– Después de la plática que tuve con mi familia sé que estaban hablando seriamente por la actividad constante que hubo. Mi madre estaba investigando precios de casas o departamentos baratos mientras que papá buscaba boletos para la ciudad que salieran lo más pronto posible por otra parte veía a mi hermano igual que siempre, bueno... Casi siempre pues estuvo saliendo más seguido y hablando más por teléfono, cada vez que preguntaba se callaba o evitaba el tema hasta que fui decidida a preguntarle.
Damaris: Oye tú, ¿con quién tanto hablas? Nunca le hablas a ningún conocido o amigo y de momento nadie te puede parar la boca, ¿a dónde vas y con quién?
Hermano: Achis, ¿y tú qué? Yo no le veo lo malo de hablar por teléfono un rato o salir por ahí.
Damaris: No es eso, solo que desde esa noticia... Cambiaste.
Hermano: ¿A qué te refieres con eso?
Damaris: Hemos convivido juntos desde siempre y verte más extrovertido se me hace raro.
Hermano: El hecho de vivir juntos no significa que sepas todo de mí pero en algo tienes razón, soy una persona que le gusta estar quieta, tranquila y si tengo la oportunidad de descansar sería en mi casa con mi camita y un chocolate caliente con galletas pero imaginar que nos vamos a mudar en un par de meses me hacen reflexionar... Yo quisiera nuevos recuerdos con mis amigos, tener charlas por horas o cosas que yo no pude hacer porque pensé que sería igual, los vería a diario, hablaría con ellos a diario, ¿ya entiendes?
Damaris: Creo... No la verdad.
Hermano: Ay Dios, aprovecha el tiempo que tengas con ellos antes de que te vayas. No sé si mamá mencionó de tener algo de tiempo.
Damaris: Sí, no me iba a prohibir salir con mis amigos pero que llegara antes del anochecer.
Hermano: Entonces te recomiendo hacer lo mismo.
Damaris: Bueno... Es buena idea pero ya se vienen los exámenes para la preparatoria, deben de estar ocupados.
Hermano: Pasa el tiempo estudiando aunque sea, el punto es estar juntos.
Damaris: Ya... Oye, ¿y cuándo se va papá?
Hermano: No tiene día pero están buscando boleto para irse rapidito.
Damaris: El tiempo pasa tan rápido, pero tienes razón, seguiré tu consejo.
Hermano: Entonces ya vete.
Damaris: Mejor correme de casa, solo por esta vez te haré caso, adiós tonto.
– Fui directamente con mi madre para darle aviso con que saldría pero estaba tan ocupada que ni siquiera pudo poner atención así que me fui rápido a la calle. Tomé mis llaves, un poco de dinero y me salí directamente con mi bicicleta a rondar por ahí, un rato después de pedalear sin rumbo terminé en la biblioteca del pueblo.
Hace tiempo no vengo aquí, recuerdo que siempre venía cuando quería estar sola un rato... Veremos que encontramos. – Dije mientras dejaba mi bicicleta lo más cerca a la entrada, pasé tranquila aunque no sabía que buscar o leer en ese momento así que anduve merodeando por los pasillos un rato.
– ¿Eres tú, Damaris? –Dijo una voz muy familiar.
M-mande, ¿qué?– Miré a mi alrededor.
Damián: Hola corazón, ¿cómo estás Damaris? Hace poquito no te veo.
Damaris: Damián h-hola, ¿cómo estás? Desde tu cumpleaños no te veo por cierto, ¿qué haces aquí?
Damián: Solo vine a buscar un libro para estar entretenido un rato en el viaje, aunque probablemente me vaya a quedar dormido.
Damaris: ¿Viaje? Oh... Cuando vayas a la ciudad.
Damián: Sí... Pero no te preocupes haré de todo para venir aquí con tal de verte de todos modos tú estarás bastante ocupada con tus estudios y tampoco quiero ser de distracción.
Damaris: No lo eres corazón pero comprendo tu situación, allá es muy difícil así que no te voy a meter más presión de la que vives al día, también yo debería de estudiar un poquito.
Damián: En verdad agradezco eso de ti, créeme que estar ahí es difícil, no comes mucho ni duermes o no tienes tiempo libre... Pero todo va a salir bien en un futuro, ¿y sabes qué más? Nos iremos a vivir juntos con nuestras mascotas, ¿o prefieres un hijo? Yo siempre he anhelado ser papá de una niña.
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Editado: 19.07.2024