– Damián me fue llevando caminando de la mano a un lugar, con sinceridad no tenía ni idea a donde me llevaba pero debo de admitir que verlo me hacía perder la cabeza hasta que se detuvo en seco.
¿Uh? – Lo miré dudosa.
Damián: Oye Damaris hemos caminado por un poco más de quince minutos y no dices nada, ¿qué tienes? ¿Pasa algo malo? Dime sino para regresar.
Damaris: No Damián, no tengo ni la mínima idea de donde me llevas pero... Confío en ti.
Damián: No te preocupes, ya llegamos.
– En eso veo la entrada del parque.
Damaris: No sabía que íbamos al parque, lo sentí una eternidad pero una eternidad... Linda.
Damián: Ven, debes de conocer un lugar especial para mí.
– Damián me vuelve a tomar de la mano llevándome dentro del parque, así estuvimos por unos minutos hasta que me di cuenta ya estábamos en lo más recóndito del parque viendo una zona abandonada, sin mantenimiento y con vibras tenebrosas.
Damaris: Ammm.... No quiero molestar, ¿qué estámos haciendo aquí? Siento un ambiente extraño, me estoy empezando a sentir incomoda.
Damián: Perdóname, no quiero que te sientas así pero te cuento que este lugar es como si fuera mi verdadero hogar, mira muy bien tu alrededor.
Damaris: Sí, sé que este es como otra casa para ti solo me da la duda, ¿para qué me llevaste aquí?
Damián: Este lugar.... Me recuerda muchísimo a cosas de hace años.
Damaris: Cosas.... ¿De hace años? Una duda, ¿qué te recuerda específicamente?
Damián: Mi mamá...
Damaris: ¿A qué te refieres con tu mamá? ¿Y en dónde está?
Damián: Ella... Ya no está conmigo.
Damaris: ¿Está en otra ciudad?
Damián: No, o sea... Literalmente no está conmigo porque... Está en un lugar donde sé que no está sufriendo.
Damaris: Entonces... Ella está....
Damián: Muerta.
Damaris: ¿Falleció tu mamá? ¿Puedo saber de qué?
Damián: Te cuento la historia niña.
– En eso me pongo en una posición cómoda para poner atención.
Damián: Sabes... Te trajé aquí porque venía cuando era niño, con mi mamá.
Damaris: Entonces... ¿Por qué me trajiste aquí? Es un lugar especial para ti, hasta... Sagrado.
Damián: Te debo de confesar que a nadie, ni siquiera a Dennis la he traído aquí. Solo dos personas saben de esto.
Damaris: ¿Dos personas? ¿Quién?
Damián: Mi hermano menor y tú.
Damaris: Oh... Gracias, me halaga eso pero no quiero interrumpir y claro si quieres retomar el tema puedes contar tu historia o... No.
Damián: Veo que eres curiosa pero está bien, te cuento.
Damaris: Si gustas, en verdad no tengo problema si quieres quedarte calladito como niño bueno.
Damián: Mira... Todo comenzó cuando mis padres se conocieron.
– Mi madre es de este pueblito, mi padre es de la gran ciudad. Se conocieron cuando mi papá vino de turista, mi mamá vendía en un puesto ambulante pero era consideraba una de las mujeres más bellas de aquí, literalmente se enamoraron a primera vista.
Lamentablemente mi padre debió regresar a su ciudad, la familia de él estaba en desacuerdo con esa relación pues "debía de casarse con una de su misma altura" Así como la de ella "Debe de venir de una familia honorable" Por el simple hecho de tener una gran empresa pensaban que él robaba o venía ese dinero de dudosa procedencia. Afortunadamente siguieron comunicados por medio de cartas aunque algunas llegaban u otras no, así mantuvieron su relación por años hasta que se hartó mi papá y se fueron a vivir juntos al pueblo, sus familias parecen que no existen para ellos. Eso no les impidió, al contrario se hicieron más fuerte y más fuerte hasta que nací yo.
No tengo muchos recuerdos de mi infancia, hasta los siete años... Mi madre enfermó de cáncer y... No se salvó. En el funeral literalmente no había NADIE solo el amor de su vida, mi hermanito y... Yo.
Desde ahi cambió mi vida entre ello me mudé a la gran ciudad, mi padre se volvió adicto al trabajo con tal de mantenerse ocupado pero... Se olvidó de mi hermano y de mí, por otra parte mi tia estuvo con nosotros, como si fuera otra madre. Papá... Se volvió más frío, duro, con mucha seriedad, no sonríe ni nada... Ya he crecido y me duele la ausencia de mi madre pero... Si yo caigo mi hermano....
– En eso agacha la mirada.
Damaris: Sin importar la edad, la distancia o los años.... Siempre será tu hermanito, ¿verdad?
Damián: Sí, justo eso.
– Veo que Damián se intenta cubrir la cara, evitandome la mirada.
Damaris: Damián.... No debes porque ocultar tus sentimientos conmigo, eres una persona bastante valiente y me enorgullece saber que después de pasar por algo tan fuerte sigues luchando por tu padre, por tu hermano y... Por ti, sigue así y verás las recompensas de mañana.
Damián: ¿A qué recompensas te refieres tú?
Damaris: En este caso... Puede ser una mujer adecuada para ti, amigos que puedas contar contigo u otras maneras que te sientas mejor, ¿dinero?
Damián: ¿Una mujer adecuada para mí? Pues ese no sería problema porque ya la encontré y la estoy mirando en este momento.
Damaris: ¿Y quién es? – Dije inocente.
Damián: ¿A quién estoy mirando este momento?
Damaris: ¿E-es a mí?
– Damián asentó con la cabeza.
Damaris: Ay Damián, siento lindo y sabes, me alegra mucho saber que me tengas confianza.
Damián: Todo lo que te he platicado es íntimo así que... No digas nada, absolutamente nada.
Damaris: No digo nada de verdad pero me surgió una duda, ¿la intimidad no es algo más como placer... Ya sabes, piel con piel?
Damián: ¿Te refieres a intimidad sexual?
Damaris: ¡SHHH! O sea... Sí pero... Como sea, ¿no es eso?
Damián: También es eso pero quiero que recuerdes algo, tuvimos un momento íntimo, recuerda que intimidad no es sinónimo de sexo y si alguien te lo quiere ver así debes de salir de ahí.
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Editado: 19.07.2024