Exiles

Infierno

Paso un tiempo. Pero al final recupero la conciencia y toda aquella hermosa vista se transformó, en un infierno viviente.

– ¿¡Qué demonios!?, ¿¡que está pasando!? – lo dije sin contenerme. Toque mi cabeza. Pude observa como mi mano se cubrió de sangré. Me encontraba en muy mal estado. Apenas podía reacciona. Pero algo paso por mi cabeza.

– ¡Mi familia!

Al avanzar hacia aquel pueblo que fue enterrado por sus escombros. Para regresar a casa, tan rápido como podía. Me dolía correr. Observe siluetas por todos lados. Logre reconocer un pequeño pasaje que dirigía a mi casa. Dos casas colapsaron y no me permitían avanzar. Era muy arriesgado. Fue cuando logre reconocer a alguien bajo los escombros. Era la chica de la tienda. Creí que estaba vivía pero no. Parte de los escombros perforaron su pecho. Entre en desesperación. Salí corriendo del lugar y logre llegar a mi casa.

. – Esto debe ser una broma – dije mientras  lloraba. – ¿Por qué?, ¿Por qué a mí?, ¿Qué demonios hemos hecho para merecer esto?, ¡es injusto!

Era un cráter justo en mi casa. No quedaba nada. No me pude contener. Mi vista se nublo con lágrimas.

Pase horas llorando frente al cráter.
Trate de levantarme y con un nudo en la boca. Me despedí de mi familia. Tome una manta. Con solo eso en mano. Deambule por unas horas sin saber a dónde me dirigía, Dolió tanto hacerlo. Camine sin descanso. De pueblo a pueblo. No quedaba nada. Decidí detenerme en el siguiente. 
– tengo que buscar un lugar para dormir – dije mientras buscaba 
El pueblo se encontraba casi ileso en comparación a los anteriores. Pero algo no andaba bien.

– ¿Por que hay tanta sangre? – pensé. No tenía explicación alguna.

Camine hacia una Cantina en perfecto estado. La puerta estaba abierta. observe por la ventanilla. Fui testigo de una pesadilla viviente. Cuerpos de personas apiladas

– ¿alguien los mato? – Dije con preocupación.

Una criatura entro a la Cantina cubierta de sangre. Con sus cuatro patas largas. Sin ojos. boca enorme. Dientes deformados. Apilando los cuerpos que quedaban. Quede mudo. Me faltaba el aire. De alguna manera se percato que estaba fuera. Corrí hacia una  herrería. Se encontraba muy dañada sus paredes. Entre lo mas rápido a ella. La criatura tomo si chaleco y golpeó fuerte una columna de madera. Todo el edificio se tambaleaba. Las bigas de madera crujían. Me dirigí a la salida tracería del lugar. Tuve suerte. La puerta estaba abierta. Todo lo que se encontraba a mi espalda se derrumbó. Mientras que corría por los callejones buscando salir del pueblo lo antes posible. Me detuve a buscar en una casa cerca de la salida comida y abrigo. Tome lo primero que mi vista capto. Una manta. Vendas y una bolsa de pan. Subí una enorme montaña y corrí hasta que no pude más.

Creí que dormiría en la montaña pero mis ojos se iluminaron al ver una pequeña cabaña en la cima. Era vieja con gradas hacia la entrada, una silla de mecer con muchas botellas de vino.

– Típico de un leñador – dije mientras subía hacia las gradas – ¿donde esta el hacha?¿estará dentro?. Empujo la puerta hacia delante y entró

– Casi no puedo ver nada – me dirigí hacia la caja de herramientas – Podrá ser un ebrio, pero sabe organiza sus herramientas. Bueno veamos, tomare esta – un hacha pequeña de mano. Se dirigía hacia un cuarto cuando escucho ruidos provenientes de adentro. Alguien lloraba. Entre con miedo y pude ver a una niña agrupada en una esquina con sabanas encima llorando.

– ¿oye estas bien? – dije con  preocupación

La niña me observa con unos ojos de esperanza . - no sabía por lo que había pasado, pero al verla era la primera cosa buena que veía.

– Déjame ver la herida

Al quitar las sabanas sucias y llenas de sangre me di cuenta de la gravedad de ella.

– Tu brazo

Pareciera como si fuese arrancado por algo, aunque en mi mente ya había una respuesta para ello –me alejo de ella por un momento y voy en búsqueda de algo para desinfectar la herida. Regreso con una botella de vino fermentado y unos trapos. saco las vendas de mi bolsa.

– ten muerde esto, dolerá algo. dije con una voz de tranquilidad para no asustarla.

Aplico el vino en la herida. Ella se empieza a retorcer y llorar tan fuerte que te tomo con fuerza la camisa hasta que se desmayó del dolor. Yo asustado comencé a ponerle el torniquete y las vendas. La acosté en un sofá con parte superior del antebrazo arriba.

Luego llegó la noche. encontré una vela y un encendedor pasé mucho tiempo hasta que al fin poder iluminar mis alrededores

– ¡Lo logre encendió! – grite con victoria.

Al encender la vela mi mirada se fija al frente y me doy cuenta que la niña me estaba viendo desde el sofá desde un principio en silencio para no interrumpirme.

¿Cómo te sientes? -No respondía. El silencio nos invadió por un rato hasta que ella dijo de la nada.

– ¿Cómo te llamas? ¿Cuál es tu nombre? – Y sin pensarlo dos veces lo dije.

– ¡Kilt... Kilt Rantyr!, ¿cuál es el tuyo?

– Lis… Lis Osban

Me alegre tanto que dijera algo.

– ¿cómo te sientes?, ¿te duele algo? Pregunte y ella respondió.

– Sí, aunque ya no duele tanto – Dijo sostenido el antebrazo con algo de fuerza. Pero ya sabía que era mentira ya que no hice nada para evitar la fatiga de su dolor.

– ¿Tienes hambre? –ella rechazo mi oferta con la cabeza. Tomé mi bolsa y partí un pan en dos partes.

– Ten – No me respondía – ¡vamos hasta cuando fingirás! – Pensé – hasta que al fin tomo el pan de mi mano – Lo siento no tengo nada para beber solo ese vino fermentado jajaja – dije mientras reía incómodamente.

– oye Kilt ¿que fue lo que te paso? – Su pregunta me tomó por sorpresa.

– La verdad no tengo idea – Mi voz se torno triste – No entiendo que pasa. Justo el día de…  

– ¿Día? ¿acaso era tu cumpleaños?

– Algo así – dije mientras aparte la vista.

– ¡Felicidades kilt!, así que no estés triste, yo estoy contigo.



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En el texto hay: accion, aventura

Editado: 13.09.2020

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