El Opositor se había ido, llevándose al tal Jude con él. Eso dejó a Lester y Archioc para mantener un ojo sobre ella.
—Sé que tienes hambre, mujer— Lester habló y ella levantó la cabeza para mirarlo a través de su visor negro antes de mirar la merienda que estaba sobre la mesa junto a él y el Psionic domesticado.
Ella le ofreció una sonrisa perezosa. —Estoy bien.
—Has estado aquí por tres horas y media y no has comido nada— Archioc contrarrestó. — No vamos a envenenarte si eso es lo que estás pensando. No es realmente nuestro estilo.
—¿Y cuál es tu estilo, Asesino de Sombras? —Desafió Evory detrás de su visor ante la forma en que su mandíbula se apretó ante ese título.
Oh. Ella había golpeado un nervio. Que divertido.
—¿Qué es esto? — Ella se rió, sin perder la forma en que el médico cambió ligeramente a una postura casi protectora, sus ojos se lanzaron entre ella y el otro individuo. Parecía que Evory realmente había tropezado con un tema amargo. Su querido amigo estaba tratando de protegerlo de eso. Bien, lástima que no tuviera la oportunidad. —¿No te gusta que te llamen Asesino de Sombras, Psy traidor? ¿Sabes? Es muy raro que después de tanto tiempo, quieran referirse a los Psionics como Sub elementales, cuando son de la clase Psy, no puedes borrar ni negar tu origen, especialmente el de una leyenda como tú.
—Descubrirás muy rápido aquí, dulce Evy, que a nadie le gusta ese título. Sería prudente recordarlo—. Los ojos de Archioc se estrecharon, tratando de terminar efectivamente la conversación.
Sin embargo, lo tomó como permiso para seguir pinchando al perro con un palo afilado.
—Pero hay muchos aquí—Ella sonrió casi con dulzura—Quiero decir, vamos chicos. El señor de los Psy, el todo poderoso Psionic Marcus Gräenz está por aquí en alguna parte, ¿no es así? Vaugh, y muchos más de esos lacayos sin nombre. ¿Por qué esta es solo una pequeña y triste familia disfuncional, verdad? ¡Por eso me encanta estar aquí!
Archioc le dio una sonrisa burlesca. —Tú eres la que aceptó ayudarnos, cariño.
— Nah —Ella se recostó en su silla —Acepté usarte y que me paguen por ello.
—Llámalo como quieras—gruñó Archioc — Lo estás haciendo igual. Tú eres la que decidió incluirse a esta “familia disfuncional”
Ella inclinó su cabeza —¿Tú por qué lo hiciste?
Para cuando Archioc iba a contestarle, la puerta se abrió, el Opositor regresó con su "asesor más confiable" y un sujeto más que sólo la hizo ponerse tensa.
Su visor se oscureció hasta un tono negro y sus garras se clavaron en los brazos de la silla
Fue aterrador. Fue patético.
Ella lo odiaba.
Ese Luderaux…
Y luego, en un horrible momento, algo hizo clic en ella.
¡Espera! ¿Él?
¡Espera un maldito momento!
¡¿ÉL?! ¡Oh mierda no!
—Evory— saludó el Opositor cuando entraron antes de que su mirada descansara sobre la joven mujer. Cuando lo hizo, notó el cambio.
Esta no era la prisionera relajada y casi feliz que había dejado hace unos minutos. Esta era una bomba a punto de estallar.
Archioc, Jude, Lester y Said también lo vieron.
—¿Evory?
Ella escuchó al Opositor, claro; Podía ver la forma en que se tensaban. Aunque ella no podía hacer nada al respecto. Todo lo que podía pensar era en ese Luderaux .
Esto no podría estar pasando ahora mismo.
—¡Evory! —Tomó el grito del hombre para finalmente hacer que escuchara a través de su pánico, y dejar que su mirada volviera a la suya.
Ella solo se sentó allí sin embargo.
Porque no había nada más que ella pudiera hacer magnetizada hasta esta maldita silla. Solo podía dejar que su ira, su odio, su miedo explotaran dentro de ella hasta que la hizo silbar entre los colmillos descubiertos.
—¡Aléjate de mí!
Era seguro decir que Lorcan estaba confundido. Esto no tenía ningún sentido.