Capítulo 7.

A la mañana siguiente Jace despierta en su cama; un poco asustada por que se supone que debería estar en la sala esperando a Cassian, pero ya era de día cuando miro por la ventana y olía muy rico a tocino cuando se cambió a unos jeans cómodos y una playera que le amoldaba, ella seguido usaba un poco más grande que su talla, pero esta le iba bastante bien.

Se dirige a la cocina donde ya está un plato servido con dos huevos, tocino y un par de hot cakes. Ella ve de espaldas a Cassian preparando su plato. Conforme al plan, lo mejor que podía hacer era ayudarlo. Bien incluso con plan o no, era lo correcto.

—Prepare las bebidas. —Aviso Jacinda a modo de saludo. Cassian voltea con una deslumbrante sonrisa, nunca había visto semejante cosa en él, era hermoso. Ella se sonrojo.

—Buenos días, Jacinda. Está bien ya están preparas, te prepare un poco de leche con chocolate y también hay un poco de jugo natural de naranja en el refri. Lo deje ahí para mantenerlo fresco. —Dijo él terminando de servir su plato.

Jacinda se quedó pasmada por un momento antes de ir por el jugo y dos vasos. Cassian ya tenía el desayuno listo, eso hizo sentir un poco culpable a Jacinda, se supone que ella debería de enamorarlo… no al revés.

Tomaron asiento y se pusieron a comer tranquilamente, era un día soleado; aun así, era otro día encerrados o tal vez eso cambie un poco.

—¿Quieres que salgamos, esta noche? —Cassian la mira curioso, ahora resulta que puede mostrar emociones.

—¿Quieres ir de nuevo al refugio?

—¿Así le llamas? A mí me suena más a un lugar para… —Se callo de repente ser grosera con él no ayudaría, no solo por el plan de enamorarlo sino en general. —Bueno no importa, y no, es muy arriesgado ir allí. Es muy buen lugar, pero peligroso para ir, mejor vamos… ya sabes.

Jacinda sintió la confusión irradiando de Cassian cuando no termino la frase. Pero en fin ella tenía que continuar.

—Deberíamos ir a la torre, la conoces…

—La torre, si, la conozco. —Ella no necesito ver su cara para saber que conocía bien el lugar. Fue donde se dieron su primer beso. También sintió muuucho de lo que el sentía, y no quería sentir.

—Bien, si quieres. Vamos. Después de la cena y de recoger lo que nos regalen.

—Bien. —Dijo Jacinda.

—Bien. —Dijo Cassian.

Siguieron comiendo en silencio, ella era mala con su conquista, pero era tan mala en cosas del amor que no se daba cuenta que él ya estaba perdidamente enamorado incluso con el vínculo.

Terminaron y limpiaron como ya era habitual en ellos, Jacinda se fue a su habitación. Acostada en su cama mirando hacia el techo se dio la oportunidad de finalmente pensar en Will, en como habían terminado las cosas. No se había permitido pensar tanto en él por que inevitablemente empezaba a llorar y con ello venía una ola de recuerdos y sentimientos que no podía controlar. No había querido ni hablar con Az de esto para evitar derrumbarse, pero en esta ocasión no pudo evitar, cuando acumulas tantas emociones llega el punto en el que algún momento esas emociones se desbordarán; o eso aprendió hoy Jacinda.  Cassian en la sala sintió la ola de emociones venir por el vínculo; la culpa, la tristeza y la desesperación fueron un poco de las emociones que síntio. Se levanto y fue hacia la habitación de ella, no toco simplemente abrió, entro y se acostó en la cama abrazándola fuerte.

Era capaz de comprender su dolor, él había pasado casi lo mismo; ella había perdido un ser querido; cosa que le daba mucho coraje a él, no quería pensar en Jacinda con otro hombre. Ella se refugió en sus brazos llorando y llorando por un largo rato. Llorar hacía bien al alma. Él la sostuvo hasta que ella quedo dormida, olía a durazno, él no podía soltarla, así que se quedó un rato más sosteniéndola y oliéndola. Hasta que el también quedó completamente dormido. Y fue el sueño más confortable que había tenido en un largo tiempo.  

*****

En algún lugar muy lejos de ahí, Will decidió hacer lo que creía correcto. Ideo un plan para atacar el laboratorio de los enkros, ayudar a huir a los drakis encerrados ahí, claro que esos monstros no conocen el secreto de tan preciosas creaturas.

Fue un desastre; no por haber salido mal el plan sino porque todo el lugar exploto, Will tuvo que ayudar a muchos drakis a salir de entre los escombros en especial a uno gris enorme, en principio le dio un poco de desconfianza ayudarlo, pero el vino a eso así que finalmente le auxilia, pero se frustra porque este en especial no vuela hacia la libertad como los otros.

—¡Vete! ¡Vamos! No puedes quedarte aquí. —Le gritó Will al draki enorme gris.

Este se erizo y saco una especia de púas, Will se aleja automáticamente de él. Se dio cuenta que este era diferente a los demás tanto tiempo encerrado, su lado animal predominaba más que el humano.

—Las montañas, vete hacia las montañas… —Le indica Will esperando que logré entenderlo. El draki en cuestión estrecha su mirada y procede a lanzarse al cielo.

Will lo mira irse triste esperando que llegue a donde lo mando. Con Jacinda, esperando que ella sea feliz.

****

Cassian en casa se despierta, aun abrazando a Jacinda, con su olor a durazno en su nariz. Si ahora tenía una fruta favorita. Despacio se movió para levantarse, acomodándola ya que seguía profundamente dormida; le dio un suave beso en la frente y fue hacia la sala donde se dio cuenta por el reloj enzima de la tele de la sala que era más de las 6 de la tarde. ¿Cuánto habían dormido?

Se dirigió hacia la puerta para recoger lo que hoy habían llevado para ellos. Esta noche alguien del clan se lució ya que había pizza, y un pastel de chocolate con una nota algo perturbadora: Espero sean muy felices y nos traigan muchos respira-fuegos al clan. S. Era de su padre; no quería tirar tan buena cena; así que decidió no decirle a Jacinda quien mandaba la comida y tendría que quemar la nota. Fue a dejar las cosas a la mesa y quemo la nota, limpiando las cenizas. Justo en el momento que entro Jacinda aun medio dormida tallándose un ojo. Mierda, es hermosa; pensó Cassian.