Por un momento después de que las palabras salieron de su boca, hubo silencio.
Silencio absoluto.
Estaba realmente bastante seguro de que podía escuchar el latido de cada corazón a su alrededor por unos pocos segundos. Y entonces Jude rompió a reír.
Jude…
Se rio. Como en... carcajadas.
Y esa no fue realmente la reacción que buscaba Lorcan. Esto no era lo que había estado esperando. Porque Jude realmente no se reía a menudo.
Pero bueno, al menos no se desmayó.
Y eso era algo que Lorcan había imaginado que iba a suceder. Eso, o que Hannes le dispararía.
Y a juzgar por la forma en la que los ojos del elemental de fuego estaban brillando, era una posibilidad.
Cuando la risa de Jude finalmente se calmó lo suficiente para que él volviera a hablar, se quedó mirando a Lorcan. Este, a cambio, solo le devolvió la mirada y esperó a que algo hiciera clic en su cabeza de que no estaba bromeando.
Estaba bastante claro cuando eso sucedió también. La sonrisa divertida cayó y él casi se quedó boquiabierto. —Estás siendo serio.
—Sí— Lorcan asintió.
—Y todos ustedes pensaron que yo estaba mal de la cabeza—Marcus se recostó en su silla, inclinando la cabeza hacia su mejor amigo, que también se volvió para mirarlo.
—Lo estabas— replicó Lorcan.
Eso era cierto.
No había sido un camino fácil que los llevara a todos a donde estaban ahora. El Psionic que empezó la guerra y el héroe Elemental que acabó con ella, habían destruido gran parte de los países en una batalla interminable y ahora ambos estaban reconstruyendo esos países.
Es curioso cómo funcionaron esas cosas.
No fue un asunto pequeño lo que volvió a unir a estos dos bandos de la guerra civil. Tampoco había sido un paseo por el parque, pero estaba mejorando a medida que pasaban los años.
Pero estaba lejos de terminar.
Debido a que todavía había mucha sangre en sus manos, no solo las de Lorcan, y eso iba a llevar mucho tiempo cambiar eso. Volver a la guerra con los que quedaron atrás: más sangre derramada, más muerte, más odio, eso no estaba ayudando.
— ¿Nos estás jodiendo?—La voz de Said, que se elevaba desde el extremo de la mesa, atrajo la atención de Marcus y Lorcan.
—No Said, no estoy jodiendo.
—Entonces has perdido la maldita cabeza — El opositor había visto venir el gruñido en la voz de Hannes. Así que cuando lo miró, no se sorprendió cuando lo encontró ardiendo en ira, literalmente hablando.
—No, Hannes. No lo he hecho.
—¡¿Quieres contratar a la que ha estado desarmando a nuestras tropas por diversión? ¡¿Y no crees que sea un poco estúpido?!— Fue acercándose a Lorcan. Su resplandor era lo suficientemente caliente como para afectar a su armadura.
—No, soy muy consciente de lo mal que esta.
—¿Entonces por qué estás diciendo eso?
—Hannes, cálmate— dijo Lynn en voz baja.
—¿¡Calmarme !? ¡¿Calmarme?! ¡Él quiere contratar a esa mujer que nos asesinaría a todos si le damos la mitad de la oportunidad! ¡¿Y quieres que me calme !?
—Sí— La mujer asintió.
Una simple palabra y la mandíbula de Hannes simplemente cayó. Y por mucho que intentara incinerar a ambos por actuar de manera tan estúpida, Cam lo asesinaría si se atreviese a tocar a su mejor amiga. Así que caminó de regreso, todo lo que podía hacer era dejar que su peso cayera sobre su asiento y fulminara a la pareja feliz.
¿Qué más se suponía que debía hacer?
—¿Qué tienes en mente, Lorcan? — Lester habló, atrayendo todos los ojos hacia él. Apoyaba los codos sobre la mesa y sostenía la barbilla en la palma de la mano, mientras contemplaba al Opositor.
—Lo que dijo Lynn —Duvont se encogió de hombros. — Necesitamos información privilegiada, y actualmente hay una atada dentro de Inity.
— ¿Así que quieres usarla? — Jude tuvo un ligero tic, y si no hubiera sido por la mano de su pareja en la rodilla debajo de la mesa, probablemente ya habría hecho una rabieta. Pero Archioc estaba allí, extrañamente tranquilo, mientras miraba fijamente a Lorcan.