Expediente Biblico

CAPÍTULO VI.

Visión y Avivamiento dentro de la iglesia.

 

   La visión y las dos luces...


Aun cuando el enemigo se empeñe en dañarlo todo, persiste en el camino del Señor.

 


    Éste relato que aquí les daré, no fue algo común... Cuándo se habla de cosas como éstas muchos dirán que es "mentira" o que es producto de la mente... pero no fue así. 
Estando dentro de la iglesia a la que me congregaba en esos días; pasó que, en un corto lapso de tiempo, poco antes de irme de misionera. Ocurrió un evento fantástico en mi vida, y puede decirse que también para la vida de alguien más... y para la misma iglesia. Para sólo haber sido en tan poco tiempo reclutada allí dentro de la Iglesia. Aconteció que después de la clase sentí en mi corazón tener que compartir una información con mis compañeros que trataba de "la idolatría y el egocentrismo". Ya que todos los presentes incluyéndome, estábamos pasando por una situación similar con respecto a éste tema en articular... 
Honestamente yo no conocía para nada de la palabra, y por lo tanto conversé con una pastora de allí. Necesitaba una guía, para asegurar me dé que lo que estaba pasando dentro de mí era algo de parte de Dios o si era mío. Le conté todo, sobre mi sentir. Y que, la voz de Dios le sentí hablarme en plena clase.
Y pues, a lo que ella me conversó es que: 

》Uno debe obedecer a la voz de Dios.

Mi repuesta fue un claro y decidido si, afirmando con la cabeza. Así que... desde ese mismo rato, después del almuerzo me junte con uno de los hermanos. El más joven del grupo. Pero a mi parecer era él más sabio. En mi opinión sentía que Dios le había dotado con el don de la sabiduría y el entendimiento. Le pedí ayuda con respecto a los textos bíblicos que iban acorde con los temas a tratar y le dejé allí solo mientras yo coordinaba otras ideas. 
Dios me puso en mi corazón que escogiera a alguien más para dirigir el tema. Quien Dios le había dotado con el don del liderazgo... hable con él, e instantáneamente acepto porque era un sentir que verídicamente venía departe de Dios. 
Todo marchaba bien. Hasta que... cuando cayó la tarde nos reunimos los tres para unir al equipo completo, pero todo resultó un completo caos... 
Varios me acusaron de iniciar un pleito. Me decían que blasfemaba, que me la daba de importante... que como era posible que Dios solo podía hablar me a mí y a ellos no. Que era evidentemente que no era real lo que yo experimente y que ellos saben cuándo Dios hablaba ya que si Dios quería hablarles los hablaría ellos directamente... Y mil y un cosas más dijeron. En fin, según ellos... ¿cómo podía saber si lo que estábamos haciendo era de parte de Dios o no?
Me sentí mal. Pues en verdad sentía que venía departe de Dios... y con todo eso lo que hicieron fue es hacerme dudar. 
Caí en contiendas, y el líder también poniéndose en mi defensa provoqué su caída también, fue todo un rotundo caos... que no tardo en convertirse en una sala de gritos y ofensas de parte en parte. Más los chismes empezaron a corren por toda la comunidad pastoral. Que fue peor aún…
Pronto me percaté que el más joven del grupo se había marchado, abandonado el conflicto sin haber dicho palabra alguna. Me sentí realmente mal, muy mal. En tanto el otro hermano que era el líder, me llevó con él y me pidió que me calmara. Le pedí perdón porque jamás imagine que esto pasaría. Él se retiró y me dejó sola en el comedor... 
De pronto volví a pensar en el más joven del grupo, el que me había ayudado con los pasajes bíblico. Me quedé triste por él, que mal ejemplo fui... ¿cómo no pude reaccionar como él? De seguro ha de estar molesto conmigo, y ni a de querer hablarme. Sentí un peso tan grande que bajé al salón donde se realiza el culto. Quería orar. Sentía una culpa agobiante, opresiva y por mucho atosigante y todo por lo que he causado. Sentí profundamente que le había fallado a Dios en dos cosas. La primera era evidente en mi profundo sentir... no tenía que meditar demasiado. Le había fallado vilmente a Dios en dudar de Él. Y segundo. Pues caí en contiendas con mis mismos hermanos de la misión. 

Baje lo más rápido posible y me adentre en la oscuridad del salón. Ni me preocupe en encender los focos, solo deseaba llegar y que nade me viera. Me hallaba tan cargada de tanta rabia e impotencia... llevaba dentro un enojo tan grande, que sin pensarlo mucho quise postrar me, con la frente plegada al pulpito en la plena oscuridad. 

Cuando por fin llego, veo una silueta en el piso y de repente entra en un sollozo estruendoso. Me asusté. Quedé petrificada con la sombra y más atrás el llanto. Cuando me percaté de que era el chico más joven. El que me había ayudado con los pasajes bíblicos. Es allí do d mi corazón se turbó... una pena tan grande me tumbó delante de él y de Dios. No encontraba las palabras para disculparme con él y menos con Dios. Pero se lo dije como mejor pudiera. A lo que él me contestó sin alzarse: 
No es a mí al que le debes pedir perdón. Es a Dios... luego siguió gimiendo.

No pude más... con tales palabras. Todo en mi estaba por el sub–suelo, me postre frente al altar del lado opuesto de mi compañero. Recuerdo claramente que él estaba del lado izquierdo orando y sollozando y yo me postre del lado derecho. Ambos con vista al púlpito. Muy lejos el uno del otro.

Yo lloré amargamente, sentí como por completo me salía el lamento de Pedro... fue tanta la ira que había agarrado en la discusión que el cerebro me dolía, toda la cabeza me zumbaba del dolor.  Allí postrada llorando y gimiendo me era una total calamidad porque aceleraba mi dolor.  Lo cierto es que me dolía más el alma que la cabeza y con lo profundo de mi ser me concentre por primera vez en doblegar mi carne ante todo lo que sentía para poder estar con Dios. Me sentía que me moría por dentro, quería que esto no hubiera pasado. Estaba tan mal... y pensé. Dios, porque dudé de ti, si estaba tan segura que fuiste tú el que me lo pidió.
Cuando de repente el joven que oraba por su lado se alzó y me respondió como si hubiera leído mi mente. Diciendo. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.