Experimento Auroa 3: Ocaso

Convergencia_Cosmica_401

Sábado 3 de Octubre – 9:30 AM

 

Anoche fue una noche muy larga, me dolía el estómago de haber tomado tanto café y la cabeza de haber jugado en la computadora hasta tan tarde, esto no era la primera vez que me pasaba y ya sabía cómo solucionarlo, simplemente debía quedarme acostado en mi cama, bien acurrucado entre las sabanas hasta que el dolor desapareciera por si solo.

Ese plan era simple e infalible, o eso era lo que pensaba. Un muy molesto y agudo ruido de varios pájaros cantando a los alaridos comenzó a rebotar entre las paredes de mi pequeña casa, era muy poco probable que un grupo de pájaros se hayan colado a mi casa, o eso es lo que yo pensaba. A lo mejor deje las ventanas abiertas y me fui a dormir pensando que las había cerrado.

Viéndome obligado a soportar ese gran dolor en mi estómago y cabeza me levante de mi cama, comencé a caminar lentamente al pequeño living de mi apartamento y allí fue cuando comprendí el verdadero origen de ese molesto ruido.

Leandro, o Nicolás, o quien sea en ese momento, el punto es que mi invitado inesperado tuvo que dormir en el living, reuní unos almohadones y unas sábanas para armar una cama improvisada y ahora mi invitado se encontraba descansando allí. El molesto y agudo ruido de los pájaros provenía de su celular, más específicamente de la alarma sonando en este.

-Lo siento mucho si te desperté Julián –dijo el chico de pelo completamente rubio mientras buscaba sus celular entre las sabanas, una vez que consiguió encontrarlo apago la alarma –No recuerdo bien que fue todo lo que sucedió anoche, pero me duele mucho la cabeza y el estómago –informo lean levantándose de entre las sabanas.

La situación me pareció un poco graciosa, se nota que él no estaba acostumbrado a hacer este tipo de cosas -Tranquilo, con el tiempo te acostumbras –le informe a lean mientras este levantaba su cuerpo de entre las sabanas.

-Quería hacer el menor ruido posible para irme sin molestarte –volvió a disculparse a la par que se colocaba sus lentes.

Repentinamente la situación tomo un giro de 180 grados debido a que yo solamente vestía una remera blanca y un bóxer rojo, pero mi invitado inesperado únicamente llevaba puesto un bóxer de color verde agua. Al principio eso no hubiera sido un problema, Noah varias veces se quedó a dormir aquí y sucedía una situación como esta. Pero la diferencia aquí fue que Leandro estando semidesnudo en frente de mi resulto inesperadamente atractivo.

Podía sentir como mi corazón bombeaba sangre mas rápido, espero no haberme sonrojado, y si eso paso espero que mi invitado inesperado no lo haya notado. Intente con toda mi fuerza de voluntad evitar que pensamientos obscenos con el cuerpo semidesnudo de lean invadieran mi cabeza porque eso inevitablemente llevaría a una erección difícil de ocultar sin pantalones. La única vez en la que había sentido este tipo de atracción fue cuando vi a Mercedes hacer educación física un día de mucho calor, aquella vez el sudor de su cuerpo provocaba que su ropa se pegara a su piel.

-¿Sucede algo? –quiso saber lean.

-¿Qué? Oh, no, no, claro que no ¿Por qué sucedería algo? –conteste nervioso y sin tiempo de pensar en una buena respuesta.

-Si te hace calor puedo abrir una ventana –Que me dijera eso significaba que efectivamente noto mi cara sonrojada.

Sin perder tiempo volví corriendo a mi habitación mientras gritaba –Voy a cambiarme, ya vuelvo.

 

Ahora con la situación bajo mi control podía actuar con mayor normalidad, en mi mente aun permanecía la imagen de Leandro semidesnudo y recién despierto, pero eso sería algo que usaría con fines académicos en mi tiempo libre, archive ese recuerdo en el mismo lugar de mi cerebro donde guarde el recuerdo de Mercedes y me concentre en lo que tenía delante. Leandro cargaba una mochila en su espalda y se había vestido al igual que yo, él tenía un buzo blanco con rayas negras y dos cordones rojo oscuro que salían cerca de la capucha, sumado a eso tenía unos jeans oscuros y algo desgastados.

-¿Qué planes tienes para hoy Julián? –me pregunto antes de que se marchara.

Yo pensé unos segundos la respuesta, cuando me desperté tenia algunos mensajes en mi UnderLine tanto de Noah como Azul, los dos me pedían lo mismo por lo que acepté los mensajes de ambos y esa fue la respuesta que le di a lean –Voy a desayunar y luego iré junto a Noah y Azul a visitar a Isco al hospital.

-Yo también iré a desayunar ahora con ale y Bruce. Espero que podamos volver a vernos, ya te hablare para que juguemos la Leyenda de Zemlya.

-Me parece una excelente idea –conteste abriendo la puerta de mi departamento –La puerta de abajo está abierta así que no te preocupes –le informe a mi invitado inesperado antes de verlo por ultima vez.

-Disculpa las molestias y muchas gracias –Finalmente salió de mi hogar y volví a cerrar la puerta.

Gire mi cuerpo hacia el interior de mi casa, todo estaba más o menos desordenado, pero eso no sería algo de lo que me encargaría ahora –Ahora a desayunar –me dije a mi mismo antes de soltar un suspiro y ponerme manos a la obra.

 

 

 

Aun para ser un sábado por la mañana había una gran cantidad de gente dando vueltas por el centro del décimo distrito, podía sentirse como cada persona se encontraba metida en sus propios asuntos. El sol mañanero traía consigo una brisa de aire fría que circulaba entre los edificios y sus rayos iluminaban las ventanas de los altos edificios, sumado a esto estaba el sonido de los trenes y autos que circulaban a estas horas.

No me gusto haber dejado a Sebastián solo en el hotel, pero insistió tanto en no querer venir que no tuve más opción. Al menos espero que haya encontrado algo para hacer y que no se aburra, supongo que ya tendrá todo listo para reunirnos al mediodía para dejar a lean en su distrito y luego volver al nuestro.




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