Experimento Auroa 2: Alba

Exp. Control 2: Las cosas son relativas.

9:00 AM - jueves 24 de septiembre – Oficina del Gobernador

 

Con  el miedo recorriendo todos sus huesos el desdichado hombre se acercó a la mesa, en ella se encontraba sentada un científica con un aspecto de vándalo, los pies sobre la mesa y sin ninguna preocupación  o modales aparente. -¿Ya está todo preparado? Señor gobernador- pregunto el científico con una tenebrosa voz. Cualquiera pensaría que el rango de gobernador de distrito se encontraría por encima de todos, pero no hay verdad más errónea que esa. Los gobernadores de distrito solo son marionetas del público, varios científicos se encuentran por encima de ellos entre otras personas.

-Claro que si Sr Nokushizuke. Ya nos comunicamos con los gobernadores de los distritos 15 y 11 y ya está casi todo listo.

-¿Casi? Si hace un segundo dijiste que estaba todo listo- el científico se levantó de la mesa y se acercó al gobernador. Este último temblaba como gelatina -¿Acaso quieres engañarme?

-N…no señor, por supuesto que no.

-Entonces dime ¡QUE MIERDA FALTA!- enfurecido el profesor Nokushizuke tiro todos los utensilios de escritorio de la mesa donde estaba sentado. El gobernador del distrito 10 estaba por morirse de un infarto < ¿Por qué esto tenía que ser justo en mi distrito?> Se lamentaba en su interior el pobre hombre, acto seguido el gobernador saco de su bolsillo un pequeño dispositivo, lo encendió y en el apareció el holograma de una chica –Ella es Milagros Anastasia Riley y su habilidad podría afectar el experimento señor.

Intentando calmarse el científico, algo trastornado por lo que conlleva su trabajo, miro a los ojos a su pobre presa -Cuéntame entonces como esa mocosa puede arruinar todo lo que estuvimos trabajando por años.

-Ella es una de las muy pocas personas en la ciudad con el poder alterar los Campos Cósmicos de Microondas, en este caso los altera bloqueando su frecuencia para que los poderes no funcióneme correctamente o simplemente disminuye su capacidad. Actualmente se encuentra en la quinta capacidad, ella vive en el distrito rural por lo que normalmente no habría problemas, pero fue suspendida de su escuela tres días y ahora se encuentra aquí.

El claro enojo se transformó sorpresivamente en repugnancia –Blagh, el distrito 13. Me encargaría yo mismo pero odio ir a ese horrible sitio rural- el científico comenzó a caminar dando vueltas por todo ese oscuro lugar. La falta de luz era tal que el pobre gobernador lo perdía de vista por algunos segundos –Te pediría que te encargues pero sinceramente eres demasiado inútil. Por suerte tengo a alguien perfecto para el trabajo.

Lo que más quería esa pobre persona era marcharse de ese lugar y rogar no volver nunca más, pero una duda dentro de él lo obligo a quedarse por más tiempo -¿El primer número uno no interferirá verdad? Él vive en el distrito 15 si no me equivoco.

-Jajajajajajajaja no tienes por qué preocuparte por eso. Aunque ahora debe estar regresando de otro distrito y nuestro experimento podría atraerlo, pero confió que resistirá esa jugosa tentación. Por su bien.

-Entiendo señor.

-Ahora sal de mí vista por favor, me encargare de lo que falta -como si de un perro al que dejan salir afuera a jugar se tratara, el gobernador salió de su propia oficina lo más rápido que su condición humana le permití.  Nokushizuke se volvió a sentar en su escritorio y apretó un botón, la voz de una secretaria salió inmediatamente después –Dígame que necesita señor-

-Manda a alguien a limpiar mi oficina por favor. Y contáctame con Jenell.

-A la orden señor.

Ahora que se encontraba a solas el científico comenzó a frotarse la frente intentando que no le reviente una vena por el estrés –Hay tantas cosas que pueden salir mal. El experimento de control debe ejecutarse a la perfección o la alta mesa directiva se enfadará mucho, o peor, él se enfadará mucho. Este tipo de experimentos son sus favoritos- mucho aire comenzó a entrar y salir de su boca de manera agitada –Tranquilo, tranquilo, Jenell y su equipo se encargaran de esa mocosa.

 

 

 

 

17:00 PM.

 

-¿Por qué? ¿Por qué teníamos que estar aquí? Literalmente podríamos estar haciendo cualquier otra cosa –se lamentaba profundamente el chico por no tener peso en las decisiones de sus amigas.

-Ya cállate Isco, solo será un rato y luego nos marchamos –contesto mili sentada tranquilamente en medio del pasto en una concurrida plaza.

-Solo pueden venir a verme re poco y prefieren pasar ese tiempo esperando a esa idiota. Me siento traicionado –algo se había roto en el interior de ese chico vándalo de capacidad dos.

-Ay no digas eso, claro que vinimos a pasar tiempo contigo. Pero también teníamos que aprovechar para hacer esto –agrego la chica de lentes sentada como indio al lado de mili.

-Pero guada estas con la cara pegada en el celular, no te darías cuenta si ella viene –la chica con lentes por fin separo la mirada de su celular –Claro que me daría cuenta, su presencia simplemente no puede pasarse por alto.

Aquel chico que ostenta uno de los pocos poderes de capacidad dos estuvo a punto de seguir quejándose. Sin embargo, antes de lograr hacerlo sus dos amigas lo hicieron callar para poder presenciar la única razón por la que se encontraban ahí –A esta hora Mercedes va junto a su camarilla a un salón de belleza y cruzan por este parque –las palabras de Milagros se cumplieron e ingresando al parque estaba una bellísima chica, ella era un poco más alta que Isco, su largo cabello rubio reflejaba la luz solar como una barra de oro, su piel recordaba a porcelana tallada por los dioses, sus mejillas estaban sonrojadas por la luz solar y tenía pecas en sus mejillas. Ella era Mercedes y caminando a su lado se encontraban más de 12 chicas siguiéndola e intentando hablar con ella.

Un fuerte grito hizo sobresaltar a Isco, pero no debía preocuparse, eran solo sus dos amigas emocionadas por lo que presenciaban –Ay yo daría lo que fuera por poder formar parte de su camarilla –comento guada.




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