Eximius

0.3

Prefacio

 

08 de Julio de 2005

En algún lugar del infierno

B

eelzebub se encontraba observando la reunión de los arcángeles a través del Gazebo, una especie de remolino negro que tenía el poder de darle una breve mirada al cielo. Con él, Beelzebub podía enterarse de lo que el cielo se planeaba antes de que se llevara a cabo. Un pequeño regalo que se había llevado del cielo, hacía mucho tiempo atrás.

La sombra de una sonrisa se posó en el rostro de Beelzebub, y en sus ojos se reflejó la chispa del deseo.

—El Eximius se ha revelado Revixit, encuéntralo y tráemelo—Dijo Beelzebub, en una carcajada, mientras observaba como su Revixit mataba a un Abaddona, uno de los demonios del área inferior del infierno. Ciertamente, no son realmente fuertes para la lucha, pero son una buena forma de entrenamiento con la espada para su Revixit.

Estos pequeños demonios escurridizos, con una lengua lo suficientemente ágil para hacerte dudar de ti mismo, pueden no ser demonios guerreros pero son capaces de entrar a tu mente hasta hacer que te quiebres. Quien diría que ese muchacho se volvería uno de sus mejores soldados. Ese odio por el mundo, más su  agilidad en la pelea, sin contar ese particular atractivo suyo capaz  de hacer pecar a cualquier mujer e incluso algunos hombres, han hecho que se gane su afecto hasta llegarlo a considerar como un hijo, algo que jamás diría en voz alta delante de sus otros demonios.

Cuando su Revixit terminó de matar al Abaddona, dejo su espada enterrada  en el cuerpo escamoso del demonio y se dirigió hacia su amo y se inclinó hacia él con la cabeza baja en símbolo de respeto y respondió:

—Sí, mi señor...

Estas fueron las únicas palabras pronunciadas de los labios del Revixit, sin saber que se encontraría frente a frente con su peor infierno.

 




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