Experimento Auroa 1: Dualidad

Escape de lo cotidiano.

Lunes 14 de septiembre - 8:35 AM

 

Estaba durmiendo muy cómodamente, había disfrutado de un buen fin de semana y ya era hora de volver a la rutina, aunque mi cuerpo no lo quería.

Obligándome a despertar podía sentir como uno de los rulos de mi pelo daba vueltas y vueltas, iba de adelante a atrás así que abrí los ojos y observé a la persona que dormía a mi lado, yo la sujetaba con mi brazo que iba de hombro a hombro en su cuerpo.

-¿Te gustan no es así? –Le pregunte a la chica completamente desnuda acostada a mi lado.

Ella hizo un gesto muy tierno –Así es, tus rulos son muy bonitos –No lograba recordar con lujo de detalles lo que hice este fin de semana, pero viendo la situación de seguro fue lo mismo de siempre.

La chica se levantó de la cama y comenzó a buscar su sostén entre toda la ropa tirada en el piso, el piso era de una madera muy pulida. Mientras ella hacia eso, levanté la sabana que me tapaba y di un vistazo al interior, solo quería confirmar mis sospechas de que yo también estaba completamente desnudo.

-Allí esta lo que buscas –Le indique a la chica señalando la barandilla de la escalera al primer piso, ni siquiera podía recordar el nombre de ella.

Era mejor que me apresurara o yo también llegaría tarde a mi colegio. Me levante de la cama y fui en dirección a mi placar, saque el primer bóxer que me llamo la atención y me los puse para luego buscar mi ropa de siempre.

A todo esto, la chica ya había terminado de cambiarse, el uniforme que su colegio la obligaba a llevar le quedaba muy lindo -¿Quieres que te prepare algo? –Me pregunto la dulce chica antes de bajar las escaleras.

Yo todavía tenía algo de sueño –Un café estará bien, solo enciende la máquina y nada más –Yo no la estaba viendo a ella, mis ojos estaban concentrados en buscar mi ropa así que solo le hice un gesto con la mano.

Escuche sus pasos al bajar las escaleras y más tarde al encender la máquina.

Un rato más tarde ella volvió a llamarme –New Quay-

-¿Qué sucede? –Todavía no logre encontrar mi ropa.

-Creo que encontré lo que estás buscando-

Claramente como estábamos en pisos diferentes no podía ver a que se refería así que me acerque a la barandilla del segundo piso y salte hacia el primero, al caer presencie a la chica con mi remera y pantalón en sus manos.

-Genial ¿Dónde los encontraste? –Le pregunte alegre acercándome a ella.

Una vez que estuvimos frente a frente me contesto –Estaban tirados detrás de los sillones rojos –Supongo que ayer a la noche cuando la invite a mi casa fui algo impaciente y comenzamos aquí directamente, ella me entrego mi ropa y a su vez con su otra mano me toco mi miembro –Apresúrate que prepare el desayuno-

Admito que me puse nervioso en ese momento y una sonrisa incomoda apareció en mi cara –Está bien –Contesté también con una risa incomoda.

Cuando por fin conseguí vestirme ambos desayunamos, lo normal hubiera sido desayunar en la cocina o en la sala, pero ella quiso hacerlo en el balcón de mi casa y como el buen anfitrión que soy acepte eso.

El inesperado frio de la mañana me permitía ver el vapor salir de su taza-Qué lindo se ve el distrito por la mañana-

El sol salía de entre las montañas del horizonte y comenzaba a iluminar todos los grandes edificios del primer distrito –Por esa razón compre este apartamento, en el último piso de un edificio tan grande como este podría apreciar esta hermosa vista –Exprese observando el horizonte con ella, aunque se lo dije más por parecer un galán.

Ella cambio su mirada y término viendo la hora –Debemos apresurarnos o se nos hará tarde-

 Asentí con mi cabeza y ambos salimos de mi departamento –Espera un segundo, me detuvo ella del otro lado de la puerta –No te olvides tu bolso –

Yo lleve mi mano detrás de mi cabeza –Cierto, ya me lo estaba olvidando –Regrese rápido a buscarlo y luego por fin salimos.

Ambos teníamos una ruta un poco similar hasta nuestras escuelas así que sin más opción los dos caminamos juntos por un rato. A nuestro alrededor podían verse varios estudiantes que también caminaban a sus escuelas, yo no le hablaba mucho ya que no estaba muy acostumbrado a hacerlo, por suerte ella siempre lograba sacarse de la manga un tema de conversación.

Lastimosamente mientras más avanzaba la conversación más me daba cuenta de que lo mejor sería no volver a vernos, fue muy divertido lo de anoche y todo, pero sentía que no éramos muy compatibles.

 

 

 

Mi despertador tenía la forma de un unicornio surcando las nubes y el sonido para despertarme que hacía era el de una chica mágica lanzando un hechizo. Me encantaba mucho ese sonido así que apenas lo escuchaba me levantaba llena de energía para comenzar otro gran día.

De un salto me levante del centro de mi cama y aterrice en el piso, mire para mi mesa de luz y apague el despertador, acto seguido me coloque en mi ojo izquierdo el dispositivo de control de habilidad remoto (el parche metálico) acomode el cable de activación detrás de mí oreja y ya podía volver a utilizar las distintas habilidades que tenía en mi cuerpo, si mal no recuerdo la última habilidad estrella que deje activada era la de telequinesis.

En mi placar se encontraba uno de mis mejores amigos durmiendo, el señor pikly, utilizando mi habilidad estrella del momento lo saqué de su cama y lo traje a mi lado para darle un fuerte abrazo –Buenos días mi amor –Comencé a dar vueltas en círculo en mi habitación -¿Quién es el conejito más lindo de todos? Oh si tú lo eres-

Deteniendo mi diversión la alarma despertadora volvió a sonar –Cierto, no puedo distraerme o llegare tarde de nuevo –Volviendo a utilizar mi habilidad estrella de telequinesis saque de mi placar varios pares de ropa, me saque mi delantal para dormir con dibujos de estrellas y comencé a pensar cual sería la mejor ropa para llevar hoy a la escuela.




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