Expediente: Fénix

Capítulo 2: El Sobreviviente

Nathan no sabía qué esperar de Derek. Cuando entró en la sala de interrogatorios, un escalofrío recorrió su columna al notar lo extraño que era todo. El hombre que tenía delante ya no era el mismo que desapareció semanas atrás. Algo había cambiado. La forma en que sus ojos brillaban, como si llevaran consigo secretos que nadie debía conocer, le daba una sensación de inquietud palpable.

—¿Qué ocurrió? —preguntó Nathan, sin apartar la mirada de las cicatrices que cubrían la piel de Derek. Algunas parecían quemaduras, otras marcas que no encajaban con nada humano.

Derek no respondió de inmediato. En lugar de eso, su sonrisa se ensanchó, como si estuviera observando algo que Nathan no podía ver. Después, sus labios se abrieron, pero lo que salió de su boca no fue una explicación. Fue una visión.

De repente, la sala se desvaneció y el agente Cole se encontró en una habitación oscura. La figura de Derek ya no estaba frente a él, sino que estaba en otra parte. Algo se movió en las sombras. Una presencia palpable. Nathan intentó mover los labios para gritar, pero no pudo. La atmósfera era densa, como si el aire tuviera vida propia.

—El tiempo corre… —dijo una voz susurrante, tan profunda y extraña que parecía venir de todas partes y de ninguna a la vez.

Un destello de luz le cegó, y antes de que pudiera procesar lo que había visto, la visión desapareció, regresando a la realidad. Nathan parpadeó, temblando, y se encontró nuevamente en la sala de interrogatorios.

Derek estaba allí, como si nada hubiera pasado.

—¿Qué fue eso? —preguntó Nathan, su voz apenas un susurro.

—Mi bienvenida… —respondió Derek con una risa fría y vacía. —Eso no fue nada comparado con lo que realmente está sucediendo.

Nathan, ahora más desconcertado que nunca, intentó mantenerse firme, pero en su interior algo le decía que las respuestas que buscaba eran mucho más peligrosas de lo que jamás había imaginado. ¿Qué le habían hecho a Derek? ¿Y por qué parecía tan tranquilo ante algo tan… alienígena?

El agente sabía que esto acababa de comenzar, pero las piezas del rompecabezas ya no encajaban. Algo mucho mayor que simples desapariciones se estaba desplegando ante él. Y mientras Derek lo miraba con esa sonrisa perturbadora, Nathan se dio cuenta de que la verdadera pregunta no era quién estaba detrás de todo esto, sino qué.




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