Experimento A #1

Capítulo 3

Leah

 

--¡Todo esto es tú culpa! ¡Me amenazan por tu culpa! ¡Amenazaron a Summer por tu culpa!—lo señale con mi dedo acusador—y juro por mi vida que si le pasa a algo a Summer te golpeare hasta dejarte inconsciente—brame roja de la ira

 

Evan me miró sin comprender nada—¿y a ti que te pasa?

 

--Esto me pasa—le mostré la nota

 

--Cálmate—dijo con cautela—y para tu información recibí la misma carta con el mismo escrito a maquina

 

--Hundí mis cejas confundida—no entiendo ¿Por qué nos mandarían estas notas? ¿Y quién?

 

--Yo tampoco comprendo lo que sucede—dijo encogiéndose de hombros

 

Y la pregunta del millón ¿es como llegue a discutir con Evan y terminar castigados?

 

Después que recibiera la carta me fui a enfrentar a Evan, claro que si como que no, sin pensar en la consecuencia.

 

Lo enfrente en el pasillo dos, del segundo piso la cual dividía el pasillo 3, las habitaciones de las chicas, y el pasillo 3B, el de las habitaciones de los chicos. Y claro como la impulsiva que soy le empecé a gritar. El también grito. Los dos gritamos.

 

El supervisor del pasillo de los chicos nos encontró a menos de medio metro de distancia, lo que eso significa que estábamos muy cerca y que la situación se podía malinterpretar, y claro el supervisor la malinterpreto.

 

Y ahora nos tiene agarrados de la camisa en la parte de la nuca del uniforme, el cual consistía en una camisa blanca con corbata roja con negro, un bléiser negro que ninguno de los dos usaba, los chicos usaban pantalones y las chicas usábamos faldas de color negro con unos zapatos negros.

 

Trague con muchísima dificultad al ver cómo nos dirigía hacia el sótano por segunda vez este mes. La primera vez fue cuando Summer se intoxico con algo que comió de la cafetería y empezó a vomitar toda la noche, y por esa circunstancia fui a llamar a la enfermera Elena, a mitad de camino me descubrieron y después que dejaron que la señorita Elena viera a mi hermana me castigaron por estar fuera de mi cama después de las nueve

 

--Mi hermana está en el patio, si no me encuentra empezara a llorar—me excuse

 

--No importa, le avisaremos a la profesora de su grupo que se encargue de ella—saco el llavero que tenía en el pantalón que tal vez podía contener más de cincuenta llaves

 

Abrió la puerta con un chirrido, revelando unas escaleras hacia abajo sin ninguna pizca de luz, Evan a mi lado empezó a sudar

 

--Y-yo n-no pue-do bajar, exijo hablar con mi psicólogo—hablaba con mucha dificultad como si se estuviera asfixiando

 

--No tienes derecho de ver a nadie, rompiste una regla acata las consecuencias. Una enfermera vendrá a traer sus medicamentos antes de la noche—dicho esto nos empujó a los dos para después cerrar la puerta

 

Comenzamos a bajar poco a poco para no caernos por la falta de luz, hasta que algo hizo que parara, era la mano de Evan estaba envuelta alrededor de mi pequeña mano. Cuando volteo a ver al chico al parecer no se había dado cuenta de que me había agarrado y entrelazado nuestras manos ya que miraba a todas partes como si temiera a que de repente alguien apareciera de las sombras

 

Para mi sorpresa cuando llegamos hasta el final habían dos chicos sentado apoyados de la pared, uno tenía los brazos y piernas cruzadas, estaba viendo al piso y el otro tenía la cabeza apoyada en el hombro del chico pero este tenía los ojos cerrados y enfrente había una pequeña mesa con una vela nueva. Eso significaba que no había pasado mucho tiempo desde que los trajeron hasta aquí

 

El sótano no era nada grande, mínimo cambian cinco personas, ni siquiera se porque lo llaman sótano si ahí no cambia nada. Me senté también apoyada en la pared mientras que Evan rápidamente hacia lo mismo pero este abrazaba a sus pies mientras decía algo en voz baja

 

Los dos chicos enseguida voltearon a vernos, tal vez confundidos por vernos juntos o simplemente pensado si a Evan le pasaba algo raro

 

--¿Por qué están aquí ?—hablo el chico de brazos cruzados con acento latino

 

--Estábamos gritando en el pasillo 3B—respondí tratando de no mirarlo

 

--Y-yo no es-taba gri-tando, tu nos metis-te aquí—aun temblaba y parecía que tenía ganas de llorar

 

--Tú también estabas gritando no digas mentiras—puse los ojos en blanco y pude ver como los dos chicos intercambiaban miradas con pequeñas sonrisas

 

--¿Y ustedes?—una sonrisa traviesa surco en la cara del latino, que por su acento lo pude descifrar, el cual tenía la piel bronceada el pelo castaño corto casi al estilo militar y por lo que pude ver con la poca luz de la vela era que tenía los ojos marrones y que su ojo derecho tenía un tic que no paraba, era algo más relleno que Evan pero no tanto

 

--Nos vieron besándonos--tanto Evan como yo volteamos a verlos al mismo tiempo, sorprendidos por la valentía que tuvieron al hacerlo. El otro chico enrojeció desde las orejas hasta el cuello

 

--¿Y son pareja?—pregunte tan directo que me arrepentí de hacerlo, los dos asintieron

 

--Te dicen Miss sutileza—murmuro Evan, puse los ojos en blanco centrándome en los dos chicos que nos miraban

 

Desearía saber sus nombres ¿tal vez si les…

 

<< ¿Y si te callas no es mejor? Tal vez ni siquiera quieran hablar>>

 

--Que descortés de nuestra parte—dijo de golpe asustándome, puso una mano en su corazón, dramáticamente—soy Ezra y este es Axel—sonreí un poco

 

--Leah y Evan—entrecerré los ojos en dirección al pelinegro quien estaba viendo un punto fijo en la pared. Lo zarandeé y este se incorporó asustado

 

--S-si un gusto




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