Experimento Auroa 1: Dualidad

Un Festival de Constelaciones 2.

Martes 6 de febrero – 9:30 AM.

 

El sol recién había decidido comenzar a iluminar la ciudad provocando que las grises nubes fueran desapareciendo de a poco.

El cuerpo de Lacielo podía sentir la cantidad exagerada de peso que era obligado a levantar, con sus dos brazos más el pecho hacía lo posible para mantener el equilibrio mientras caminaba por la vereda del primer distrito. Lo mismo sucedía con las dos copias que creo para esta tarea, los tres llevaban en total 9 cajas llenas de materiales para construir la propuesta que el consejo acepto el día anterior.

A la vez que intentaba llevar las pesadas cajas intentaba evitar que sus anteojos se le cayeran, pero eso no era lo que más le preocupaba. Lacielo vestía una remera negra de mangas largas y por encima lleva puesta otra remera blanca de mangas cortas, las cajas que retiro de la ferretería se encontraban llenas de polvo y comenzaba a imaginarse lo sucia que quedaría su ropa cuando las dejara.

Pero él no es el único con esa mala suerte, a su lado se encontraba su compañero Ciro cargando con otras dos cajas llenas de distintos tipos de clavos y herramientas, aunque él había sido más afortunado de llevar solo dos en vez de tres.

-Por favor necesito que me ayudes al menos con una caja. Siento como todas están por caerse- Le suplico Lacielo a la persona que caminaba detrás de él.

A las espaldas de ambos chicos se encontraba caminando Lisandro tranquilamente y sin preocupaciones –Pues espero que no se te caigan, o si no tendremos que esperarte a que recojas todo- Explico el líder de ambos chicos sumisos para acto seguido darle un sorbo a su bebida con hielo.

Los rayos solares que comenzaban a aparecer iluminaron la cara de Lisandro dando como resultado que él se pusiera sus lentes de sol –Espero que el sol no salga demasiado, o como mínimo deberé evitarlo para no sudar- Como él era un chico con una habilidad estrella relacionada al hielo era de esperarse que su relación con el sol o el calor en general no fuera buena.

-En serio Lisandro, te lo pido por favor- Volvió a suplicar el chico de pelo rosado y gorro negro, pero de nuevo no obtuvo resultado así que decidió cambiar sus palabras –Al menos podrías sostener la caja unos segundos para que me ate las trenzas y acomode mi posición-

-Dios mío, que molesto resultaste ser –Respondió el joven de hielo –Tienes que ser más como Ciro, él no se queja tanto- Los comparo Lisandro antes de hacer que todos se detuvieran.

Cuando todos se quedaron parados el chico de pelo blanco uso su habilidad estrella para realizar una de sus técnicas más complicadas, la cual bautizo como “Reflejo de escarcha” esta técnica consistía en crear una o varias versiones de hielo de él mismo u otra/s personas.

En este caso el clon de hielo que creo era de él mismo y lo utilizo para sostener una de las tres cajas que Lacielo cargaba.  Las otras dos copias del chico sumiso hicieron lo imposible para que cada uno sostuviera una de las dos cajas que faltaban.

-Muchísimas gracias- Agradeció Sageon al tiempo que podía sentir como la presión de su cuerpo desaparecía y el procedía a atarse las trenzas.

Los tres no tenían tiempo que perder –Apresúrate para que no lleguemos tarde a la escuela- Replico el joven de hielo.

Justo antes de que el chico sumiso terminara sucedió algo que ninguno de los tres se esperaba. Dos figuras negras aparecieron desde la distancia a toda velocidad, eran negras justamente por lo que no podían distinguir de quien se trataba por la súper velocidad a la que se movían.

Ambas figuras hicieron tropezar a las dos copias de Lacielo provocando que estas desaparecieran y tiraran las 8 cajas al suelo al suelo dejando todo hecho un desastre.

Lisandro, quien no estaba para nada atento en ese momento, le echo la culpa al chico de pelo rosado luego de terminar de darle un sorbo a su bebida –No puedo creer que tus copias sean tan iguales a ti, nada pueden hacer bien-

Lacielo si había logrado darles un vistazo a ambas figuras negras, pero sin pruebas no pudo hacer nada más que lamentarse y disculparse –Ya no tiene remedio –Se quejó Lisandro para seguido crear 6 reflejos de hielos más, de esta forma cada uno cargaría una caja.

Al levantarse el chico avergonzado conto solamente 7 cajas -¿No eran 9 cajas? –Comento ante la duda.

-Hmmm, no lo sé. Pero creo que no- Contesto su líder de hielo antes de que los tres retomaran su camino.

Al mismo tiempo a varias cuadras de distancia.

 

-Ya me cansé de repetirte que no es necesario que hagas esto-

Maldición, si simplemente pudiera usar mi habilidad estrella Silver Star podría hacer que me respete más. Pero la situación era todo lo contrario y por ese motivo Ari no me tomaba en serio.

-Claro que es necesario –Volvió a insistir el aspecto –No entiendo cómo no puede ser necesario que recuperemos el tiempo perdido. Sabes que Sebas y yo estuvimos muy preocupados-

Todavía podía sentir una extraña sensación recorrer mi cuerpo al saber que Ari y Sebas eran muy amigos.

-¿Estabas preocupado por mí o por nuestro trato?-

-Por ambos claro, pero más por ti-

Me sorprendió ese golpe de sinceridad, pero tenía que aceptar que estaba acorralado y no tenía más opciones así que simplemente cedi ante la situación. Un largo suspiro salió de mi boca y cuando termino vino atado de la pregunta –Y cuéntame ¿Qué cosas aprendiste durante mi ausencia?-

La expresión de la cara de Ari era similar a la de un niño malcriado después de recibir lo que quería. Era una expresión muy similar a la que puso cuando comenzó a empujar mi silla de ruedas hasta el colegio, aunque le dije muy explícitamente que no quería que lo hiciera, simplemente me ignoro y continúo haciéndolo.




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