Quiero brindar honor y gloria, al nombre de mí Salvador Jesucristo. Quien por él nuestra alma y vida no tiene desamparo, y gozamos de su gracia para ser redimidos por su preciosa sangre. Y fue él quien inspiró mis páginas, en cada detalle a su mínima y máxima expresión. Es a él quien le debo toda corriente de sabiduría e inteligencia porque él es mi maestro; me educó en éste proceso de aprendizaje. Es él quien poco a poco me transformó, como el buen alfarero me a ido puliendo en mi vida espiritual. Y mucho más...
¡Simplemente gracias Jesús!
¡A él le debo toda la gloria y la honra... infinito sea exaltado su nombre Cristo Rey Jesús! Amén.