Expediente Biblico

CAPÍTULO VIII.

Mensaje de reflexión por medio de una visión dada por el Señor.

 

 


Las siete piedras del Señor


Cuándo el propósito de Dios se hace Él no escoge diamantes pulidos sino en bruto.

 

 

 

    Ésta visión la obtuve cuando aún estaba en Motupe. Chiclayo. Perú. Íbamos todos los hermanos camino al mercado dentro de un bus.

Estando allí sentada en el maletero de la combi acompañada de los dos hermanos más jóvenes. Tenía en mis manos el diario y fue allí donde aconteció algo extraño para mis oídos, en ese instante se desconectaron del lugar y a mis ojos llegué a percibir una inmensa neblina, pude sentir que mi mente se trasladó a otro lugar.

    Vi un caudal de agua cristalina caer de entre dos montañas altas; no se veía el inicio porque las nubes y neblina blanca las tapaban. Y en la mitad del caudal salían en fila, de manera horizontal siete rocas justo entre las dos montañas. Y las siete tenían poros por donde absorbían el agua del caudal y respiraban. Siete piedras eran y las siete tenían defectos y yo me acerqué a ellas y vi que una de ellas tenía poros muy grandes del tamaño del pulgar de una persona adulta; y ésta chupaba mucha agua y por la parte de abajo la expulsaba como si la escupiera.

La segunda piedra, ésta estaba cuarteada y desfigurada, respiraba con dificultad; como pesado. Al respirar así hacia que su absorción de agua fuera menos que la otra piedra, ya que sus poros eran más pequeños y am expulsar el agua era una cantidad buena a pesar de su estado físico.

La tercera piedra, estaba repleta de mohos y se veía se notaba su excesivo esfuerzo por respirar.

La cuarta piedra no era muy grande como el resto, pero tenía un diamante incrustado, cuyo diamante se veía pulcro pero partido por varios lados, y sus poros respiraban y chupaban agua desesperadamente h a la hora de expulsar solo dejaba caer gota por gota; muy miserable.

La quinta piedra, estaba rasgada a la mitad y se veía el deterioro. Y sus poros superaban agua de la que chupaba y no respiraba conforme a las demás.

La sexta piedra, tenía un sólo poro del tamaño de un codo de diámetro, respiraba y succionaba el agua más no notaba nada sólo crecía y crecía, creciendo con ella la abertura del poro más y más.

La séptima piedra, era de mediano tamaño, poseía poros diminutos excesivamente pequeños y todos respiraban y succionaban poco realmente poco y tenía una gran masa de lodo pegado y una grieta a un costado donde le crecían espinos y no dejaba respirar a la piedra.

De pronto, una voz se dejó oír de la nada, parecía venir de las aguas y me preguntó. 
¿Qué piedra crees que debo remplazar?

 

Más yo en silencio me mantuve un rato sin saber cómo responder, más después dije:
Señor sé que eres tú.  Y, tu voz me calma... más siento temor. Temo que me apartes de ti. Más te digo que todas las piedras tienen defectos y si es tu voluntad reemplaza a todas.

A lo que la voz me respondió instantáneamente. 
No las quiero reemplazar, porque mi Padre puede limpiarlas y curarlas a todas. Porque, así como las personas se enferman, así también se enferman mis piedras... se cuartean, se rajan, se desfiguran... más la misericordia del Señor es grande y todo lo sana. 
Ahora mis ángeles están con ustedes y las piedras no agrandaran sus poros y respiraran conforme a la voluntad del Señor y absorberán el agua de vida y darán a beber conforme a la medida que se le dé; porque es para todos y abundante tienen ser mis piedras y no habrá más moho, ni espinos, ni diamantes que quieran sobresalir entre mis piedras porque así de sencillas las quiere Dios. Porque solo Dios brilla entre la oscuridad.

Fin de la visión.

Después de ver esto lo plasmé en mi diario. Y me quedé con la duda si alguno era alguna piedra o si tan solo era un ejemplo de Dios. ¡Pero sea así o no! Dios ya respondió mi oración. Porque me sentía menos que el resto por ser la más inexperta en las cosas de Dios.
También me dio curiosidad como Dios usó las piedras como ejemplo para responder me. A continuación, aquí les dejo unos textos bíblicos que me recordaron a ésta visión.

4. Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, 
5. Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.
6. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado. 
7. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo; 
8. Y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados. 1Pedro 2:4–8.


Los más curioso es que descubrí en esos días que las piedras si respiran y si andan. También se enferman y crecen. 

Y son tan misteriosas estas piedras, porque pueden crecer, se pueden reproducir y pueden respirar: sus habitantes las llaman "trovants" y son específicamente de Rumania.

 




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