Intermedio: Persiguiendo_Atardecer.

Jueves 1 de Octubre – 8:00 AM – Distrito 16.

El sonido del cantar de los pájaros comenzó a sonar por toda la habitación, lo cual significaba que ya era la hora de despertarme aunque no lo quisiera. Afuera había una temperatura de hasta 10 grados bajo cero si no me equivoco, sumado a que mientras dormía nieve había caído por todos lados. Con todos esos factores en cuenta, lo que alguien menos querría es seria salir de su cómoda y caliente cama.

-Si no te apresuras llegaras tarde Leandro –me informo una irritante voz a un lado de la cama.

-Tal vez no quiera ir hoy a la escuela –refute corriendo las sabanas hasta que taparon todo mi cuerpo.

La persona de la cual provenía la voz tomo las sabanas y me destapo por completo, acto seguido alguien toco la puerta de mi cuarto –Ma dice que ya te despiertes –era mi hermanastro.

Aquella persona que me despojo del calor de las sábanas llevo sus manos a la cintura –Ves que no soy el único que lo dice –Esa persona en cuestión era un chico un poco más bajo que yo, sus ojos eran verdes, su cabello naranja y vestía unas túnicas blancas con dorado que podían camuflarse con la nieve del exterior.

-Está bien Ocaso, no tienes que repetirlo –Dije levantándome de mi cama y colocándome los lentes que estaban en el escritorio a mi lado.

Ese ser astral floto hasta mi armario y del interior saco mi uniforme: una camisa roja, una corbata blanca y unos pantalones jeans negros –Creo que faltara algo para el frio –Pensó ese aspecto volviéndose a meter en el interior de mi armario.

Podía sentir el horrible frio por todo mi cuerpo y para lograr evitar sentirlo me acerque y le arrebate mi uniforme al chico flotando dentro del armario –El uniforme puede volverse térmico –le explique, él se quedó observándome maravillado por los logros de la tecnología de esta ciudad.

A la par que me colocaba el uniforme la puerta de mi habitación volvió a sonar con tres golpes –Ma dice que te apresures Lean –era mi hermanastro otra vez para confirmar que me había despertado.

-Sí, ya te escuche –grite desde el otro lado de la puerta cerrada.

Termine de vestirme y el aspecto del Ocaso abrió la puerta de mi habitación, yo salí hacia el living en el cual me encontré con mi familia. Mis dos padres se encontraban sentados en la mesa comiendo su desayuno antes de salir a trabajar, en la cocina se encontraba un chico de pelo rojo y ojos marrones, era mi hermanastro llamado Josué y se encontraba preparándose su desayuno –Agradece que te prepare el tuyo –me dijo mientras se sentaba en la mesa con mis padres.

Yo aún estaba parado afuera de mi cuarto observando todo –Pues…gracias –procedí a ir a la mesada a buscar la taza de café que preparo mi hermano para luego sentarme junto al resto de mi familia en la mesa.

Mientras los 4 desayunábamos el televisor se encontraba encendido, en este un reportero hablaba sobre cuáles fueron los climas que los superiores del distrito eligieron para esta semana; para mí mala suerte estaría nevando toda la semana.

-Maldición –susurre al enterarme de esa noticia.

-Ay vamos, no es tan malo. La nieve es tan linda, y blanca, y fría ¿Cómo es que puedes odiarla? –aquel ser astral se encontraba parado a mi lado mientras yo estaba sentado desayunando.

-Justamente por todas esas razones odio la nieve y el frio –le explique, pero mi madre rápidamente llamo mi atención.

-¿Por cuales razones hijo? –pregunto levantando la mirada de su celular.

-¡Perdón! –Me excuse rápidamente –Solo estaba balbuceando.

Al escucharme decir eso mi padre me reprendió sin interés, él ni se molestó en levantar la vista de su celular –Ya te dije que no lo hicieras –aun sin haber comenzado su hora laboral él ya se encontraba organizando cosas de su trabajo por su celular.

-Lo siento.

-Les dije que Lean se está volviendo loco –Agrego mi hermanastro, pero yo al igual que mis padres ignoramos ese comentario.

Luego de que me retaran innecesariamente observe molesto al aspecto a mi lado –No me mires así, eso no fue mi culpa –concluyo él, aunque claramente si lo fue.

Lamentablemente él tenía razón, ese reto innecesario fue debido a que me olvide de un hecho crucial, el ser celestial que hablaba a mi lado solamente podía ser visto y escuchado por mí. Por esa razón si hablaba con él en público todos pensarían que me estaría volviendo loco justo como dijo mi hermanastro.

-Apresúrate Lean, o perderás el tren para ir a la escuela –me informo mi madre.

Sin importarme las consecuencias de un solo sorbo vacié la taza llena de café, metí dos tortillas en mi boca y me levante de la mesa para despedirme de todos. Le agradecí a Josué por hacerme el desayuno y les dije a mis padres que cuando saliera de la escuela me juntaría con un amigo, ellos quisieron saber cuál, pero me marche antes de responderles. Si les hubiera dicho que se trataba de alguien a quien no conocían de seguro no me hubieran dejado ir.

Cerré la puerta del otro lado de mi casa y logre escuchar a mi hermanastro hablar desde el interior -¿Si me llevaras al colegio de camino al trabajo? –era obvio a quien le estaba preguntando eso.

Comencé mi recorrido hacia la estación de tren, toda la acera se encontraba bajo una sábana blanca de nieve y el suelo por el que caminaba se volvía resbaladizo. Flotando alrededor mío estaba Ocaso apreciando toda la nieve que había caído como si nunca hubiera visto algo igual.

-Es solo nieve, tampoco te emociones tanto –le comenté para intentar bajarlo de las nubes.

-Lo sé, pero aun así me resulta fascinante que este sea el único distrito en toda la ciudad donde pasa esto. Todavía faltan meses para que comenzara a nevar naturalmente, y aun así aquí eso no se notaría.

Hace ya varias semanas que ese ser celestial llego abruptamente a mi vida y todavía no dejaba de sorprenderse por todo, él podía ser muy serio y estricto, pero a su vez podías lograr que cambiara de opinión tan fácilmente como mostrándole algo de tecnología o avances científicos interesantes, de esos que internet le recomienda en la sección de noticias todos los días.