Ava Carter
Habíamos pasado parte del día en el parque al terminar me había llevado a mi bebé a comer a un restaurante y luego a comprar algo de ropa que definitivamente ambos necesitamos, él iba a comenzar a ir a la escuela y yo tendría un nuevo trabajo y necesitaba ir de forma adecuada verme elegante pero formar al mismo tiempo como una secretaria personal.
Massimo amaba tener ropa nueva y cosas nuevas así que ir de compras con él era bastante chistoso y divertido.
Intenté llamar a maximiliano un par de veces pero no tuve respuesta de su parte y tenía que hablar con él respecto a todo lo que había cambiado así que decidí que iría a su casa, no quería verlo pero no tenía de otra, a diferencia de él yo sí entendía que tenía que comunicarle las cosas de Massimo me gustó o no
Había llamado a su oficina con la intención de hablar con él sin embargo me habían dicho que no había ido a trabajar el día de hoy así que supuse que estaba en la mansión.
Massimo estuvo feliz cuando le dije que iríamos a ver a su padre.
Estacioné frente a la mansión fruncía el señor ver dos autos uno de ellos era el de maximiliano pero el otro era completamente desconocido para mí era bastante sencillo no parecía ser ningún socio de él puesto que suelen ir en camionetas o en autos deportivos.
Bajé a Massimo y cerré la puerta tomé su mano ambos caminamos hacia la entrada y toca el timbre esperando que abrieran la puerta justo como había sucedido el día de ayer una de las ampliadas abrió la puerta solo que a diferencia de ayer esta vez parecía tensa al verme.
Fruncía el ceño confundida.
Obviamente no me esperaban aquí pero tanto así como para asustarse.
—señorita Carter
—Hola Claudia—la saludé amablemente ella intentó fingir una sonrisa cosa bastante extraña Claudia era una de mis preferidas cuando viví en este lugar era muy amable conmigo Así que el hecho de que me tratara así o que estuviese tan tensa era extraño para mí— vine a ver a maximiliano sé que está—le dije mientras me adentraba la mansión evitando que tuviese posibilidad de siquiera negármelo.
Entendía que maximiliano no tenía ganas de siquiera hablar conmigo pero tenía que hacerlo después de todo teníamos un hijo juntos.
Camina hacia la sala pero mientras más miedo entraba comencé a escuchar risas femeninas mi cuerpo se tensó rápidamente porque comencé a sospechar y a darme cuenta él porque Claudia estuvo tan tensa apenas me vio.
Maximiliano estaba con alguien más, el hombre que hace unos días era mi esposo ya estaba con otra mujer.
Con el corazón sumamente acelerado y sintiendo que en cualquier momento saldría de mi pecho me adentré aquella sala pero jamás me hubiese preparado para lo que vi.
Ahí en el sofá con una enorme sonrisa como jamás lo había visto estaba maximiliano con una copa de lo que parecía ser champán en su mano, frente a él se encontraba Raquel también sonreía y tenía que admitir se veía preciosa.
— Papá!!— Massimo llamó la atención de ambos interrumpiéndolos pude ver como la sonrisa de maximiliano desapareció por completo.
Raquel por otro lado se levantó aún con aquella sonrisa en su rostro
— Ava— mencionó mi nombre con una sonrisa.
¿Por que odiaba tanto Raquel?
La mujer a mí no me había hecho absolutamente nada al contrario yo se lo había hecho a ella nunca supe si Raquel realmente estaba interesado en maximiliano pero siempre fue amable conmigo incluso cuando se enteró que estaba embarazada me felicitó me abrazó pero una parte de mí la odiaba la odiaba por ganarse el amor del hombre que yo amaba.
Selva estúpido que suena eso.
— Raquel— traté de saludarle igual de sincera que ella me adentré a la sala desviando por un segundo la mirada hacia maximiliano, quien me miraba como si quisiera asesinarme en este momento, lo entendía otra vez estaba dañando su momento— qué placer verte aquí, no sabía que estabas nuevamente en Estados Unidos— mentí aunque era algo que yo no sabía.
— Oh sí, llegué hace unos días— nos abrazamos. —espero no te molestes estoy aquí con maximiliano solo vine a saludar a un viejo amigo— Negué con la cabeza
Claro que me molestaba me dolía verlo feliz con alguien más que no fuese yo aunque conmigo jamás fue feliz y era algo que quisiera o no tenía que entender.
— No te preocupes Raquel, maximiliano y yo terminamos hace mucho tiempo de hecho estamos legalmente divorciados— era un error decirle que estaba divorciada del hombre que yo amaba? Posiblemente pero era la realidad y supongo que me ayudaba a decirlo en voz alta y sobre todo decírselo a ella— pero ahora intentamos ser padres de Massimo, solo he venido a comunicarle un par de cosas a maximiliano es que no me contestaba el teléfono
— Lo siento mucho tuvo que haber sido mi culpa es que le pedí que colocara su teléfono en silencio para que pudiéramos hablar y ponernos al día — parecía arrepentida
Negué con la cabeza
— No pasa nada
— Ava te molesta si me dices lo que me vas a decir en privado?— la voz dura de maximiliano llamó mi atención, había aprendido a reconocer cuando estaba furioso pero intentaba disimularlo y ese era el caso.
— Claro— mire a mi hijo— ¿Puedes quedarte un momento con Raquel? — Mi bebé asintió y se acerqué a la mujer que había conocido ayer, el mismo me lo había dicho.
Caminé el despacho en completo silencio escuchando los pasos de maximiliano detrás de mí apenas mediante el despacho sentí como su mano apretaba fuertemente mi brazo me solté del bruscamente.
Nunca más permitiría que me pusiera una mano encima quizás maximiliano nunca me había golpeado pero había sido tan malo y cruel conmigo
Sé que yo me había equivocado sé que había hecho cosas que alguien no debía hacer más que todo por dignidad sin embargo él pudo alejarse de mí cuando él quisiera y jamás lo hizo.
Prefirió maltratarme psicológicamente prefirió gritarme y decirme la basura que era durante 8 años supongo que pensó que ambos seríamos infelices y no solamente él