Al despertar, dentro de una cápsula, cruzó miradas con el sujeto, que estaba sin el casco y con la armadura sin potencia. Aprovechó ese momento para sujetarle la cara con los demás disparándole. Mirándolo con frialdad, le aplastó la mandíbula y le atravesó el cráneo con el puño.
Uno corría de forma torpe en dirección a unos cargadores, ubicados en la punta, mientras el otro le disparaba sin éxito. Se fue acercando, ya en frente lo levantó desde la parte superior de la cabeza. Le presionaba de a poco, haciendo que se escuchase el crujido y los gritos.
—¿Por qué hacen esto!?
—¡No tienes idea de nada! ¡Todo se irá a la mierda por culpa de ustedes!
—¿¡Qué está pasando allí atrás!?
Preparado para dispararle, usó al militar como escudo y se lo arrojó como un saco. El enemigo quedó debajo e inmóvil, así que fue hacia él con tranquilidad. En el rango del cuerpo, el militar se quitó el cuerpo de encima y le disparó varias veces al abdomen; eran las mismas balas azules.
—¡El maldito despertó!
Gracias a la adrenalina no sentía del todo el dolor real, por lo que pudo acercarse aun más y aplastarle la cabeza.
El conductor frenó al mismo tiempo que avisó al resto de la otra furgoneta, que también se detuvo. Antes de que pudiera bajarse, Yuji atravesó la chapa y su cabeza en el trayecto.
—¿Yuji despertó? —preguntó Leia. —qué alivio.
—Y parece que mató al peso pesado.
—¡Cierren la boca, malditas putas! ¡Las mataré aquí mismo!
—No me asustas. —dijo April.
El individuo, a punto de golpearla con la culata de la ametralladora, fue detenido por otro.
—Son sólo civiles. No manifiestan ninguna especialidad. —daba la impresión de ser un rango superior.
—Claro, lo siento.
—Ja, ¿Le tienes miedo? —dijo Leia. —¿No eras rudo?
—No te dejes provocar, ahora bajemos, está acercándose, ¡Tomen las municiones ácidas!
Bajaron seis contando al líder de equipo.
—¿Por qué tuviste que hacerlo? Pudimos viajar tranquilos.
—No me dirijas la palabra, mal nacido de mierda.
Tomó una pose lista para correr y destruyó el suelo al impulsarse. Iba a toda potencia, dándoles poco tiempo de responder con disparos. No lograba esquivar todos, pero por más que recibía daño, él apenas lo sentía. Dio un salto con el que pudo llegar a ellos. Lanzó un puño y fue detenido por el capitán de la misma forma.
April le golpeó la entrepierna al que las vigilaba y salió tomándole la mano a Leia.
—¿Tú también…?
—No te equivoques. Yo no soy un fenómeno, tengo prótesis. —con un grito lo arrojó con un golpe en una de sus heridas. —¡Estoy preparado para enfrentarme a ustedes!
—¡No es justo, él está herido! —gritó Leia.
—¿Cómo escaparon? —preguntó uno.
—Lo siento. —contestó saliendo despacio. —me golpearon los huevos.
—No importa, no harán nada útil.
—¡April, Leia!
—¡No te distraigas!
Al impulsarse destruyó el suelo y expulsó a los demás por la onda generada. Yuji sólo tuvo tiempo de protegerse con los brazos, aunque no fue suficiente, deslizó a mucha distancia hasta perder el equilibrio y tener que frenar con las manos.
Levantó la mirada con el cuerpo listo para contraatacar, sin esperarse que el capitán iba a estar a un paso delante y con el puño en la cara. El ataque lo dejó en el suelo en un instante. Lo siguiente fue darles puñetazos sin descanso.
—¡Déjalo! —Leia comenzó a correr.
—¡Leia, espera!
—¿La dejaremos que vaya?
—¿Y qué hará? ¿Matarlo?
—Tienes razón, es una mosca.
—¡Te dije que lo dejes! —le golpeaba en la espalda.
—Maldita molestia. —se puso de pie y la tomó del cuello.
Yuji vio la escena, quedando atónito. Sus ojos empezaron a palpitar y envolverse de un color morado con unas líneas amarillas mientras se ponía de pie.
—¡Suéltala! —con un grito lo sujetó del brazo.
—¿Qué mierda es todo esto? —preguntó un chico escondido en un callejón. —grabaré todo esto. —activó el celular con flash. —mierda.
Notaron la presencia. Sabía que ya estaba perdido y era absurdo escapar, así que salió todavía con el celular.
—¡Estoy transmitiéndolo en vivo! ¡Tengo más de cien mil seguidores en una red que se viraliza muy rápido! ¡Ustedes están más jodidos que yo si se llevan a estas personas, o a mí!
—Señor, no podemos arriesgarnos. —dijo a través de la radio. —puede ser que esté diciendo la verdad y no sabemos cuánto hace que esté ahí.
Soltó a Leia.
—Regresen a la camioneta y dejen a esa mujer. Al menos tenemos a uno de ellos.
—No se lo llevarán. —el capitán le golpeó el estómago, dejándolo sin aire. —mierda…
—Ya basta, muchacho. Alégrate de esta situación y aprovecha para huir, porque regresaré por ti. —se marchó levantándole la mano al desconocido.
April corrió hacia los dos apenas se marcharon. El chico se acercó para ver qué sucedía.
—Leia… —la sujetó con ambos brazos. —¿Puedes hablar?
—Me… Duele…
—No sigas, esto me vasta para saber que tu garganta no está tan dañada. —Leia perdió la consciencia.
—¿Se encuentran bien? —preguntó April. —lo siento, esto es mi culpa. Si no me hubieran secuestrado…
—No lo es, esto iba a pasar de una manera u otra.
—Disculpen, ¿¡Qué mierda acaba de pasar!? ¿¡Quienes eran esos tipos!? ¡Creí que iban a matarme con esa mentira! Gracias al cielo que me creyeron.
—Gracias por eso, de verdad. —dijo April. —si no aparecías seguramente nos hubieran llevado con Isumo.
—Me ofendes. —dijo Yuji.
—¿Isumo es su líder?
—No, es nuestro amigo. Ahora ayúdame a sostenerla mientras llamo un coche. Él está herido y tiene que descansar.
—¿No deberíamos llevarlo a un médico?
—No es buena idea, estábamos ahí cuando nos secuestraron. Llamaremos la atención.
—Pueden venir a mi departamento, vivo solo.
—No creo que sea buena idea. —contestó Yuji.
—Es la única alternativa que tenemos. —dijo April. —iremos con él. Tú tienes que recuperarte, estás malherido.