Experimento Auroa 3: Ocaso

Fuego_Infernal_201

Lunes 28 de Septiembre- 12:40 AM– Distrito 9 –Hospital.

 

Sobre una máquina de caminar a la mitad de su potencian me encontraba corriendo sin remera, en mi boca había un tubo de respiración, varios electrodos estaban conectados a mis marcados pectorales, uno cerca del ombligo y tres sobre mi frente. En este momento me encontraba realizando unos estudios básicos en el hospital para saber cómo iba mi recuperación.

La herida cerca de mi estómago estaba casi completamente curada aunque de todos modos tenía una gasa cubriendo esa zona. Todos los cables conectados a los electrodos iban a para a una maquina a mi costado, junto a esa máquina se encontraba una doctora joven supervisando el electrocardiograma que estaba llevando acabo.

Los resultados en una hoja terminaron de imprimirse, la doctora les dio una ojeada y unió ambas manos en un aplauso –Excelente, ya puedes quitarte todo eso –Dijo acercándose a mí. La máquina de caminar se detuvo y lo primero que hice fue sacarme la mascarilla de oxígeno de la boca, la doctora me saco las ventosas blancas de la frente y yo retiro los que estaban en mis pectorales y cerca del ombligo.

-No hay nada fuera de lugar –Comenzó a explicarme la doctora, a la par yo me acerque a una silla de plástico y recogí mi remera la cual reposaba allí –El único problema sería tu habilidad estrella, llevas varias semanas inconsciente sin usarla. Deberías practicar usarla varias veces al día para poder volverá a usar como antes.

-Entiendo –Respondí con mi remera ya puesta -¿Ahora puedo juntarme con mis amigas? –Quise saber cambiando el tema rápidamente. A mí no me interesa mucho mi estado físico o el estado de mi habilidad, mi única prioridad ahora era reunirme con mis amigas nuevamente, sin embargo para eso debía actuar como un perro obediente.

La joven doctora dejo salir un suspiro al volver a escuchar la misma pregunta salir de mi boca una vez más, acto seguido ella metió su mano en el bolsillo de su bata de laboratorio blanca y saco un pequeño frasco –Estos son unos estimulantes especiales, te ayudaran a recuperar el máximo potencial de tu piroquinesis. Toma uno en el desayuno y otro en el almuerzo.

De forma muy apresurada tome el pequeño frasco y lo guarde en el bolsillo de mi pantalón –Entendido ¿Ahora puedo? –Volví a insistir.

-Está bien, ahora puedes verlas –Contesto ella, metiendo su mano nuevamente en el mismo bolsillo esta vez saco un pequeño control remoto, ella presiono un botón y la puerta de salida de la habitación se abrió.

Antes de salir corriendo me acerque a la joven mujer de bata de laboratorio y le susurre una petición al oído, luego volví a tomar distancia y ella pensó unos segundos en lo que le dije –Creo que eso sería información clasificada pero tomando en cuenta que se trata sobre ti supongo que no habrá problemas. Dame un momento y lo hare.

-Muchísimas gracias Doctora, no sabe cómo se lo agradezco -Ahora  sin perder más tiempo abandone la habitación con la misma velocidad de alguien que llega tarde a una importante reunión. Del otro lado de la puerta se encontraba un pasillo silencioso y vacío el cual se extendía tanto para la izquierda como para la derecha.

Gire mi cabeza en ambas dirección, no estaba seguro de cual camino me llevaría devuelta al lado de ellas dos. Sin embargo en ese instante de duda repentinamente una gran cantidad de peso se abalanzó sobre mí provocando que cayera al suelo y que mi trasero recibiera todo el golpe del impacto.

Unos brazos rodeaban con fuerza mi cuello mientras que otros brazos me apretaban el pecho, sumando a esto varios balbuceos sin sentido de voces femeninas retumbaban en mis oídos.

-Chicas, chicas .Yo también las extrañe mucho –Sin contenerme abrace con mucha fuerza a las dos personas que me agarraban.

Las dos chicas dejaron inentendibles palabras de afecto y se organizaron hablando una a la vez -Cada día me preocupaba más por tu salud, tenía miedo de que no llegaras a despertar. Y todo por nuestra culpa ¡QUE SUERTE QUE VOLVISTE HELL! – Quien dijo eso era Sarah, una chica de pelo esponjoso y de color naranja claro, sus ojos eran de un azul claro y estaba protegidos por lentes finos con un marco circular, podían notarse algunas pecas entre sus mejillas.

-Jamás pienses eso –Le conteste mirándola –No fue por  culpa de ninguna, ni en sueños.

-Aun así, no fuimos lo suficientemente  para acabar con ese grupo y te viste obligado a pelear solo –Agrego la otra chica, ella era Elena, su cabello liso era marrón oscuro y sus ojos marrones claro.

-Jajajajaja, nos dejamos llevar mucho por nuestras emociones. Tres personas no eran suficientes para lo que intentamos –Conteste.

Las dos miembros del grupo Orión me liberaron y se levantaron del suelo, yo hice lo mismo -¿Ustedes se encuentran bien? No les paso nada malo o grave ¿Verdad?

Ambas se rieron de mi preocupación como si fuera una cosa de menos –Tranquilo, nosotras no salimos tan lastimadas como tú. Tu si preocupabas mucho más –Dijo Sara, acto seguido nos volvimos a abrazar.

-¿Nos vamos a escapar de este lugar Hell? –Me susurro Elena al oído.

-Tu solo la da orden y lo haremos –Agrego la otra.

Sin duda hubiera sido relativamente fácil escapar de aquí, Elena era una capacidad 5 y Sarah una capacidad 4, sumado a mi poder de capacidad 3. Escapar no hubiera representado grandes problemas, o eso pensaría, pero la verdad es que yo conocía que detrás de todo esto se encontraba una capacidad uno, ni siquiera nosotros tres juntos podríamos hacerle frente al último capacidad uno, menos a alguien que está por encima de él. La usuaria del Personal Reallity había sido muy clara, si intentábamos escapar mis amigas pagarían las consecuencias para que yo me someta. Eso era algo que jamás permitiría, por esa razón el grupo Orión no tenía más alternativa que someterse ante nuestro nuevo empleador.




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