El sol del atardecer resplandecía sobre las frágiles y débiles alas de una mariposa monarca. Un par de ojos verdes la miraba con atención y con cierta envidia. Los sonidos exteriores no importaban. No era importante seguir escuchando el sonido del claxon de los carros o el sonido de los pasos de una multitud, que caminaba pausadamente a sus alrededores. Aquel revoloteo lento y pausado de las alas de aquella mariposa, lo tranquilizaban, como en un trance hipnótico en que los niños podía caer fácilmente, admirando aquella paz que otros llamaban pérdida de tiempo.
—Esta ciudad es rara, Principito—comentó Zorro con desanimo, comenzaba a detestar que sigan en círculos sin que tuvieran algo que los guiara a la salida de este problema—Cada vez estoy más convencido, que no vamos a salir de aquí—dijo irritado—Nadie quiere hablar acerca de aquella noche...no podemos dormir sin sentir que nos vigilan...y luego desaparece la chica esa—suspiro agotado para luego continuar observando a la mariposa que se acercaba a una flor que crecía entre los arbustos. Sin embargo, esta cambio repentinamente de dirección, alejándose de la flor y de ellos. Zorro un poco confundido y curioso por ello, observo fijamente aquella flor y se dio con la sorpresa que debajo de esta flor se encontraba otra mariposa de similares rasgos pero sin la vitalidad de la primera. Agacho sus orejas —tal vez estés agotado con que te lo repita...pero realmente no me agrada para nada este lugar—Al girarse pudo descubrir porque el silencio de su amigo—Debí suponerlo.
El rubio, a pesar de estar dormido, sostenía entre sus manos con un poco de fuerza, su lápiz y la carta que enviaría a su Rosa. Zorro retiro los objetos.
—Hubiera sido grandioso si no hubieras elegido peor momento para dormir—comentó mientras observaba como una gran oscuridad se cernia sobre ellos, y la temperatura comenzaba a descender—sabes que...no me resulta extraño este cambio radical del clima...¿lo recuerdas?...en el día hizo el suficiente calor como para deshidratarnos por completo y ahora tenemos este cambio— un pensamiento cruzo por su cabeza y lo entretuvo un rato aunque también hubiera deseado no tenerlo, porque debido a este pensamiento no podía evitar observar a su amigo con cierta preocupación y tristeza.
Una luz intensa pero momentánea logro captar a través de sus parpados cerrados, Principito giro la cabeza desorientado de un lado a otro, puesto que aun tenia los efectos narcóticos del sueño, trato de buscar el origen de aquella luz. A lo lejos una sombra corría rápidamente y se ocultó entre los edificios cercanos. Zorro sin pensarlo dos veces lo siguió, sus orejas afino y trato de seguir el rastro de aquel extraño. Una vez acorralado, no pudo evitar mostrar sus dientes en señal de amenaza. Cuando Zorro iba a decir nada, este sujeto lanzo un objeto desconocido, el cual Zorro logro esquivar con éxito pero perdió de vista al extraño. Observo con curiosidad aquel objeto, sobresaltándose un poco al momento en que este vibro, fijo su mirada en la pantalla. Esta mostraba una foto en que aparecían ambos amigos, pero que se enfocaba especialmente en el Principito. Debajo de la foto estaba un mensaje: "Estaré allí enseguida"
Zorro indeciso, preocupado y con un poco de temor agarro el objeto con sus dientes y corrió de inmediato. No recuerda cuantas veces escucho el sonido chirriante de las llantas al frenar repentinamente o el sonido del claxon repetitivo de los carros, ni contando con las repetitivos gritos de susto de la poca gente que se encontraba despierta. Cuando se encontraba cerca y veía a lo lejos a su amigo rubio, tomo el impulso para correr rápido y repasar en su cabeza todo lo que diría acerca del encuentro con aquel extraño. Sin embargo, el vibrar del celular lo tomo desprevenido, por lo que su primera reacción fue arrojarlo, ya en medio de la pista un carro a toda velocidad paso por encima de este objeto. De inmediato, supo que, aunque desconocía sobre las funciones del objeto, de seguro guardaba en su interior aquello que tanto buscaban.