Existencia- Fanfic El Principito

Capítulo 7: Como si fuera ayer

—Lamento, lo que ocurrió antes.

—¿Eh? —se mostró confundida Rousse al girarse y ver a aquel no tan extraño muchacho —¿Cómo es que me encontra—no termino de formular su pregunta al ver la sonrisa en modo respuesta de Principito.

—Nosotros también queremos saber qué fue lo que ocurrió en la fiesta de Roxan— "Nosotros" esa palabra se le hacía tan conocida a Rousse pero a la vez le era tan extraña, ignoro aquello para concentrarse en una bola de pelos anaranjados en los brazos del Principito.

—No tenía idea que Zorro estuviera cansado... fue una difícil noche ¿no es así? —Asintió el rubio— ¿Quién los está siguiendo? —preguntó luego de un momento, sin obtener una respuesta añadió— Así que tampoco lo saben— Antes que ambos se dieran cuenta ,el cielo se encontraba despejado pero solo para mostrar como el sol se terminaba de ocultar entre aquellas casas y edificios, era lo mismo todos los días una rutina sencilla y aburrida ,al menos así lo sentía Rousse —yo —se interrumpió ella misma ,reprimiendo aquella emoción que le era tan desconocida pero que comenzaba a ganar terreno en ella—esta situación ...todo esto ...ojalá no lo estuvieran experimentando todo esto ni tu ni mi familia.

—¿Roxan es—

—No—se apresuró en decir la joven, sabiendo perfectamente la pregunta —yo no la conozco— miro por un momento el firmamento, el cual ya empezaba vislumbrar sus colores azules oscuros —yo me refiero a la pequeña Emily...yo apenas la conozco, no la comprendo pero ahora es parte de mi familia...y Ansley —cerro un momento los ojos y añadió —quiero de algún modo ayudarlas, por eso es que te pedí que me contaras todo lo que viste aquella noche.

Principito al observar aquella mirada pudo descifrar valor que era bastante admirable pero que vislumbraba y trataba de opacar un sentimiento tan natural y propio de situaciones difíciles y estresantes, el miedo. Tocó con su mano su hombro, de manera delicada y suave —No estás sola, Rousse —sonrió —Puedes contar con nosotros.

Eran palabras sinceras, eran las palabras correctas. Sin embargo, las sombras que el sol proyectaba con sus últimos rayos, sobre Principito y Rousse parecían separarse.

...

—¿Eso fue todo? —preguntó Zorro luego de que su amigo le contara todo lo ocurrido. Su amigo asintió.

Ya no había personas en las calles, una ocasional pareja o un grupo de chicos dirigiéndose a donde solo ellos sabían. Aquel escenario hizo pensar a Principito en el temor natural a la oscuridad, al pensar en esto su mente fue bombardeada recuerdos tan vívido de un planeta, unos ojos enormes, unos faroles y un buen golpe en la cabeza, río y apreció aquellos recuerdos como si fuera tan real y lo estuviera experimentando en aquel mismo instante.

“La magia de los recuerdos”

Unas pisadas que iban a un singular ritmo, lo llevó de vuelta a la realidad. Sus ojos azules recorrieron el entorno, buscando encontrar el portador de aquellas pisadas, el cual era una niña que cruzaba la calle de la mano de una chica, que hablaba con alguien más a través de un pequeño aparato que sostenía con la mano. La niña brincaba, la chica hablaba, no parecía nada anormal, sin embargo, la pequeña no se veía nada feliz "tal vez no obtuvo algo que quería" dedujo el joven de cabellos rubios.

— ¡Mira, Principito! —exclamó Zorro animado, observando a través de una ventana la variedad de platos y comidas.

¿El menú del día? —leyó Principito el cartel al llegar junto a su amigo.

—No sé lo que significa...pero lo quiero todo.

El joven de cabellos rubios sonrió, al parecer su buen amigo estaba lo bastante hambriento aunque en realidad él también empezaba a sentir un poco de hambre. Miraba atento aquellas comidas que ofrecia el menú pero pronto borró su sonrisa al sentir que alguien los observaba, con el rabillo del ojo diviso a la chica de antes la cual ya no traía de la mano a la niña, solo estaba ella, parada a unos metros de ellos. Desde aquella distancia pudo contemplar sus cabellos rojizos meciéndose en el frio aire de la noche, frunció el ceño, al recordar que la había visto mucho más antes. Solo bastaron unos cuantos segundos para que su mente consiguiera responderle aquella pregunta a través de un recuerdo de aquella fiesta. No pudo explicarse por qué por un segundo se sintió mareado, pero cuando recobro la compostura decidió que podría averiguar más si se acercaba a ella. Zorro no tardo en notar lo que sucedía y decidió seguir por detrás al rubio.

—¡Espera! —gritó al ver como aquella chica se iba, podía correr, podría alcanzarla, en cambio no lo hizo, una sensación extraña se apodero de él, tal fue que no pudo hacer nada solo limitarse a observarla irse.

—Principito... ¿No es ella la chica que me contaste?... ¿No deberíamos seguirla? —Preguntó Zorro para luego comentar —Eso fue extraño.

Pronto la noche se adueñó del firmamento, los postes alumbraban las calles, las personas ya no transitaban por las veredas, Principito y Zorro permanecían escondidos. Los parpados de ambos ya no pudieron permanecer abiertos y cedieron al sueño. Tal vez fueron unas horas, pero a él le parecieron unos segundos en que pudo conciliar el sueño. Ahora se encontraba despierto observando cuan alto la luna había llegado, la cual ya estaba en su punto máximo. Zorro seguía dormido al parecer no habrían sido suficientes sus horas de descanso durante el día, acaricio la cabeza de este, para luego volver a fijar su mirada en el firmamento y admirar las estrellas, entre ellas su asteroide.



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En el texto hay: fantasia, misterio, el principito

Editado: 21.02.2023

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