Existence: Proyecto Midgard

Capítulo 01| Secuencia híbrida


Los primeros rayos del amanecer comenzaron a colarse por la entrada de la profunda cueva escondida entre los matorrales.

La luz que entraba era tenue y apenas lo alumbraba, pero la mísera presencia de ésta había logrado despertarle, probablemente porque había pasado unas largas y pesadas horas en esa sombría cueva, sometido a la oscuridad a la que estaba tan acostumbrado.

Estaba encogido en el suelo y con la cabeza enterrada entre sus brazos.

—... —suspiró Aiden agotado mientras pasaba sus manos por su alborotado cabello pelirrojo.

«Ya ha amanecido», se percató al notar cómo el Sol relucía en la entrada de aquella sofocante cueva.

Aún no entendía cómo se había visto involucrado en una persecución a tal escala la noche anterior.

Él solía ser cuidadoso para este tipo de cosas, siempre procuraba no acercarse a HybernalCity cuando el Sol todavía brillaba, pero el día anterior le había sido imposible esperar hasta que anocheciera.

Se había encontrado desamparado y demasiado lejos del refugio al que solía acudir, por lo cual no tenía comida accesible.

Al verse en aquella situación, no le había quedado más remedio que adentrarse con sumo cuidado en la ciudad en busca de alguna tienda de comestibles para robar algo y, así, pasar la noche.

En un principio, todo parecía ir sobre ruedas. Entró en la ciudad por las calles menos concurridas con la intención de pasar desapercibido. Sin embargo, era mucho más difícil de lo que podía parecer, pues sobrepasar la frontera que suponía el exterior e HybernalCity era como cruzar un campo de minas intentando que éstas no estallaran.

¿Había dicho "algo más difícil"? Mejor dicho, casi imposible.

Y sobre todo para un híbrido.

Los humanos vivían su día a día con aparente normalidad, pero les bastaba un movimiento en falso para lanzarse encima de cualquier persona que se les hiciera sospechosa o que pudiera parecerles un híbrido tratando de infiltrarse.

Los híbridos eran fáciles de distinguir para los humanos, a pesar de que físicamente eran bastante similares.

Ellos compartían casi toda la apariencia con los humanos, pero habían heredado algunos rasgos distintivos de los Ancestros, aquella especie anterior a la humanidad que no hacía más de veinte años todavía los sometía.

Uno de los atributos más peculiares y llamativos eran sus ojos. Sus pupilas parecían estar eternamente contraídas, el iris era algo más grande de lo habitual y, en vez de ser completamente redondo, tenía pequeños e imperceptibles costados. Sin embargo, lo más destacable era el color de sus orbes, la tonalidad de éstos era tan amplia, que ocupaba toda la gama cromática.

En el caso de Aiden, sus ojos eran de un color amarillo dorado propio de los felinos, destacaba allá donde iba.

Era por eso que los híbridos sólo podían adentrarse en la ciudad por las noches.

Aiden había recorrido media HybernalCity cuando encontró una tienda de comestibles vacía, tan sólo un dependiente estaba en ella.

Entró mirando al suelo y con la capucha negra cubriéndole, tratando de ocultar sus ojos.

La suerte estuvo de su lado, pues el dependiente parecía ocupado viendo un programa de actualidad en el holograma que se extendía por la pared.

El joven pelirrojo se apresuró y cogió la comida justa y necesaria para luego ponerla en su mochila improvisada.

Afinó el oído al ver que el programa que el dependiente veía con anterioridad había sido sustituido por las noticias de última hora.

"El caos se ha sembrado en el centro de HybernalCity" dijo el presentador con voz alarmante. Aiden no pudo evitar mirar de reojo hacia el mostrador donde se encontraba el holograma. "Hace quince minutos, se ha producido un ataque terrorista en la Plaza de Los Cinco Pilares, cuando el gobierno celebraba la reciente entrada al poder del presidente Lawson, uno de los líderes del sector militar de La Cúpula"

"Todo apunta a que la ofensiva ha sido obra de los híbridos" El rostro ya pálido de Aiden, acabó por volverse tan blanco como la nieve que caía en invierno. Eso no pintaba nada bien, y menos para él que se encontraba en la ciudad. "Las autoridades requieren que los ciudadanos se refugien en sus respectivas casas o que acudan a un lugar seguro, es conveniente cerrar los establecimientos. Procedan conforme al sistema de evacuación y mantengan la calma, La Cúpula está siendo advertida de lo ocurrido en estos momentos y La Brigada del Éter ya se ha desplegado por la ciudad". Un estremecimiento le recorrió la espalda al escuchar la última frase.

La Brigada del Éter era un organismo militar que trabajaba de incógnito y se encargaba de perseguir, torturar y eliminar a híbridos. Dicha Brigada se había creado justo después de inaugurar la purga, es decir, cuando se había legalizado completamente la exterminación sin compasión de la especie híbrida. El cien por cien de la población había votado por la ley.

Salió de la tienda con tantas prisas que se chocó contra uno de los estantes. Oyó cómo el dependiente le gritaba que fuera con cuidado, pero le dio igual, no podía entretenerse, la Brigada del Éter estaba desplegada y ya había tenido roces con los miembros de ésta. Tratar de ocultar sus ojos ya no era una opción, pues la Brigada lo tenía fichado desde hacía años, exactamente, desde que él tenía seis años y, ahora, tenía veinticuatro. Si algún lo veían, le reconocería al instante.



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En el texto hay: cienciaficcion, romance, sobrenatural

Editado: 25.04.2018

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