''Éxodo Estelar 1: La Semilla del Olvido"

Prólogo: El Último Viaje

Hace 65 millones de años…

El cielo de Y’kra ardía.

Las lunas colapsaban como lágrimas incandescentes mientras el núcleo del planeta explotaba en silencio. En la órbita exterior, una única nave —enorme, desgastada, sobreviviente— cruzaba el abismo interestelar con el corazón de una civilización perdida latiendo en su interior.

Eran los últimos.
Los últimos pensadores, guerreros, constructores.

Los únicos que habían escapado de la guerra total que destruyó su sistema solar.
No por valentía.
Sino por necesidad.

“Destino: planeta clase M-3, sector 294-A. Código: Tierra.”

El comandante Aelion contemplaba la proyección del planeta en su sala de mando. Azul. Verde. Vivo. Pero salvaje. Una esfera primitiva aún dominada por gigantes reptilianos.

—No es lo que soñamos —susurró Naïra, la científica encargada de preservar el linaje genético de su especie.

—No —respondió Aelion—. Pero será nuestro último refugio… o nuestro ataúd.

La nave entró en la atmósfera con una estela ígnea que cruzó los cielos como una señal apocalíptica. Los dinosaurios alzaron la vista. El planeta tembló. Y la historia se reinició.

La humanidad nacería… no del polvo de la evolución, sino de la semilla del olvido que esa nave enterró en el corazón de la Tierra.

Lo que nadie sabía, es que esa semilla… un día, despertaría.




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