó rápido y notó que ya había anochecido. Yuji no se encontraba, por lo que marcó a su celular de inmediato.

Apareció una mano detrás de ella, tapándole la boca en el momento que Yuji aceptó la llamada.

—April, ¿Se despertó? ¿April? ¡April! —lo único que se escuchó fue el tono de la llamada cortada.

No dejó pasar un segundo para apresurarse en salir del baño. Su velocidad superaba por mucho a cualquier humano por encima del promedio. Teniendo en cuenta que los baños no estaban lejos, logró llegar, aunque ya estaban lejos de la ubicación.

—¡Malditos infelices!

—¡No creas que no estamos preparados! —tiró un maletín, el cual abrió pisándola y salió un chaleco que fue expandiéndose hasta cubrirle el cuerpo. —¡Enfréntate!

Yuji y el individuo se lanzaron al mismo tiempo El choque de puños retumbó en el pasillo como un estallido seco de metal contra metal. Ambos fueron empujados hacia atrás, pero Yuji sintió cómo la vibración le recorría los brazos hasta el pecho, como si el golpe hubiese sacudido sus órganos.

El atacante aprovechó el retroceso: giró y lanzó una patada lateral. Yuji apenas la vio venir antes de que su cara fuera arrastrada contra la pared. El azulejo se rajó alrededor de su cabeza.

—Terminaré con esta pelea —dijo el individuo, avanzando sin darle respiro.

—No lo permitiré —escupió Yuji, arrancando un trozo de pared desprendida y lanzándola como una bala.

El individuo lo sujetó demostrando superioridad en frente de su cara. Quitándola de su vista, Yuji ya estaba en frente con el puño a unos centímetros de la cara y sin darle tiempo de hacer algo. No obstante, de los pies salieron unas extensiones que se clavaron en el suelo, aunque no impidió del todo en ser expulsado.

—¡Tienes bastante fuerza! ¡Ja,ja,ja! —clavó las manos y se impulsó usando propulsores de los pies. —¡Pero no será suficiente!

Cambió la posición en pleno vuelo: giró sobre sí mismo, alineando las piernas hacia adelante, y cuando estuvo a menos de dos metros de Yuji, los propulsores se transfirieron a sus brazos. Se protegió con los brazos. Lograba contener el ataque con mucho esfuerzo, sin embargo no fue suficiente. Sus brazos se despegaron y salió disparado. Sin dejar que pase un segundo más, el individuo fue hacia él a toda potencia con Yuji levantándose, pero no le dejó hacer nada. El puño comenzó a brillar con el propulsor a toda marcha. Lo único que Yuji alcanzó a hacer, fue presenciar el cómo iba el puño a su rostro, y unas palabras que lo marcaron.

—No debiste hacerlo.




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