Ex Mortis

CAPITULO 16.

«Altair»

Han pasado un par de días y ni Tyra, ni Tony han llegado a Florencia y eso me está preocupado, ¿estarán bien? Mi estancia resguardada en el escondite de Caín ha sido agradable, he conocido a los viejos amigos de Tyra y Tamir ha estado concentrado en las féminas del lugar como buen incubo.

—Te noto preocupada— la voz de Caín me saca de mis pensamientos.

—Ya deberían de estar aquí Tyra y Tony.

—Entiendo, pero no hay mucho que podamos hacer— pone su mano en mi hombro intentando reconfortarme, pero no es algo tan fácil. —Ven, sígueme.

            Empieza a caminar sin siquiera haberse enterado si en verdad lo seguiré, pero dado quien es y donde estoy no le veo otra opción. Caminamos juntos entre la gente, ya varios se han acostumbrado a mi presencia, me saludan y siguen con sus actividades cotidianas. Llegamos a un par de puertas grandes que son abiertas por un ángel y un demonio respectivamente, cuando pasamos parece una herrería, hay una fragua al fondo y varia gente martillando, fundiendo, haciendo armas sin prestar mayor atención a su entorno. Con forme avanzamos algo en el fondo llama mi atención, sobre la fragua hay algo dorado que se mueve con las pocas ráfagas de viento que entran aquí, cuando estamos más cerca entonces me doy cuenta de lo que es, es un ala dorada.

—El ala dorada de Tyra cuando era un ángel— dice Caín de forma ceremoniosa. —He estado pensando en qué hacer con ella, claramente no es que en el actual estado de Tyra le vaya a servir, no con la forma que tiene, pero podría darle otra forma.

—¿Otra forma?

—Así es, es un objeto celestial, tiene mucho poder, podría volverse un arma poderosa— escucho la voz de Gio, el hechicero del linaje de Demeter, uno de los viejos conocidos de Tyra.

—¿Un arma? ¿Se puede forjar un ala? — me cruzo de brazos, claramente eso es algo que es fácil de hacer con acero, pero ¿con plumas?

—Jajajajajaja si, se puede, después de todo tiene huesos, los suficientes para un par de armas— me responde como si fuera una ingenua.

—Incluso podrían ser más fuertes que cualquier espada de inquisidor— interviene Caín con seriedad.

—Y ¿qué hace falta para poder hacerlas? — le pregunto con curiosidad.

—Que me ponga a trabajar— voltea hacia mí Caín y me guiña con un ojo, después voltea hacia Gio haciéndole una señal con la cabeza, este de inmediato se acerca a mí y un silbato suena por todo el lugar haciendo que cada trabajador salga de la herrería, ninguno se ve sorprendido, al contrario, pareciera que es algo común. Cuando vamos de salida no puedo evitar voltear a ver a Caín, veo por el rabillo del ojo que extiende sus manos y la fragua que parecía apagada empieza a agarrar ese color de acero candente.

—Escuche por ahí que la híbrida a la que buscas tiene el necronomicon ¿eso es cierto? — de nuevo Gio me distrae y escucho como las puertas se cierran detrás de nosotros.

—Sí, así es.

—¿Tienes idea de dónde empezar a buscarla?— me vuelve a preguntar, esta vez se planta frente a mí y me toma por los hombros.

—No, ni idea y siento que entre más espero a Tyra aquí menos tiempo tengo para hacer lo que tengo que hacer ¿sabes? — me siento impaciente, como si cada segundo que sigo esperando Ágata me sacara más ventaja.

—Pues tengo un plan— me guiña un ojo Gio y empieza a caminar de nuevo, dejándome un poco rezagada.

—¿Qué plan? — reduzco la distancia entre los dos mientras espero la respuesta.

—Simple, ¿Qué busca el necronomicon?

—¿almas?

—¿Solo almas? ¡vamos! Piensa un poco más.

—Demonios— responde Tamir quien se acerca dejando a una ángel anhelando que continúe con sus servicios, se acomoda la camisa y se limpia el labial que le dejo la mujer en la boca.

—¿Es una exclamación o una respuesta? — le pregunto mientras me cruzo de brazos.

—Respuesta— pone los ojos en blanco el demonio.

—Pues es la respuesta correcta. El necronomicon es cierto que ayuda a la manipulación de la energía, pero principalmente funciona para invocar y controlar demonios. El guía a su portador hacia los demonios— dice Gio como si esperara que descubriéramos lo que él ya sabe.

—¿Entonces? — le pregunto esperando que dé más pistas.

—Si el necronomicon lleva hacia los demonios, ¿Quién crees que podía llevarnos hacia el necronomicon? — pregunta con emoción, en verdad espera que descubramos lo que él ya sabe.

—¿Un demonio? — volteo a ver a Tamir como si él pudiera hacerlo, pero creo que ambos estamos confundidos.

—Si conseguimos sangre de demonio puedo hacer un amuleto que nos lleve al necronomicon y bueno, a quien lo tenga en su poder— dice Gio con una sonrisa de orgullo en los labios.

—Bueno, yo tengo mucha corriendo por mis venas— dice Tamir enseñando sus brazos.

—Entre más fuerte sea el demonio, mejor será el talismán— dice Gio, y no es que la sangre de Tamir no sea buena, pero es un demonio menor.

—La sangre de Lucifer— digo en voz baja como si lo hubiera dicho para mí, pero escuchan fácilmente.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.